Nuevos cimientos
Pittsburgh consagra al G-20 como eje econ¨®mico mundial e impone el paradigma de la solvencia
La cumbre del G-20 en Pittsburgh se ha cerrado con tres conclusiones de gran relevancia, aunque su grado de concreci¨®n no sea el deseable debido a las l¨®gicas diferencias entre los pa¨ªses participantes. La primera es que los est¨ªmulos p¨²blicos para combatir la recesi¨®n mundial deben mantenerse al menos durante un a?o, para asegurar que la crisis econ¨®mica no se cierra en falso y provoca reca¨ªdas m¨¢s graves que el estancamiento actual. Resulta inevitable comparar esta posici¨®n prudente y definida con la escasa coherencia de la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno espa?ol, que no acierta a mantener los incentivos p¨²blicos al crecimiento y al mismo tiempo se dispone a aprobar subidas de impuestos que, en el mejor de los casos, no facilitar¨¢n la recuperaci¨®n.
En todo caso, el mensaje de Pittsburgh a los mercados es meridiano: la recesi¨®n no ha terminado y hay que prolongar por ahora la respiraci¨®n asistida con dinero p¨²blico. La segunda conclusi¨®n es el acuerdo en que para prevenir las crisis financieras es necesario elevar las exigencias de capital de los bancos y mejorar la calidad de sus activos. El nuevo paradigma de la econom¨ªa financiera despu¨¦s de Pittsburgh es la solvencia. Pero la complejidad de los cambios regulatorios requeridos para reforzarla exige una coordinaci¨®n muy precisa y persistente entre pa¨ªses y ¨¢reas econ¨®micas. Por esa raz¨®n, y por la resistencia numantina de Wall Street a soportar m¨¢s regulaci¨®n, la cumbre no ofreci¨® l¨ªneas claras de reforma y se encasquill¨® en generalidades.
Pero Pittsburgh registr¨® un golpe de efecto y ¨¦sta es la tercera conclusi¨®n de gran trascendencia a propuesta de Estados Unidos: el G-20 se constituye en coordinador econ¨®mico mundial, en detrimento del G-8, y se conceden nuevos poderes al Consejo de Estabilidad Financiera. El Consejo ser¨¢ la instituci¨®n que impulse esas medidas que ayer no pudieron definirse. La nueva arquitectura financiera internacional se apoyar¨¢ no s¨®lo en los grandes pa¨ªses industrializados, sino tambi¨¦n en los emergentes, como China, India o Brasil.
Es posible que en la cumbre hayan quedado expectativas no satisfechas. Pero ha dado un paso importante en la gobernaci¨®n econ¨®mica global. Servir¨¢ para evitar crisis de una magnitud como la que todav¨ªa est¨¢ viva si el G-20, que mantendr¨¢ dos reuniones en 2010, es capaz de desbloquear la falta de acuerdo de fondo sobre las reformas financieras.
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