Los siete grandes y el escarabajo

Los Big Five (b¨²falo, rinoceronte, elefante, le¨®n y leopardo), presentes hasta en el papel moneda del pa¨ªs, tienen nuevos compa?eros. Sur¨¢frica ha decidido incluir como reclamo para turistas amantes de los animales a los gigantes marinos: la ballena franca y el m¨¢s m¨ªtico de los tiburones, el gran blanco. Si bien los ejemplares pueden verse por separado en diferentes partes del pa¨ªs, s¨®lo un parque nacional, el de elefantes Addo, situado en la costa del ?ndico, ofrece el paquete completo. De Big 5 a Big 7.

No es f¨¢cil llegar a verlos a todos, principalmente por la dificultad que genera el leopardo, de actividades nocturnas, muy t¨ªmido y poco amigo de dejarse ver ante las c¨¢maras. Pero el parque nacional Addo, con menor extensi¨®n que la joya de la corona surafricana, el parque Kruger (de dos millones de hect¨¢reas que empeque?ecen las 164.000 de Addo), s¨ª posibilita ver a la gran mayor¨ªa de ellos en un espacio de tiempo m¨¢s reducido. Addo fue creado originariamente en 1931 como un santuario para elefantes, despu¨¦s de que la caza intensiva dejara la poblaci¨®n reducida a s¨®lo 11 ejemplares. En la actualidad son m¨¢s de 450 los que habitan el espacio protegido, lugar preferido para los amantes de los paquidermos (y, a diferencia de los de Kruger, m¨¢s acostumbrados a la presencia humana en veh¨ªculos, por lo que las oportunidades para fotografiarlos con tranquilidad tambi¨¦n es mayor). Como an¨¦cdota, el parque proh¨ªbe que se entre en el ¨¢rea con naranjas. Y es que a principios de siglo, cuando todav¨ªa no hab¨ªa pozos artificiales, y en sequ¨ªa, los cuidadores alimentaban a los elefantes con esta fruta, a la que se volvieron adictos. Con su memoria antol¨®gica, los animales lo recuerdan y se dice que podr¨ªan atacar un veh¨ªculo en caso de oler la presencia de alg¨²n c¨ªtrico olvidado en una mochila.

Situado a escasa media hora en coche desde la ciudad portuaria de Port Elizabeth, en la costa ¨ªndica, el parque no ha dejado de crecer desde sus iniciales 2.000 hect¨¢reas de principios del pasado siglo. Una de sus ampliaciones, en 2002, supuso su integraci¨®n con las zonas mar¨ªtimas protegidas de la costa, y el a?o 2003 vio la reintroducci¨®n de predadores carn¨ªvoros, le¨®n y hiena, cuya ausencia en la zona (hab¨ªan sido cazados hasta el exterminio antes de la constituci¨®n del parque) supon¨ªa el crecimiento incontrolado de reba?os de ant¨ªlopes y cebras. Entre los planes inmediatos del parque se encuentra asimismo introducir guepardos y el m¨¢s desconocido perro salvaje, tambi¨¦n llamado perro pintado, de singular belleza. Addo planea crecer hasta constituirse en el tercer parque m¨¢s grande de Sur¨¢frica, con 240.000 hect¨¢reas en tierra y 120.000 hect¨¢reas de zona marina protegida. Si bien la atenci¨®n de los turistas se centra en avistar a los Big 5 (o los Big 7, claro), el parque tiene entre sus objetivos la protecci¨®n de uno de los animales m¨¢s fascinantes por su funci¨®n ecol¨®gica: el escarabajo pelotero, que encuentra en Addo un lugar id¨®neo para vivir con su enorme provisi¨®n de excrementos de elefante, de b¨²falos del Cabo y de rinocerontes negros. Se?ales de tr¨¢fico en los caminos recuerdan al visitante la presencia del escarabajo, el reciclaje y la necesidad de reducir la velocidad: el insecto tiene preferencia de paso.

Nocturnas o diurnas

Aunque se permite la entrada al parque en veh¨ªculos particulares o de alquiler, se recomienda la contrataci¨®n de visitas guiadas si se dispone de escaso tiempo y se pretende ver a la mayor¨ªa de los animales en uno o dos d¨ªas (o, en caso de preferir el coche propio, contratar a un gu¨ªa de acompa?amiento). Las visitas guiadas, en veh¨ªculos abiertos, son diarias, al atardecer o por la noche (para avistar leopardos, entre otros animales nocturnos), aunque tambi¨¦n hay rutas para hacer a caballo, a pie (de dos d¨ªas de duraci¨®n, la ruta Alexandria, con pernoctaci¨®n en caba?a) y en 4¡Á4. Las visitas se contratan desde el propio parque, y se recomienda hacerlo con antelaci¨®n. Para avistar los dos grandes animales marinos se recuerda que las ballenas francas y las jorobadas (que son las que principalmente visitan las costas surafricanas) llegan en el invierno austral -esto es, nuestro verano-, para emparejarse y criar a los ballenatos, mientras que la presencia del gran tibur¨®n blanco es constante durante todo el a?o. El parque dispone de alojamientos en el interior de la reserva que van desde lo m¨¢s lujoso -cinco establecimientos diferentes-, pasando por bungalows de alquiler y tiendas de safari y c¨¢mping.

Para avistar focas, delfines, ballenas y/o el gran tibur¨®n blanco (o el toro, que llega a los 3,5 metros), la contrataci¨®n se hace desde Port Elizabeth, desde cuya oficina de turismo tambi¨¦n se puede reservar con antelaci¨®n la visita a los parques nacionales. La bah¨ªa Nelson Mandela pretende asimismo ampliar la extensi¨®n de protecci¨®n marina hasta las 120.000 hect¨¢reas para incluir un grupo de islas en las que encuentran refugio la segunda colonia de ping¨¹inos africanos del pa¨ªs (la primera se encuentra en Ciudad del Cabo) y de los impresionantes alcatraces del Cabo. Ballenas, tiburones, focas y ping¨¹inos tambi¨¦n pueden ser avistados desde Ciudad del Cabo si no se pretende viajar hasta Port Elizabeth y llegar a Addo.

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