"Es obligatorio apasionarse"
Jacinto Ant¨®n, cronista de EL PA?S, gana el Premio Nacional de Periodismo Cultural - Es la primera vez que el ministerio concede el galard¨®n
Sobre la mesa tiene un ping¨¹ino, la figurita de plomo de un h¨²sar a caballo, una espada de pl¨¢stico, el souvenir de un gorro confederado que le regal¨® un amigo y libros, muchos libros. Jacinto Ant¨®n (Barcelona, 1957) estaba "entre momias", es decir, en un encuentro de arque¨®logos, cuando se enter¨® de que le hab¨ªan otorgado el Premio Nacional de Periodismo Cultural que concede, por primera vez, el Ministerio de Cultura. Siempre al pie del ca?¨®n, y nunca mejor dicho en un periodista experto en todo tipo de avatares b¨¦licos, Ant¨®n lleg¨® a la redacci¨®n a¨²n con la sorpresa dibujada en el rostro. Lo suyo, dice, es estar al otro lado del espejo, aunque en esta ocasi¨®n se dispone con el entusiasmo que le caracteriza a defender una profesi¨®n de la que ha hecho tambi¨¦n su vida.
El fallo reconoce su "escritura plena de imaginaci¨®n, humor y conocimiento"
"Nunca est¨¢s al nivel de la gente que entrevistas", afirma
"El cultural es la cenicienta del periodismo", afirma. No tiene, dice, el pedigr¨ª del periodismo pol¨ªtico o econ¨®mico. "Parece que se hace sin esfuerzo porque los temas son agradables, pero los que estamos en ello sabemos que detr¨¢s hay muchas horas de un trabajo constante que nunca se acaba. Porque cuando vas al cine o al teatro, o coges un libro, sigues trabajando. Hay una fusi¨®n total entre vida y profesi¨®n como en ninguna otra rama del periodismo, y esto es un arma de doble filo porque te aporta mucho como persona, pero a la vez siempre est¨¢s inmerso en el trabajo".
Aunque el suyo es un caso aparte -sus comidas, frugales, suelen tener como comensal un libro sobre temas a veces tan estramb¨®ticos como la copulaci¨®n de las sepias o las memorias de un desertor de la guerra de los boers en Botswana-, para Ant¨®n la creaci¨®n de este premio por parte del ministerio es tambi¨¦n "el reconocimiento a los muchos profesionales que hay en Espa?a que se empe?an d¨ªa a d¨ªa en transmitir lo m¨¢s interesante que pasa en el ¨¢mbito cultural". Separar el trigo de la paja y estar al tanto de una agenda a veces asfixiante es un esfuerzo que, afirma, puede resultar agotador.
Sin contar, claro, la presi¨®n que supone estar en constante contacto con gente m¨¢s lista que uno. "Nunca est¨¢s al nivel de la gente que entrevistas", afirma. "Tienes delante a un arque¨®logo que ha estado 20 a?os excavando un yacimiento y t¨², en media hora de entrevista, tienes la responsabilidad de transmitirlo al p¨²blico. Por eso el periodista cultural tiene que ser modesto por naturaleza, porque eres el diletante de todas las ramas de la cultura. Eso nos hace estar m¨¢s a la intemperie que otros periodistas, porque tenemos delante a las mejores almas de la ¨¦poca".
?Qui¨¦n le impresion¨® m¨¢s? "Karl Popper", contesta raudo. Y eso que el desaparecido fil¨®sofo de la ciencia se las hizo pasar canutas cuando a¨²n era un joven periodista de EL PA?S, diario en el que trabaja desde hace m¨¢s de 20 a?os. Sobre todo, explica, cuando le espet¨®: "Pero, ?no se le ocurre ninguna pregunta inteligente?". La espinita a¨²n la lleva clavada, aunque si algo tiene Ant¨®n es un sentido de humor a prueba de bombas y de poppers.
Y este humor con el que siempre sazona sus cr¨®nicas ha sido, precisamente, una de las claves de este premio, dotado con 20.000 euros, en el que se le reconocen "sus muchas lecturas" y tambi¨¦n el saber "contagiar su pasi¨®n gracias a una escritura plena de imaginaci¨®n, humor y gran conocimiento de los temas sobre los que escribe", seg¨²n el fallo del jurado. Lo de la pasi¨®n tambi¨¦n es un tema importante. Resulta contagiosa. Tanto si se trata del hallazgo de un feto de 3.000 a?os de antig¨¹edad -se ve, a¨²n no lo ha escrito, que es de un supuesto hijo de Tutankam¨®n- como de un superviviente de la II Guerra Mundial, una aviadora pionera o una joven promesa de la ciencia-ficci¨®n. Son ¨¦stos algunos de sus temas estrella, aunque la lista, francamente, ser¨ªa interminable. "Tengo la suerte de poder hacer las cosas que me interesan. De ni?o ya le¨ªa fascinado sobre Tutankam¨®n y ahora estoy escribiendo sobre ello". Por eso les recomienda a los j¨®venes "que se atrevan con todo y que no traicionen sus sue?os". "La ¨²nica manera de divulgar bien la cultura pasa por apasionarte", a?ade. "Por vibrar con lo que haces. Es obligatorio; de lo contrario, no lo transmites y no sirve para nada".
El c¨®mo lo haces es el quid de la cuesti¨®n. Ant¨®n se ha creado un estilo propio, inconfundible, en el que la escritura est¨¢ cuidada al mil¨ªmetro porque, dice, "tiene que estar a la altura de las cosas de las que se habla". En cultura "puedes y debes ser menos directo que en otros tipos de periodismo". Y no le teme al "yo". "Creo que esto es cada vez m¨¢s general en el periodismo, no s¨®lo en el cultural. No se puede hacer siempre, pero a veces es importante transmitir en primera persona la visi¨®n del que observa. Es m¨¢s, es una opci¨®n leg¨ªtima".
Su "yo" est¨¢ sobre todo presente en las divertidas cr¨®nicas que realiza en la edici¨®n catalana de este diario. El pasado mes de febrero se publicaron en RBA bajo el t¨ªtulo de Pilotos, caimanes y otras aventuras extraordinarias y ya se est¨¢ preparando la segunda edici¨®n. Cuenta all¨ª desde sus desventuras con los ratones con los que alimenta a su serpiente (y que alguna vez se le escapan en la redacci¨®n) a sus recuerdos del Instituto del Teatro, donde estudi¨® interpretaci¨®n. No se aburre, no. Y adem¨¢s, aun hace el pino.
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