La amenaza del d¨¦ficit

La econom¨ªa espa?ola, en medio de una recesi¨®n profunda, se enfrenta a una nueva dificultad: el margen de actuaci¨®n presupuestaria contra la crisis se est¨¢ agotando y el d¨¦ficit p¨²blico se aproxima a l¨ªmites propios de una econom¨ªa de guerra -rondar¨¢ el 10% del PIB este a?o-. Como consecuencia, el coste de financiaci¨®n de la econom¨ªa puede convertirse en un lastre muy pesado para las posibilidades de recuperaci¨®n. Son advertencias en las que coinciden el Fondo Monetario Internacional y el gobernador del Banco de Espa?a, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, quien durante su comparecencia en el Congreso record¨® que "tres a?os de paro como ¨¦ste se llevar¨ªan los ingresos de todo un a?o".

Lo que el Fondo y el gobernador est¨¢n recordando es que la pol¨ªtica econ¨®mica no puede consistir s¨®lo en atender los costes de protecci¨®n social. Tambi¨¦n hay que desarrollar pol¨ªticas activas de est¨ªmulo econ¨®mico, igualmente costosas; y, por a?adidura, ha de frenarse el desbordamiento del d¨¦ficit para evitar que se dispare el coste de financiaci¨®n de la deuda. Pero el Gobierno se ha olvidado de la inversi¨®n productiva y pretende convencer a los inversores de que el boquete del d¨¦ficit -casi 100.000 millones de euros este a?o- puede taparse en tres ejercicios con una subida fiscal de 11.000 millones.

Es urgente que el Gobierno tome dos iniciativas. La primera es elaborar un plan financiero del Estado que permita a inversores y contribuyentes entender c¨®mo se va a estabilizar el d¨¦ficit, c¨®mo se va a reformar la estructura de gasto del Estado para evitar el aumento sostenido de la deuda -incluyendo una limitaci¨®n de los d¨¦ficit auton¨®micos- y por qu¨¦ procedimientos se reactivar¨¢ la econom¨ªa, de forma que aumenten los ingresos p¨²blicos.

La segunda es reavivar el pacto social con empresarios y sindicatos para aprobar est¨ªmulos a la contrataci¨®n. El gobernador insiste en reclamar una reforma laboral; entiende que as¨ª bajar¨¢ el coste p¨²blico del desempleo. Pero no parece prioritaria -la creaci¨®n de empleo depende principalmente de la actividad- y, cuando se aborde, deber¨ªa estar m¨¢s enfocada a reducir la temporalidad y a flexibilizar la negociaci¨®n colectiva que a reducir el coste del despido. Es m¨¢s urgente el ajuste del sector financiero y, sin embargo, permanece paralizado cuando casi todas las econom¨ªas occidentales han capitalizado ya sus bancos.