Yasmin Levy retorna a Sefarad
La hija del etnomusic¨®logo Yilzhak Levy, el recopilador de la m¨²sica sefard¨ª, se confiesa enamorada del flamenco y, en especial, de Antonio Molina, su gur¨² desde que ten¨ªa 17 a?os. "He hecho todo lo posible para destruir mi voz y sonar como una cantaora", cuenta la cantante, que ahora publica Sentir, su nuevo disco
No es que Yasmin Levy (Jerusal¨¦n, 1975) sea supersticiosa sino que a veces uno se enfrenta a situaciones que te obligan a reflexionar sobre tus or¨ªgenes. Como descendiente de sefard¨ªes, ha propiciado con su poderosa voz que se conozca el ladino y que los romances de los jud¨ªos que fueron expulsados de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica hace m¨¢s de quinientos a?os no se olviden. Pero lleg¨® un momento en que ese registro se le qued¨® cort¨®. Necesitaba salir de la cocina de su madre, el rinc¨®n donde aprendi¨® a cantar, y buscar nuevas fronteras. As¨ª que aterriz¨® en Sevilla para empaparse en los palos de una m¨²sica que la lleva de cabeza. Ya cuando lleg¨® a clase, Paco Taranto, su profesor, le recibi¨® con los brazos abiertos: "T¨² no vienes, vuelves a tu casa", le espet¨® al conocer su origen. Otro d¨ªa, Taranto le cant¨® una sole¨¢ jud¨ªa. Al acabar, Yasmin le pidi¨® a la guitarrista que siguiera tocando y ella enton¨® una sefard¨ª con la misma melod¨ªa. "Fue un momento irrepetible en la escuela", recuerda Yasmin Levy. En el curso del mismo viaje, andando por las callejuelas de la juder¨ªa de la ciudad andaluza, descubri¨® la calle Levy y sinti¨® que ten¨ªa una misi¨®n: "No pod¨ªa tratarse de una casualidad. Ah¨ª mismo decid¨ª llevar las canciones sefard¨ªes de nuevo a Espa?a y empezar a mezclarlas con el flamenco".
"Si cantara el ladino 'a capella' como quieren los puristas, creo que podr¨ªa seguir actuando en la cocina de mi madre y nadie me escuchar¨ªa"
"La m¨²sica sefard¨ª se canta como una nana, con mucho amor, pero suena muy fr¨¢gil. Es un cante de cabeza, como la ¨®pera, y yo quer¨ªa cantar de pecho"
Pero no fue f¨¢cil lograrlo. Para entregarse por completo al flamenco, Yasmin Levy ha necesitado grabar antes otros discos, en los que no ha parado de hacer fusiones con la m¨²sica oriental o el jazz, a base de meter guitarras espa?olas, oud, viol¨ªn, chelo, percusi¨®n o piano. En esta ocasi¨®n, para grabar Sentir, el CD que acaba de poner en el mercado, busc¨® a Javier Lim¨®n, productor entre otros de L¨¢grimas negras. Que Sentir suena completamente diferente a los anteriores trabajos de esta artista no es nuevo. Levy siempre anda buscando, no le gusta quedarse en el mismo lugar. "Llegu¨¦ a Lim¨®n como una paloma con las alas rotas. Me encontraba muy baja, con mucho miedo, y ¨¦l me hizo volar de nuevo", a?ade. "Si ahora escucho mis tres discos anteriores no me resulta f¨¢cil. Llevo cantando desde los veinte a?os pero siento que realmente me hice cantante en noviembre de 2008 en Berl¨ªn. Hubo un momento m¨¢gico en el escenario, algo pas¨® dentro de m¨ª. Fue como si empezara de nuevo y meses despu¨¦s fui a trabajar con Lim¨®n". Sentir suena como su disco menos oriental. Ella quer¨ªa m¨¢s flamenco, pero el productor se neg¨®, prefer¨ªa mantener sus ra¨ªces. "Ha sido la primera vez en mi carrera que me ha gustado quedarme en el estudio, un sitio sin alma y lleno de m¨¢quinas donde me encontr¨¦ como en un escenario". Levy est¨¢ encantada con el resultado: "A la m¨²sica sefard¨ª le falta acci¨®n. Se canta como una nana, con mucho amor y muy bonito, pero suena muy fr¨¢gil. Es un cante de cabeza, como la ¨®pera, y yo quer¨ªa cantar de pecho, como los flamencos. Ha sido como comer pan toda tu vida y un d¨ªa descubres el jam¨®n. En el flamenco he encontrado pasi¨®n y fuego, y poder cantar como una loca. He hecho todo lo posible para destruir mi voz y sonar como una cantaora".
