El peligro de acercarse a las maras
Christian Poveda, asesinado el mi¨¦rcoles, retrat¨® la violencia de las bandas salvadore?as en el documental 'La vida loca', que hoy vuelve a emitir Canal +
"Estuve tranquilo entre ellos. Como mi documental era un proyecto a largo plazo, de 16 meses, establec¨ª un clima de confianza". Hace menos de un a?o, Christian Poveda, fotoperiodista francoespa?ol de 54 a?os, paseaba con orgullo en el festival de San Sebasti¨¢n su primer trabajo en el cine, el documental La vida loca, una inmersi¨®n en el mundo de las maras salvadore?as, pandillas juveniles de cr¨ªos mitad ni?os, mitad soldados. Poveda se centr¨® en la mara La 18, del barrio de La Campanera, en Soyapango, a unos 25 kil¨®metros de la capital, San Salvador. Y cerca de all¨ª apareci¨® el mi¨¦rcoles su cad¨¢ver, con cuatro balazos en la cabeza. Poveda intent¨® contactar con los miembros de la mara, pero los chicos en los que ¨¦l confi¨® ya no estaban en las bandas. Se cree que un nuevo l¨ªder decidi¨® ajusticiarle. Como homenaje, hoy Canal + vuelve a emitir La vida loca (19.10), excepcional trabajo en el que Poveda, nieto de exiliados espa?oles en Francia, hab¨ªa volcado toda su sapiencia visual, labrada tras a?os de reporterismo gr¨¢fico y una docena de documentales televisivos. Cubri¨® la guerra de El Salvador a inicios de los ochenta, y en 2004 volvi¨® all¨ª.
La pel¨ªcula "era un compromiso con estos chicos", dec¨ªa el realizador
"Realic¨¦ una serie de 130 retratos de los pandilleros en un penal y as¨ª surgi¨® la idea del documental. Primero habl¨¦ con los jefes, despu¨¦s con sus sicarios. Hubo miembros de las maras que al mes se aburrieron de las c¨¢maras, otros murieron, otros fueron a la c¨¢rcel... Hice unas 190 entrevistas. Al principio, mi principal problema fue asegurarme personajes que llegaran hasta el final del rodaje".
Al fotoperiodista le gustaban las pel¨ªculas con historias cruzadas "como Traffic o Amores perros", y por eso insisti¨® en mantener ese esquema en la pantalla. "Lo principal era vivir con ellos, estar all¨ª, a la expectativa, pero no intervenir ni yo ni la c¨¢mara. Siempre preparado, aunque no grabara nada".
Para Poveda, "un documental tiene que ser fuerte, debe tener ritmo cinematogr¨¢fico, luchar por atrapar al espectador", y un realizador de este g¨¦nero nunca puede caer en el dolor. "A m¨ª me dol¨ªa lo que pasaba, por supuesto. Algunos de los chicos de las maras entraban en la c¨¢rcel, otros mor¨ªan... Sab¨ªan que no ten¨ªan futuro, que iban a fallecer. La muerte estaba presente constantemente. Y ocurri¨®. Uno de los chavales que salen en los primeros minutos fue asesinado d¨ªas despu¨¦s... En toda mi carrera he filmado y fotografiado un mont¨®n de cad¨¢veres. Yo a esos muertos no los conoc¨ªa, pero a los de La vida loca s¨ª, compart¨ªa sus d¨ªas. Ante todo eran ni?os, adolescentes, y claro que dol¨ªa. Pero el proyecto era un compromiso con ellos, incluso con los asesinados".
En La vida loca, a trav¨¦s de personajes como Banb¨¢n, Psycho, El Nueve, La Chucky o La Liro, Poveda describe la brutal situaci¨®n de un pa¨ªs donde cada d¨ªa son asesinadas 11 personas, "la mitad procedentes de estas pandillas". Las maras (La Salvatrucha o La 18) nacieron en Los ?ngeles, en EE UU, entre los j¨®venes exiliados salvadore?os, a imitaci¨®n de las pandillas de los suburbios de esa megaurbe, y cuando acab¨® la guerra civil de El Salvador, los inmigrantes volvieron trayendo tambi¨¦n toda la parafernalia de esas cofrad¨ªas del terror dedicadas a los robos, la extorsi¨®n y el narcotr¨¢fico.
"Mi prop¨®sito era trabajar con la marginalizaci¨®n de la juventud, un campo en el que ya hab¨ªa trabajado en Francia, donde el 70% de la delincuencia juvenil proviene de inmigrantes. La culpa es de las pol¨ªticas que construyen guetos que llevan a la miseria y al crimen". Poveda creci¨® en esos barrios franceses. "S¨¦ de lo que hablo". "Las maras son el ejemplo extremo, bandas en las que entran con 12 a?os y se convierten en asesinos. No creo que un ni?o nazca as¨ª, algo les empuja. Busqu¨¦ las causas para dar pistas a los europeos y que no se reproduzca el fen¨®meno aqu¨ª".
Poveda volvi¨® a El Salvador. "Mi mujer es de all¨ª, mi vida esta all¨ª". Y quer¨ªa volver a contactar con La 18. Todo qued¨® frustrado en un descampado el pasado mi¨¦rcoles.
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