Sorpresa: ?Ir¨¢n miente!
Durante d¨¦cadas un peque?o grupo de cient¨ªficos defendi¨® la idea de que fumar no da?aba la salud. Gracias a las dudas que estos cient¨ªficos sembraron la industria del tabaco logr¨® posponer las iniciativas destinadas a alertar a los fumadores de que el tabaco mata. Inevitablemente la verdad prevaleci¨® y hoy ya nadie discute que el cigarrillo es nocivo para la salud. Finalmente, tambi¨¦n nos enteramos que muchos de los cient¨ªficos que defend¨ªan al tabaco eran en realidad mercenarios pagados por la industria del cigarrillo. Este debate entre cient¨ªficos contribuy¨® a que millones de fumadores murieran. Muchos se hubiesen podido salvar si las pol¨ªticas que hoy ya son comunes se hubiesen adoptado hace 20 o 30 a?os. Lo m¨¢s triste es que los verdaderos expertos conoc¨ªan los males del tabaco mucho antes de que la opini¨®n publica y los pol¨ªticos aceptaran que, en realidad, no hab¨ªa tal debate y que fumar era malo para la salud. La controversia provocada por los expertos a sueldo de la industria era tan solo una treta para ganar m¨¢s tiempo y m¨¢s dinero.
Lo mismo est¨¢ pasando con Ir¨¢n y su programa nuclear. La diferencia es que en este caso la controversia puede costar muchas m¨¢s vidas de las que se cobra el tabaco.
Seg¨²n el Gobierno iran¨ª su programa nuclear solo tiene fines pac¨ªficos: producir electricidad. Otros en cambio est¨¢n convencidos que Ir¨¢n est¨¢ tratando de construir bombas at¨®micas.
El presidente Mahmud Ahmadineyad ha explicado que "nuestra religi¨®n nos proh¨ªbe tener armas nucleares y nuestro l¨ªder religioso las ha prohibido". Ahmadineyad tambi¨¦n ha dicho que "la bomba at¨®mica es un concepto del siglo pasado. Hoy no tiene aplicaci¨®n alguna". O sea, que no s¨®lo su religi¨®n se lo proh¨ªbe sino que, seg¨²n ¨¦l, las armas nucleares tampoco sirven para nada. ?l lo que quiere es energ¨ªa nuclear pac¨ªfica; paz y progreso para todos. ?C¨®mo no estar de acuerdo con Ahmadineyad?
Hay muchos que apoyan a Ir¨¢n en este sentido. Uno de ellos por ejemplo, es el presidente del Brasil, Lula da Silva. Despu¨¦s de reunirse con Ahmadineyad en Naciones Unidas, Lula explic¨® al mundo que su colega le hab¨ªa asegurado que el programa nuclear Iran¨ª era s¨®lo para usos civiles. Lula no s¨®lo le crey¨® sino que adem¨¢s lo apoy¨® con gran entusiasmo: "Defiendo el derecho de Ir¨¢n de tener energ¨ªa nuclear". Y Lula es tan s¨®lo uno de muchos.
El peque?o detalle que seguramente ha irritado a Lula y Ahmadineyad es que los l¨ªderes de EE UU, Francia y Reino Unido revelaron la existencia en Ir¨¢n de una planta secreta de enriquecimiento de uranio. La f¨¢brica est¨¢ dentro de una monta?a excavada al interior de una base militar cerca de la ciudad sagrada de Qom. La planta es demasiado peque?a para producir electricidad pero adecuada para la producci¨®n del tipo de bombas que, seg¨²n Ahmadineyad, est¨¢n prohibidas por su religi¨®n. Las pruebas de los fines militares de esta planta secreta son tan contundentes que hasta convencieron de ello a los l¨ªderes de China y Rusia, aliados de Ir¨¢n, que hasta ahora se hab¨ªan opuesto a un aumento de la presi¨®n internacional.
Esto no quiere decir que el debate acerca de cu¨¢les son los prop¨®sitos del programa nuclear de Ir¨¢n se vaya a acabar. Para muchos ¨¦ste no es sino otro caso en el cual las potencias mundiales inventan una excusa para agredir a un pa¨ªs que no acepta su dominio. Y que tiene mucho petr¨®leo. Pero, al igual que los expertos que sab¨ªan que la controversia sobre los efectos del tabaco era una distracci¨®n artificial para ganar tiempo, los expertos en materia nuclear —de diferentes pa¨ªses e ideolog¨ªas— se desesperan cuando uno les pregunta si es verdad que Ir¨¢n no est¨¢ buscando tener bombas at¨®micas. Entre quienes saben de eso no hay dudas. Como no parece tenerlas el jefe de Gabinete del ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei quien acaba de anunciar que "Dios mediante, la nueva planta pronto comenzar¨¢ a operar y cuando eso ocurra va a enceguecer a nuestros enemigos". No pareciera que est¨¦ pensando cegarlos con luz el¨¦ctrica.
La manera en que el mundo reaccione al programa nuclear de Ir¨¢n va ser muy importante para todos. A¨²n para quienes viven muy lejos de ese pa¨ªs. El d¨ªa que Ir¨¢n tenga la bomba, Arabia Saud¨ª, Egipto, y otros pa¨ªses de esa vol¨¢til regi¨®n se ver¨¢n obligados a tener la suya. Y mientras m¨¢s pa¨ªses tengan bombas at¨®micas mayor es la probabilidad de que sean usadas o vendidas o donadas a quienes la quieran hacer estallar en alguna gran ciudad. Ese no es un mundo en el que usted quiere vivir. Y sobre eso no deber¨ªa haber debate.
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