Mentes que no se resignan
La falta de seguridad, los estereotipos y el desconocimiento del mercado de trabajo dificulta la inserci¨®n laboral de los pacientes psiqui¨¢tricos en Galicia
"Lo nuestro es como una diabetes, tenemos que medicarnos y hacernos revisiones constantes, pero no por ello tenemos que renunciar a una vida normal". Isabel sabe que la enfermedad que sufre, trastorno bipolar, provoca la desconfianza de muchos, tambi¨¦n la de los empresarios a los que acude para buscar trabajo, pero a¨²n as¨ª no desiste de su empe?o de encontrar un empleo que le guste y le haga sentirse ¨²til. Un reto al que se enfrentan buena parte de las 32.624 personas que tienen en Galicia un certificado de minusval¨ªa por trastorno mental. En realidad son muchas m¨¢s, "probablemente m¨¢s de 70.000", aseguran desde Feafes (Federaci¨®n de Asociaci¨®ns de Familiares e Enfermos con Enfermidade Mental), aunque la falta de diagn¨®stico y el miedo a ser se?alados los mantiene en la sombra. El elixir, sin embargo, es sentirse part¨ªcipes de la vida social. "Tener un trabajo es una medicina, mejora la salud, las relaciones sociales y el aspecto f¨ªsico", cuenta Diana Mu?oz, trabajadora social de Feafes, que estos d¨ªas, y hasta este viernes, organiza en Santiago un curso de motivaci¨®n y b¨²squeda de empleo dirigido a las personas con trastornos psiqui¨¢tricos.
M¨¢s de la mitad de los enfermos no est¨¢n diagnosticados o callan su dolencia
El curso de Feafes ense?a a manejar situaciones de estr¨¦s laboral
Enfermedad mental y frustaci¨®n profesional van muchas veces de la mano. "La dolencia suele aparecer en la juventud, cuando la persona est¨¢ estudiando o empezando a trabajar. Pasada la crisis, deben empezar de cero. Eso es lo m¨¢s dif¨ªcil", reconoce Mu?oz, que achaca a "la falta de confiaza y al desconocimiento del mercado laboral" las bajas cifras de inserci¨®n laboral de este colectivo. De las 969 personas que atiende Feafes Galicia, s¨®lo 104 han conseguido un empleo.
Isabel cumple a rajatabla el anterior perfil. Lleva 16 a?os conviviendo con una enfermedad "muy dura de aceptar" y que al principio "no entend¨ªa", y su objetivo es encontrar un empleo estable que le d¨¦ un motivo "para seguir adelante". Sabe que no ser¨¢ f¨¢cil, porque los estereotipos pesan mucho. "En una ocasi¨®n, una empresa de limpieza estuvo a punto de hacerme un contrato. Cuando les coment¨¦ mi problema, se echaron atr¨¢s", recuerda Isabel, que aunque no recibi¨® explicaciones, est¨¢ convencida de haber sido demasiado sincera. Decirlo es una decisi¨®n personal, pero a veces un silencio a tiempo es m¨¢s beneficioso. "Una vez que has demostrado que vales, no les importa". Otra cosa es acceder a un contrato indefinido. Menos de un 10% de los que acuden a Feafes lo hacen. El resto sale adelante con trabajos temporales, tambi¨¦n Isabel, que ha trabajado como charcutera o auxiliar de enfermer¨ªa en geriatr¨ªa, que es lo que realmente le gusta.
"La enfermedad mental tiene muy mala prensa, porque a menudo se relaciona con hechos violentos", explica Mu?oz, antes de recalcar que, seg¨²n la OMS, menos del 5% de los diagnosticados con esquizofrenia son agresivos. La tarea pendiente sigue siendo la normalizaci¨®n, que pasa por eliminar los recelos injustificados de los contratantes. Feafes cuenta con prospectores laborales que trabajan en esa direcci¨®n. El resultado, por lo general, es positivo y "muchos empresarios se animan a contratar a los pacientes tras un per¨ªodo de pruebas", explica Mu?oz.
Pero los recelos no son s¨®lo del empresario. Los enfermos arrastran consigo la costumbre de la autoexclusi¨®n. "Les cuesta creer que son v¨¢lidos para cualquier oficio", cuenta la psic¨®loga de Feafes, que ha visto a sus "pacientes" conseguir empleos como gu¨ªas en museos, taxistas, administrativos, auxiliares en hospitales o mozos de almac¨¦n. La mayor¨ªa de los contratos se realizan con empresas ordinarias, "a trav¨¦s de Internet y por autocandidatura" con ayuda del personal de Feafes. Menos son los que consiguen plaza en los Centros Especiais de Emprego, empresas fuertemente subvencionadas y obligadas por ley a que el 70% de sus empleados posean certificado de minusval¨ªa.
"La b¨²squeda tiene que ser activa", explica Isabel, que estos d¨ªas aprende a redactar cartas de presentaci¨®n y a enfrentarse a situaciones laborales de cierto estr¨¦s, como por ejemplo pedir un d¨ªa libre. El a?o pasado, m¨¢s de la mitad de los asistentes al curso de Feafes lograron un empleo. Una buena cifra que, sin embargo, esconde severas deficiencias en el sistema de atenci¨®n a los enfermos, de las que Isabel da buena fe. "Los psiquiatras se limitan a dar medicaci¨®n, pero no te explican lo que te pasa, ni ad¨®nde debes acudir. Para entender mi enfermedad tuve que recurrir a Internet".
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