El secreto mejor guardado ve la luz
Interior ense?a hoy a parlamentarios y periodistas Berrozi, las instalaciones donde entrenan los escoltas y los grupos de intervenci¨®n de la Ertzaintza
Luz y taqu¨ªgrafos en Interior; al menos, de momento. Las instalaciones policiales de Berrozi, el secreto mejor guardado de la Ertzaintza y donde se forma la ¨¦lite de sus agentes desde 1980, ser¨¢n desveladas hoy. Con la visita de una delegaci¨®n de parlamentarios y de medios de comunicaci¨®n a la base de entrenamiento de los escoltas y las unidades de intervenci¨®n de ¨¦lite se cierra una etapa de oscurantismo inaugurada por el entonces responsable de Interior, Luis Mar¨ªa Retolaza. Una pol¨ªtica que no empez¨® a cambiar hasta la llegada de Juan Mar¨ªa Atutxa a la consejer¨ªa, ya en los 90. Ahora, casi tres d¨¦cadas m¨¢s tarde, el consejero de Interior, Rodolfo Ares, ha decidido descorrer la cortina para ense?ar Berrozi a los diputados.
Interior ha colocado la bandera espa?ola en Erandio y Berrozi
El Gobierno pag¨® 150 millones de pesetas en 1980 por los terrenos
La escena de hoy ser¨¢ muy distinta a la de aquel d¨ªa de julio de 1980 en el que a una delegaci¨®n de parlamentarios encabezada por el entonces vicepresidente de la C¨¢mara, el socialista Jos¨¦ Antonio Aguiriano, se le impidi¨® el paso a la finca adquirida por el Gobierno vasco en una zona monta?osa situada a unos veinte kil¨®metros de la capital alavesa.
Quer¨ªan ver con sus propios ojos el campo de entrenamiento en el que ex agentes de la SAS brit¨¢nica, seg¨²n una exclusiva period¨ªstica de la ¨¦poca, entrenaban en secreto a una veintena larga de personas que constituyeron el embri¨®n de la Polic¨ªa Aut¨®noma. El primer Gobierno vasco se hab¨ªa constituido dos meses antes y, tras arduas negociaciones, se hab¨ªa cerrado un acuerdo con el Ejecutivo de UCD que daba luz verde a la Ertzaintza. La oposici¨®n intent¨® poner entre las cuerdas al Ejecutivo peneuvista por el ocultamiento, pero el Ministerio del Interior ech¨® un capote para salvar la situaci¨®n.
De hecho, en la sesi¨®n parlamentaria en la que PNV y UCD salvaron al flamante Ejecutivo de un debate sobre Berrozi, el lehendakari Carlos Garaikoetxea tom¨® la palabra para asegurar que no hab¨ªa nada ilegal en esa base de entrenamiento. "Lo que se prepara [all¨ª] no es un cuerpo especial de polic¨ªa, sino un cuerpo de seguridad para las instituciones y las personas", insisti¨®. Y, finalmente, as¨ª fue: all¨ª nacieron los escoltas de ¨¦lite de la Ertzaintza, que recibieron el nombre de berrozis. Roberto (nombre ficticio) es uno de los 230 guardaespaldas que entrenan en Berrozi. Cuatro d¨ªas a la semana acude a las instalaciones policiales situadas en este pueblo abandonado del municipio de Bernedo, oculto en un valle rodeado por vegetaci¨®n. "Me parece normal, incluso bien que se acabe con ese halo de misterio. No s¨¦ qu¨¦ se piensa la gente que se esconde all¨ª. Si acaso, el sudor que hemos dejado durante todos estos a?os entrenando", enfatiza.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que, en 2006, el ya fallecido Retolaza, alejado de la pol¨ªtica, confesara el inicio de Berrozi en el libro Historia de la Polic¨ªa Aut¨®noma Vasca (1936-2006). "Contact¨¦ con el cuerpo de ¨¦lite brit¨¢nico de la SAS (...) Ven¨ªan de Rodhesia, hicieron escala en Bilbao para esta reuni¨®n. En apenas dos horas me plantearon cu¨¢les ser¨ªan los requisitos para emprender una aventura as¨ª. Las condiciones eran las de poder contar con un pueblo abandonado, que estuviera relativamente cerca de un aeropuerto, de dif¨ªcil acceso. Me compromet¨ª all¨ª mismo".
