Espa?a contra Espa?a
El mayor rival de Espa?a en este Europeo que comienza hoy no hay que buscarlo fuera, en la Francia de Parker, la Lituania de los gemelos Lavrinovic, la Turqu¨ªa de Turkoglu o la Grecia del gran (en todos los sentidos) Schortsanitis. Est¨¢ dentro, en las mismas entra?as de nuestra selecci¨®n. No se trata de un menosprecio para los adversarios, sino de la constataci¨®n de una sensaci¨®n generalizada: el futuro de Espa?a depende en mayor medida de su capacidad para ofrecer un rendimiento acorde al talento que atesora que en lo que puedan hacer sus contrarios. As¨ª lo ha sido desde hace unos a?os (final del Eurobasket de Madrid incluida) y as¨ª lo sigue siendo. Los jugadores lo saben y por eso les cuesta un mundo se?alar un pa¨ªs que les preocupe m¨¢s que otro. Por esta misma raz¨®n, no hay otra opci¨®n agradable que el oro y todo lo que no sea subirse a lo m¨¢s alto del caj¨®n lleva consigo la palabra fracaso. Y esto no es una calificaci¨®n que llega desde los medios de comunicaci¨®n, ni siquiera de los aficionados. Lo dicen los propios jugadores y hasta el presidente de la federaci¨®n.
Tomando esta premisa como cierta, lo siguiente es fijarse en el estado en el que llega nuestra selecci¨®n y las trabas que pueda encontrarse en su camino hacia el rendimiento que le hace pr¨¢cticamente inaccesible al resto de conjuntos. Y ah¨ª surge un problema. Todav¨ªa no hemos visto al equipo al completo. Suponemos que con Pau Gasol el salto cualitativo va a ser enorme. Creemos que, con Rudy recuperado, no nos va a faltar tiro exterior. Es de esperar que, liberado de su culebr¨®n veraniego, Ricky Rubio d¨¦ un paso adelante con mayor firmeza. Pero todo son elucubraciones a la espera de confirmaci¨®n, lo que siempre es un buen caldo de cultivo para las dudas, acuciadas a¨²n m¨¢s por el partido de Lituania.
Aun conservando muchas de sus se?as de identidad, la selecci¨®n sigue cambiando para seguir siendo igual. Si en el curso pasado A¨ªto puso patas arriba algunas de las jerarqu¨ªas de Pepu e introdujo cambios significativos, sobre todo en los aspectos defensivos, Scariolo parece encontrarse a mitad de camino entre sus dos antecesores. Tanto dentro como fuera del campo. Pero se ha encontrado con un sinf¨ªn de adversidades que ha provocado que lleguemos al Europeo sin una conciencia clara del estado del grupo. Dependiendo del momento, nos parece que Ricky es suficiente para llevar la manija, que no poseer un tres alto diferenciador lo compensaremos con un juego m¨¢s r¨¢pido y alegre, que Navarro es imparable, que Rudy est¨¢ esperando su momento o que los hermanos Gasol junto a Felipe se bastan y sobran para atizarse con todos los armarios de tres cuerpos que andan por ah¨ª. Pero la falta de constataci¨®n provoca que en otros instantes se pueda ver una Espa?a con agujeros, que ha perdido m¨¢s de lo que parece con la ausencia por diferentes razones de Calder¨®n, Berni y Jim¨¦nez, que su contundencia defensiva deja bastante que desear o que ya no logramos correr el campo como antes.
Todas estas cuestiones se empezar¨¢n a aclarar a partir de hoy mismo. Y lo primero ser¨¢ comprobar el grado de inquietud que ha podido sembrar la tan tra¨ªda y llevada derrota ante Lituania. Eso y el poder ver en acci¨®n otra vez a Pau. Hay que reconocer que llega en el momento justo para poner las cosas en su sitio.
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