Maradona averg¨¹enza a Argentina
El jugador adorado por la afici¨®n se ha convertido en un entrenador grosero a quien pedir cuentas
El protagonismo de Diego Armando Maradona en el f¨²tbol argentino es total. Ni tan siquiera la victoria frente a Uruguay en el ¨²ltimo partido de clasificaci¨®n (0-1 en el estadio Centenario de Montevideo, gol de Bolatti) y el pase al Mundial de Sur¨¢frica han permitido que el foco se corriera hacia Ver¨®n o Demichelis, que salvaron el partido, o al inesperado goleador, Mario Bolatti. El seleccionador, Maradona, atrajo toda la atenci¨®n hacia s¨ª mismo con unas explosivas y groseras declaraciones, insultando a quienes se hab¨ªan atrevido a criticar su manejo de la selecci¨®n. "Tengo memoria, hermano, al que no cre¨ªa, a los que no creyeron, que la chupen y la sigan chupando", lanz¨® en una rueda de prensa retransmitida a todo el mundo y que ha aumentado todav¨ªa m¨¢s el malestar por su actuaci¨®n al frente de la albiceleste.
Tratado siempre como un s¨ªmbolo planetario, nunca pens¨® que ese enfoque desaparecer¨ªa
Es verdad que al final del partido algunos de los jugadores entonaron c¨¢nticos con insultos para la prensa argentina. Pero tambi¨¦n que, ante las c¨¢maras, todos ellos controlaron su lenguaje e incluso aceptaron que el partido no hab¨ªa dejado grandes motivos para la celebraci¨®n. Juan Sebastian Ver¨®n, La Bruja, uno de los caudillos de Maradona (a sus 34 a?os), fue expl¨ªcito: "Esto es un desahogo. No hay que festejar. Ahora hay que ponerse a trabajar para el Mundial. Hay que hablar, reflexionar y mejorar".
Maradona, por el contrario, no se limit¨® a un estallido de llanto en el propio c¨¦sped del Centenario, abrazado a un casi descompuesto Bilardo, el director t¨¦cnico de la federaci¨®n, que se apresur¨® a negar todas las informaciones sobre desacuerdos anteriores. "Te quer¨ªan limpiar, te quer¨ªan limpiar", sollozaba Bilardo delante de las c¨¢maras. Maradona esper¨® a la sala de prensa para dejar salir todo el resentimiento acumulado durante estas semanas. "S¨¦ todo lo que dijeron ustedes: qui¨¦n me pegaba, qui¨¦n no. Qui¨¦n era m¨¢s hijo de puta, qui¨¦n no". "Yo soy blanco o negro, no voy a ser gris en mi vida. Sigan mamando", amenaz¨®, con el peque?o hilo de voz que le quedaba tras desga?itarse durante el encuentro.
El irreverente jugador que tanto quiso la afici¨®n argentina se estaba convirtiendo en un entrenador grosero al que se empieza a pedir cuentas. "La peor versi¨®n de Maradona", "El festejo del rencor", "Maradona sigue sin entender que no importa hacia d¨®nde se va sino c¨®mo se va", "Diego Mamando Maradona", titularon los diarios. Alguno incluso solicit¨® su despido inmediato. "En cualquier organizaci¨®n seria, de las que entre nosotros no abundan, pero son comunes en sociedades l¨®gicas, hoy Maradona estar¨ªa sin trabajo", escribe Andr¨¦s Prestileo, en La Naci¨®n. "El 81% de los encuestados por Clar¨ªn opina que Maradona debe ser sancionado", informa el diario porte?o. Maradona se las ha arreglado, coinciden todos, para estar en el ojo del hurac¨¢n por sus declaraciones y no por el resultado del partido. Es decir, para ser el ¨²nico protagonista de la jornada.
Que Maradona estaba sufriendo como un poseso por las cr¨ªticas que recib¨ªa, lo sab¨ªa todo el mundo. El jugador est¨¢ acostumbrado a ser tratado como un ¨ªdolo, un astro mundial, y quiz¨¢s nunca pens¨® que ese tratamiento pod¨ªa desaparecer cuando saltara a la cancha como entrenador. Diego intent¨® separar los reproches de los periodistas del afecto y apoyo de sus hinchas. "La gente, la gente, a ellos s¨ª les agradezco su apoyo", asegur¨®, neg¨¢ndose a aceptar que ese afecto, sincero, pueda quedar sepultado por el aluvi¨®n de quejas y rega?inas, igual de sinceras, que le llegan por el mal juego de la selecci¨®n. De hecho, en el partido contra Per¨², buena parte de la hinchada dej¨® claro su enfado y aunque los gritos se centraron mucho m¨¢s en los jugadores y en el equipo que en el entrenador, las encuestas no dejan mucho margen para interpretaciones: la mayor¨ªa de los argentinos duda de que Maradona pueda ser un buen seleccionador.
"Algo debe quedar claro", insist¨ªa ayer Daniel Gui?az¨², en P¨¢gina12; "por este camino al f¨²tbol argentino no le aguarda un destino de gloria". Los comentaristas insisten en sus sospechas de mala relaci¨®n entre Maradona y Bilardo y aseguraban que los asesores del seleccionador, Mancuso y Lemne, son voces mediocres que no ayudar¨¢n a mejorar las cosas. Ciertamente, al final del partido el ¨²nico que parec¨ªa un seleccionador, fr¨ªo y analista, era Ver¨®n.
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