Fue Eli Gald¨®s, el entonces viceconsejero de Interior y mano derecha de Retolaza, quien cerr¨® la operaci¨®n de compra del terreno: 700 hect¨¢reas de un coto de caza en una zona boscosa por las que el propietario ped¨ªa inicialmente 200 millones de pesetas, aunque Berrozi cost¨® finalmente 150 millones. Un chollo que Gald¨®s cerr¨® antes incluso de informar a Retolaza.
Cuando los instructores brit¨¢nicos finalizaron el cursillo de la primera promoci¨®n de agentes, el ejercicio final consisti¨® en el asalto a la sede del Gobierno en Lakua para liberar a un consejero y otros rehenes.
En estos 29 a?os, el secreto ha sido la tarjeta de presentaci¨®n de Berrozi. Y lo poco que ha trascendido fueron episodios s¨®rdidos, como el uso de cabras vivas en pr¨¢cticas de tiro, o evidencias de mala gesti¨®n, como la explosi¨®n de material incautado a ETA que estaba en los polvorines. Una de las ¨²ltimas veces que Berrozi fue noticia fue el pasado 2 de diciembre de 2004. Desconocidos colocaron una bomba simulada en el camino de acceso a la base, cuando la Ertzaintza ya era objetivo prioritario de la organizaci¨®n terrorista ETA. "Berrozi parec¨ªa un coto cerrado de alguien y no una instalaci¨®n policial del Gobierno vasco, que es lo que realmente es. Saludamos la visita y la entendemos desde la plena normalidad", finaliza el berrozi Roberto.
La comisi¨®n, ya sin periodistas, tambi¨¦n visitar¨¢ el llamado Pent¨¢gono vasco, la sede central de la Ertzaintza en Erandio. En ambos recintos, Interior ha colocado ya la bandera espa?ola.
La esposa del 'lehendakari', reh¨¦n
La visita que girar¨¢ hoy una delegaci¨®n de parlamentarios a Berrozi no es la primera de la nueva etapa socialista. Por las instalaciones en las que entrenan los cuerpos de intervenci¨®n y la ¨¦lite de escoltas de la Ertzaintza han pasado ya diferentes grupos en los ¨²ltimos meses para conocer en persona un lugar mantenido entre los mayores secretismos y alejado hist¨®ricamente de los focos y las miradas indiscretas.
El equipo de Interior que dirige el consejero Rodolfo Ares y su mano derecha, Rafael Iturriaga, ya ha estado en Berrozi. Y tambi¨¦n gir¨® visita antes del verano el lehendakari Patxi L¨®pez, su esposa Bego?a Gil,concejal de Bilbao, y varias personas que integran el equipo directo del presidente. La visita, como la de hoy, incluy¨® una demostraci¨®n pr¨¢ctica operativa por parte de las Unidades de Intervenci¨®n de la polic¨ªa vasca. Son los ertzainas que trabajan en primera l¨ªnea en los momentos de mayor riesgo, cuando hay que tomar decisiones en mil¨¦simas de segundo que pueden convertir en fracaso un operativo estudiado al detalle en la pizarra.
En el caso de la delegaci¨®n de Ajuria Enea, la demostraci¨®n fue realmente divertida para la esposa de L¨®pez. Bego?a Gil se prest¨® a convertirse por un momento en una reh¨¦n de un peligroso grupo terrorista armado hasta los dientes. Los especialistas de la Ertzaintza se la jugaban. Y la cosa tuvo un final feliz, tras los disparos efectuados por los agentes. Claro que a la esposa del lehendakari, llevar ese d¨ªa sandalias le cost¨® un buen morat¨®n en el pie. Uno de los agentes, que act¨²an sin miramientos, plant¨® en pleno ejercicio la bota encima de los dedos desprotegidos de la primera dama. Eso s¨ª, fue rescatada al final sana y salva. Todo ante la atenta mirada de Ares.
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