Las ciudades invisibles de Beirut
Hay ciudades y pa¨ªses que son, ante todo, una emoci¨®n. Y eso es lo que ocurre con Beirut y con L¨ªbano. Zena el Khalil, artista pl¨¢stica y escritora, ha sabido captar y transmitir esa emoci¨®n en uno de los libros m¨¢s bellos dedicados nunca a una ciudad, que con sus palabras se transforma en un espacio infinito de vida y de memoria, de felicidad y dolor. "Cuando explota una bomba, te das cuenta de que la vida es demasiado corta para ser fr¨¢gil. Vivimos esquivando bombas. Es nuestra realidad. No podemos cerrar los ojos", escribe El Khalil. Libanesa, nacida en Londres en 1976, vivi¨® en Nigeria y Nueva York antes de regresar a su tierra, donde le sorprendi¨® el ataque israel¨ª del verano de 2006. Y en aquellas semanas en las que el sue?o de futuro de un pa¨ªs se hizo a?icos bajo las bombas, escribi¨® un blog que dio la vuelta al mundo: Beirut Update (http://beirutupdate.blogspot.com/).
Beirut. I love you
Zena el Khalil (texto e ilustraciones)
Traducci¨®n de Clara Ministral
Siruela. Madrid, 2009
224 p¨¢ginas. 16,90 euros
Las ciudades invisibles de Beirut
Pero aquella guerra, junto con la enfermedad de su mejor amiga, Maya, hizo que esta joven libanesa comprendiese que no hay nada tan poderoso, tan invencible como la vida. Beirut, I love you surge de aquel impulso imparable. Es un libro divertido y triste, en el que se mezclan las generaciones y las historias, los relatos y las urbes, porque en Beirut cabr¨ªan todas Las ciudades invisibles de Italo Calvino.
"La l¨ªnea que separa los sue?os de la realidad es delgada", es la frase con la que arranca este libro. "De vez en cuando, y en mayor o menor medida, todos necesitamos ponernos la m¨¢scara de chiflados. Quiz¨¢s es as¨ª como conseguimos sobrevivir. Me encanta. Beirut es la libertad plena y absoluta, es la imaginaci¨®n sin censura. Lo que quieras que ocurra puede ocurrir. Dejarme atrapar por su locura es la felicidad m¨¢xima, como el segundo orgasmo que siempre es mejor que el primero", escribe m¨¢s adelante. As¨ª discurre Beirut, I love you, entre relatos de amor y de abandono, entre la locura y la cordura, entre la felicidad y el desgarro. En un pa¨ªs donde no existe el matrimonio civil (s¨®lo el religioso) y en el que es ilegal que una pareja conviva sin estar casada, Zena el Khalil se dedica a romper un tab¨² tras otro, al hablar abiertamente de sexo. A pesar de que L¨ªbano es tal vez el pa¨ªs m¨¢s liberal de Oriente Pr¨®ximo, para ella es pr¨¢cticamente un alivio que su obra, escrita en ingl¨¦s, no haya sido traducida al ¨¢rabe. "A veces parece que en Beirut todo tiene que ver con la muerte y la desesperaci¨®n, pero eso es s¨®lo cuando te est¨¢ enga?ando. En realidad, est¨¢ tan llena de vida que todo el mundo quiere un trozo de ella".
Las guerras civiles, las invasiones, las luchas inter¨¦tnicas no han podido con sus habitantes. Como si ignorasen su historia, sus propias vidas, las cicatrices b¨¦licas visibles por todas partes, los libaneses siguen adelante. Zena el Khalil lo refleja muy bien cuando, en un momento de la narraci¨®n, tras relatar las guerras que ha padecido, cuenta lo que ama de L¨ªbano: "Escuchar jazz bajo las estrellas en la antigua ciudad portuaria de Biblos, pensando en aquella noche", "el vino, sola, con un amante, en la playa, en mi azotea, en la Corniche", "nadar, ba?arme en nuestro mar, en el sur y en Batrum", "comer un bocadillo de patatas fritas en Hamra", "besar en Beirut, en secreto, en p¨²blico, en la Corniche, en la calle, en una casa, borracha en el Barometre, en mi coche mientras suena Billie, en mi coche mientras suena Nina". ?sa es la lecci¨®n inolvidable de Beirut, I love you: uno puede sobrevivir a la violencia que arrastra un pa¨ªs hacia la destrucci¨®n, a la muerte de su mejor amiga (alguien con quien pensaba crecer la autora, con quien quer¨ªa compartir toda una existencia), a los fracasos amorosos, a una sociedad que obliga a esconder los deseos porque, al final, la vida es demasiado poderosa, la muerte, demasiado fr¨¢gil.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.