Millet y el 'Cant de la senyera'
F¨¨lix Millet, como es sabido, ni promocionaba con mimo especial las actividades de los propietarios de su fant¨¢stica gallina de los huevos de oro, el Orfe¨® Catal¨¤, ni asist¨ªa apenas a los conciertos que ofrec¨ªa, en el Palau o allende, esta formaci¨®n coral, una de las m¨¢s importantes del mundo. Si acaso, hac¨ªa acto de presencia, de un modo relativamente habitual, en el llamado Concert de Sant Esteve, acontecimiento mayor de esa masa coral, cada 26 de diciembre.
Mi condici¨®n de cr¨ªtico musical, durante 13 a?os, para otro peri¨®dico notable de Barcelona, me obligaba -a m¨ª m¨¢s que a ¨¦l, curiosamente- a participar de este concierto anualmente. Al final del concierto, como es tradici¨®n, el Orfe¨® entona su himno -brillante donde los haya, y mucho m¨¢s pac¨ªfico que nuestro himno nacional- y los asistentes, tambi¨¦n por tradici¨®n, se levantan en se?al de respeto, casi devoci¨®n. Es algo bello y emocionante. Yo, que asist¨ªa a esos conciertos en mi calidad de cr¨ªtico y que, por ello, tomaba notas constantemente acerca de lo que suced¨ªa, no me levantaba.
En una ocasi¨®n, Millet se acerc¨® a m¨ª al final de uno de los conciertos de Sant Esteve y me dijo: "Deber¨ªas levantarte cuando cantan el Cant de la senyera. Es un himno patri¨®tico y catalanista, y dejas en mal lugar a tu peri¨®dico al no hacerlo". Han pasado los a?os y ahora pienso si mi actitud era m¨¢s reprobable de lo que ha acabado siendo la suya.
Es posible que la frase de Samuel Johnson seg¨²n la cual "el patriotismo es el ¨²ltimo refugio de los canallas" sea una exageraci¨®n, provocada por el colonialismo ingl¨¦s y por los conflictos de Inglaterra con Irlanda y Escocia en el siglo XVIII. Pero, en algunas ocasiones, uno se ve tentado de darle la raz¨®n al ilustrado ingl¨¦s. S¨¦ que atropellos y vilezas como las que el propio Millet ha confesado suceden en todas las latitudes, con excusas y pretextos muy variados. Pero en el caso que nos ocupa, la villan¨ªa se encuentra tan pr¨®xima a los supuestos garantes de la causa patri¨®tica, y m¨¢s todav¨ªa de una propaganda nacionalista provechosa, que uno no puede dejar de pensar que el doctor Johnson, si hubiese tenido conocimiento de este caso, habr¨ªa dicho: "?Lo ven ustedes? No andaba tan equivocado".
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