El Tour m¨¢s monta?oso
Contador, que ignor¨® a Armstrong, encantado con el recorrido de 2010, con escasa contrarreloj y una sobredosis de Pirineos al cumplirse cien a?os de la primera subida a la cordillera
"Tienes que hacer como los yudocas", le recomendaron hace tiempo a Alberto Contador, "convertir la fuerza del rival, sus acometidas, en tu mejor arma, en tu propia fuerza". Durante el Tour 2009, Contador aplic¨® la lecci¨®n con ardor hasta conseguir que la obsesi¨®n, los celos, de Armstrong por su persona, figura de escalador fr¨¢gil, coraz¨®n de campe¨®n ¨²nico, se convirtieran en el gran lastre del tejano, en energ¨ªa suplementaria del chico de Pinto, quien consigui¨® aventajar al estadounidense en m¨¢s de seis minutos entre la monta?a y las contrarreloj para cederle s¨®lo 45s en el abanico de La Grande Motte, el gran monumento de Armstrong e Hincapi¨¦ a s¨ª mismos en el Tour del retorno del tejano, que termin¨® tercero.
Entre el espa?ol y el tejano no hubo ayer ni una mirada, ni una palabra
Antes de terminar la campa?a de 2009, Armstrong anunci¨® que en 2010 volver¨ªa m¨¢s fuerte y mejor, y en un equipo diferente [RadioShack], lo que le dar¨ªa libertad para atacar. Contador guard¨® silencio. Armstrong no existe para ¨¦l m¨¢s que cualquier otro corredor, o a veces menos, como mostr¨® ayer, cuando en la presentaci¨®n del recorrido 2010, en el momento de la toma de butacas en el gran palacio de congresos de Par¨ªs, Contador, que lleg¨® el ¨²ltimo, con los cuatro minutos de retraso que se?alan su estatus de n¨²mero uno, ni siquiera le dirigi¨® al tejano una palabra, una mirada, cuando ¨¦ste se levant¨® para dejarle pasar. Contador se sent¨® dos butacas m¨¢s all¨¢, con Andy Schleck como cortafuegos.
As¨ª volvi¨® a alimentar la obsesi¨®n de Armstrong, as¨ª empez¨® Contador a ganar el Tour 2010, que nacer¨¢ el 3 de julio en el puente de Erasmo, en Rotterdam, y cuyo recorrido, el m¨¢s monta?oso de los ¨²ltimos a?os -23 cols, tres llegadas en alto, dos veces el Tourmalet- le gust¨®. "Es m¨¢s duro que el de 2009", dijo Contador, ya ganador del Tour en 2007 y 2009 y reputado como el ¨²nico corredor capaz de acrecentar diferencias con un grupo en un ataque largo. "Hay m¨¢s monta?a que contrarreloj, un recorrido para hacer m¨¢s diferencias. El que m¨¢s cerca puede estar de m¨ª en la monta?a es Andy Schleck".
Aprovechando que hace 100 a?os que el Tour descubri¨® los Pirineos -el c¨ªrculo de la muerte, como se conoc¨ªa a la carretera que un¨ªa Luchon con Pau por cuatro pasos monta?osos, Peyresourde, Aspin, Tourmalet y Aubisque, que hace 100 a?os no eran m¨¢s que un camino de mulas en medio de bosques poblados de osos- y en busca de espectacularidad, el ¨²nico concepto que parecen entender patrocinadores y televidentes, Christian Prudhomme, el patr¨®n del Tour, ha dibujado un trazado exagerado, sin contrarreloj por equipos y con una sola contrarreloj larga, la v¨ªspera de Par¨ªs, 51 kil¨®metros por Burdeos, recorriendo los vi?edos del M¨¦doc.
La monta?a comenzar¨¢ el s¨¦ptimo d¨ªa, en el macizo del Jura, con la llegada a la estaci¨®n de Les Rousses, aperitivo de los Alpes, que tendr¨¢n dos etapas fuertes, una llegada a Avoriaz y un d¨ªa con La Madeleine. Tras una r¨¢pida y dura traves¨ªa del macizo central, con gui?os a Armstrong -paso por el col de La Rochelle, donde Beloki se rompi¨® la cadera y ¨¦l atraves¨® campo a trav¨¦s sin caerse- e Indurain -llegada al aer¨®dromo de Mende, donde tanto sufri¨® el navarro en 1995 a manos de Jalabert-, la ¨²ltima semana est¨¢ dedicada en pleno a los Pirineos, donde a lo largo de cuatro etapas, de este a oeste y vuelta, no se dejar¨¢ piedra sin mover. Se terminar¨¢ el primer d¨ªa en Ax, se seguir¨¢ al d¨ªa siguiente, 100 a?os justos, d¨ªa por d¨ªa, 19 de julio, despu¨¦s, por los primeros puertos que se tocaron en los Pirineos, Portet de Aspet y Ares, para culminar al d¨ªa siguiente con el gran homenaje, entre Luchon y Pau, a los cuatro gigantes.
Como postre, lo m¨¢s duro, final a 2.115 metros en la cima del Tourmalet -segunda vez en la historia, 36 a?os despu¨¦s de la primera- despu¨¦s de pasar la terrible Marie Blanque y el Soulor y ascender por Bar¨¨ges. "Siempre pasa, sin embargo, que cuanto m¨¢s monta?a, m¨¢s miedo y m¨¢s conservadores nos hacemos los corredores", dijo Contador. "Ya el a?o pasado, menos fuerte, todo el mundo dec¨ªa de guardar para la ¨²ltima semana, pero creo que en 2010 se pueden hacer cosas interesantes antes. Har¨¢ falta un buen equipo para controlar. A ver en cu¨¢l estoy. El d¨ªa 20 se acaba el plazo de la UCI para la inscripci¨®n, a ver qu¨¦ hace el Astana".
Sin tales problemas, Armstrong pudo solazarse en un bonito detalle que tuvo con ¨¦l Prudhomme. El tejano, quien, inferior a Contador en monta?a y contrarreloj, debe buscar la ventaja en territorios de emboscada, lament¨® la ausencia de una contrarreloj por equipos donde hacer una primera criba, pero, a cambio, se alegr¨® con la inclusi¨®n, el tercer d¨ªa, de 13 kil¨®metros de pav¨¦s en cuatro tramos de la Par¨ªs-Roubaix, un terreno similar al que utiliz¨® para desembarazarse de Iban Mayo, a quien tanto tem¨ªa, en 2004. "Pero ser¨¢ diferente", dijo. "La meta est¨¢ mucho m¨¢s cerca, no se har¨¢n tantas diferencias". "S¨®lo espero que no llueva", dijo Contador, "pero no me quita el sue?o el pav¨¦s". "Algunos pueden perder mucho all¨ª", sentenci¨® Johan Bruyneel, el director de Armstrong, "pero all¨ª no se ganar¨¢ el Tour".
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