El mejor caf¨¦ del mundo
Cientos de ind¨ªgenas paname?os est¨¢n atravesando la frontera hacia Costa Rica para cortar los primeros granos de caf¨¦ de la temporada, que se extender¨¢ hasta febrero en las partes m¨¢s altas del pa¨ªs. Una nueva grana ha dado inicio. Inmigrantes nicarag¨¹enses, familias n¨®madas costarricenses, cuadrillas de fincas, colegiales en vacaciones y familias productoras se preparan para llenar los canastos con los granos rojos del producto m¨¢s tradicional en este pa¨ªs centroamericano.
Una producci¨®n modesta ser¨¢ el resultado de jornadas completas entre los cafetales, las plantaciones sobre las cuales Costa Rica edific¨® su desarrollo econ¨®mico desde mediados del siglo XIX y hasta tres cuartos del XX, cuando su grano de oro debi¨® ceder protagonismo a otros productos ajenos a la tradici¨®n. Los productores cafetaleros costarricenses saben que el volumen nacional es casi una f¨¢bula frente al de pa¨ªses como Colombia, Brasil o Vietnam. Como los boxeadores flacos, han optado por buscar una categor¨ªa apta.
Todo el sistema se ha volcado a la estrategia de la alta calidad
Uno de cada 100 costarricenses es productor de caf¨¦. Hay 55.000
Por eso, todo el sistema se volc¨® a la estrategia de la alta calidad, de los empaques peque?os y arom¨¢ticos, de las catas en boca de expertos mundiales. Los precios m¨¢s altos del mercado, m¨¢s que los grandes mercados, son la meta moderna del sector cafetalero costarricense. El lema "el mejor caf¨¦ del mundo" se repite en cada oportunidad como el coro de un equipo de f¨²tbol minutos antes del partido final. Se lo creen en las grandes haciendas de las familias de abolengo y en las peque?as fincas, cuyos due?os se dejan seducir por los precios de locura que su producto ha alcanzado en subastas electr¨®nicas. Unos agricultores de Acosta, en las monta?as del sur de San Jos¨¦, alcanzaron a colocar quintales (de 46 kilos) a 2.135 d¨®lares cada uno.
M¨¢s de la mitad de la producci¨®n nacional entra en la categor¨ªa de caf¨¦ fino, una especie de caparaz¨®n contra la crisis econ¨®mica internacional, pues el consumo mundial de caf¨¦ de alta calidad no se ha reducido ni una taza. Los ingleses adinerados, sus pares japoneses y el creciente grupo de bebedores chinos pagan lo que pagan por sus buenos sorbos. La ¨²nica preocupaci¨®n de los cafetaleros costarricenses es la competencia con otras nacionalidades que tambi¨¦n son fuertes en la parte m¨¢s alta de la pir¨¢mide. La federaci¨®n de cafetaleros colombianos, representados por su personaje Juan Valdez, ha llegado hasta las puertas de los tribunales contra Britt, principal marca de exportaci¨®n costarricense, propiedad de unos norteamericanos que se atrevieron a vender camisetas con el lema "Juan Valdez bebe caf¨¦ costarricense". Un acuerdo extrajudicial y secreto puso fin a la disputa.
M¨¢s de 55.000 productores han sobrevivido a las crisis de precios internacionales y contin¨²an representando un poder casi pol¨ªtico, pues el 92% de ellos son peque?os cafetaleros, con cosechas de menos de 100 fanegas de fruta por a?o, que dan para obtener 4.600 kilos de caf¨¦ ya procesado. Uno de cada cien costarricenses es productor de caf¨¦. Ning¨²n estadio del pa¨ªs podr¨ªa reunirlos a todos.
Como en todo, est¨¢n los grandes, los m¨¢s industrializados. Son extranjeros o herederos de las grandes fincas de la clase social m¨¢s refinada del siglo XX, en especial en el Valle Central. El actual presidente, ?scar Arias S¨¢nchez, es descendiente de una de esas familias por l¨ªnea materna.
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