Pasen al fondo, invita Rosana
La cantautora regala entradas a las personas sin trabajo en su concierto de Madrid
Loli tuvo ayer su noche de suerte. Cumpl¨ªa 49 a?os y no ten¨ªa cuartos ni humor para celebraciones, pero un anuncio en la prensa gratuita cambi¨® s¨²bitamente sus expectativas. Rosana, una de sus cantautoras favoritas, actuaba en el Palacio de Deportes y ofrec¨ªa entradas gratis a desempleados. Como ella, administrativa hasta que hace un par de a?os se torcieron las cosas. O como su amiga Maribel, auxiliar de enfermer¨ªa tambi¨¦n en el dique seco. Las dos se personaron en taquilla con la cartilla del Inem y la incredulidad a¨²n dibujada en el rostro. Y las dos pasaron una noche gloriosa. "Es que somos muy bailonas", proclamaban a coro desde el gallinero, ya entradas en faena.
Maribel, Loli y otros 79 parados se hab¨ªan acogido a la promoci¨®n de Rosana Arbelo hasta las diez de la noche, cuando el telonero, un jovencito llamado Gesu, ya llevaba un buen rato desgranando sus (extremadamente ?o?as) canciones de amor. La organizaci¨®n hab¨ªa reservado medio millar de invitaciones para los inscritos en "la empresa m¨¢s grande del pa¨ªs", pero sobr¨® papel por todas partes. O a los desempleados no les gusta la autora de t¨ªtulos como S¨¦ feliz, es gratis o la mujer que vendi¨® mill¨®n y medio de ejemplares de su primer ¨¢lbum, Lunas rotas, ha perdido parte de su predicamento.
Se reservaron 500 invitaciones, pero sobr¨® papel por todas partes
La iniciativa nac¨ªa del "esp¨ªritu solidario que siempre ha caracterizado a la artista", seg¨²n sus impulsores, pero tuvo consecuencias no siempre deseadas. J¨®venes demandantes de empleo se hac¨ªan con sus localidades gratuitas -para el p¨²blico en general costaban 32,50 euros- e intentaban colocarlas por lo bajinis a un precio ventajoso, en torno a los 20 euros. A quienes hab¨ªan pasado por la venta anticipada y se encontraban con alg¨²n tique sobrante les llevaban los demonios.
Ajenas al trapicheo, Miriam y Alma, de 29 a?os y compa?eras de escuela infantil hasta que llegaron los recortes, luc¨ªan su mejor sonrisa de las ¨²ltimas semanas. "Yo a¨²n llevo pocos meses en la estacada", anotaba la primera, "pero entrego varias copias de mi curr¨ªculum todos los d¨ªas y el tel¨¦fono sigue sin sonar. Como esto dure m¨¢s tiempo, paso del mundo". Alma intentaba ser m¨¢s positiva: "Me salen cursos del Inem y mientras duran no tienes la sensaci¨®n de estar perdiendo el tiempo". Las dos se dicen mel¨®manas, pero ahora ya s¨®lo escogen en funci¨®n de la gratuidad o no del evento. "Estuvimos viendo a Conchita en las fiestas de Hortaleza e igual vamos el domingo a lo de Bisbal en Cibeles. ?Es lo que hay!".
Regalos al margen, al final unas 6.600 personas aflojaron la cartera para asistir al estreno de A las buenas y a las malas, el nuevo ¨¢lbum de la isle?a. La cifra es aceptable, sin duda, pero insuficiente para que el Palacio de Deportes no presentara un aspecto desangelado. Quiz¨¢s no todos sus fieles se crean a esta nueva Rosana m¨¢s el¨¦ctrica y afilada, que comparece con traje negro, guitarras negras, mu?equera negra. Mucha negritud, en cualquier caso, para seguir hablando de lo bonito que es vivir y sonre¨ªr, de la magia en el latido del coraz¨®n, de c¨®mo encarar la existencia con el viento a favor. Todos ellos son pr¨¦stamos de su reciente producci¨®n l¨ªrica; el equivalente fonogr¨¢fico a un manual de autoayuda.
Por mucho que suba el volumen de las guitarras, Rosana sigue teniendo mucho de equivalente femenino de Michael Landon en Autopista hacia el cielo. Pero a Loli y Maribel no les import¨® anoche ni un poquito. Gentileza de la casa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.