'Bicing' en Barcelona: furor y cabreo

Furor y cabreo. Con esos dos sentimientos encontrados, los barceloneses usan 40.000 veces al d¨ªa el servicio de alquiler de bicicletas de la capital catalana, llamado Bicing. Furor, porque los ciudadanos se lanzaron a usar el servicio desde que se inaugur¨®, en marzo de 2007. En julio de ese a?o, ya eran 70.000 los usuarios registrados. Y no han parado de crecer, consolidando as¨ª un sistema de transporte que ha cambiado la forma de moverse por la ciudad. Precisamente por eso, sin embargo, el servicio estuvo a punto de morir de ¨¦xito: las bicis estropeadas o los fallos inform¨¢ticos son cotidianos. Y de all¨ª, el cabreo.

Por eso, el Consistorio decidi¨® parar el crecimiento de la red de Bicing hace un a?o, cuando ya hab¨ªa alcanzado a todos barrios de la ciudad. La flota se mantiene desde entonces en 6.000 veh¨ªculos repartidos en 440 estaciones y los esfuerzos se concentran en mejorar el servicio.

El primer cambio importante se introdujo en diciembre pasado. Ahora los usuarios pueden obtener un recibo que certifica que han devuelto correctamente su bicicleta. Se trata de evitar uno de los fallos m¨¢s engorrosos: algunas veces el sistema inform¨¢tico de las estaciones no registra las devoluciones, y el usuario es multado por no entregar su bicicleta.

Otro contratiempo habitual son las estaciones llenas, que no permiten devolver los veh¨ªculos, o las vac¨ªas, que a menudo obligan a buscar transportes alternativos. Suele ocurrir cuando hay grandes eventos.

Esto no impide, sin embargo, que el ejemplo barcelon¨¦s cunda en Catalu?a. Girona inaugurar¨¢ este viernes su Girocleta. Y todas las ciudades del ¨¢rea metropolitana barcelonesa preparan sus sistemas de bicicletas p¨²blicas desde hace un a?o.