Ante la inminente visita a Espa?a para la promoci¨®n del ¨¢lbum, Levy se siente atemorizada. Le asusta la reacci¨®n del p¨²blico por su relaci¨®n con el flamenco. De momento, ya ha sufrido las cr¨ªticas de la comunidad sefard¨ª. "Se han enojado mucho conmigo porque piensan que destruyo el ladino; ellos crecieron escuchando algo en una forma y yo le puse el caj¨®n y el estilo flamenco, y eso no les ha gustado. Si cantara el ladino como quiere la comunidad, a capella, creo que podr¨ªa seguir actuando en la cocina de mi madre y nadie me escuchar¨ªa, salvo los que se interesan por el idioma que hablaban los jud¨ªos espa?oles, pero entiendo que est¨¢ bien cantar al estilo tradicional y llevar esa m¨²sica al mundo para no perder las tradiciones".
Levy creci¨® escuchando la voz de su madre en casa y la de su padre en la sinagoga. As¨ª se transmitieron oralmente los cantos lit¨²rgicos y profanos entre generaciones. Nadie hab¨ªa escrito nunca las letras hasta que se atrevi¨® su padre. Se dio cuenta de que se trataba de un tesoro que iba a morir, as¨ª que se arm¨® de una grabadora y fue grabando las voces de los sefard¨ªes que encontr¨® en Israel. Tras la creaci¨®n del Estado sionista, hab¨ªa gente llegada desde medio mundo y Levy grab¨® todas las canciones. Se trataba ya entonces de gente muy mayor, a la que a veces no se entend¨ªa bien, pero Levy era m¨²sico. Antes de morir public¨® cuatro libros de romances y cantigas y diez de canciones religiosas. Pero, cosas extra?as de la vida, Yilzhak Levy le hizo prometer a su esposa antes de morir que quemar¨ªa todas las grabaciones que hab¨ªa realizado a lo largo de su vida. "Ten¨ªa miedo de que a su muerte llegaran otros y tiraran por tierra su trabajo", cuenta su hija. "Ahora el mundo est¨¢ muy enojado con ella, pero mi madre tambi¨¦n llor¨® al destruir ese material".
No fue la ¨²nica vez que la madre de Levy respet¨® a pie juntillas la opini¨®n de su marido. Cuando se conocieron (se llevaban 30 a?os) ella iba para cantante y ¨¦l le puso como condici¨®n para casarse que dejara la m¨²sica. Ahora, de vez en cuando, su madre sube con ella al escenario como invitada. "Me da verg¨¹enza cantar despu¨¦s de ella. Es tan pura, tiene el pelo blanco, la cara surcada de arrugas y una voz que estremece, como si sonara hace 500 a?os. Ella es la tierra donde he crecido".
Sentir le ha servido tambi¨¦n a Levy para hacer realidad, al menos, dos deseos: acompa?ar a su padre en un dueto -una guitarra y una voz original a la que se le han a?adido guitarras y la voz de su hija- y versionar un tema de Antonio Molina. La primera vez que escuch¨® una de sus coplas Levy ten¨ªa 17 a?os. Qued¨® tan fascinada con su voz que se pas¨® la d¨¦cada siguiente tratando de cantar como si fuera el autor de Soy minero. Para conseguirlo conectaba el disco y cantaba por encima. Mirando el reloj, cronometraba 30 segundos -imita un quej¨ªo flamenco- y no par¨® hasta conseguir que su voz se romp¨ªa en ese lamento. Por honor, respeto y admiraci¨®n no se hab¨ªa atrevido a cantar un tema suyo, pero ahora ha incluido en el disco su particular versi¨®n de La hija de Juan Sim¨®n. En Bruselas, donde present¨® el disco a primeros de octubre, en la sala AB, Levy hizo una versi¨®n del tema al modo cantaora: sentada en una silla y acompa?ada por una guitarra espa?ola, tocada por un m¨²sico escoc¨¦s, ante un p¨²blico ensimismado.
Levy se muestra preocupada por la pervivencia del idioma. Ni siquiera ella habla ladino. De su familia, s¨®lo lo conocen sus t¨ªas y ninguna baja de los noventa a?os. Para explicar lo ocurrido con la lengua de los sefard¨ªes, Levy se remonta al momento en que su familia, de origen turco, desembarc¨® en Israel hace ya m¨¢s de sesenta a?os y se fund¨® el Estado jud¨ªo. Ben-Guri¨®n les pidi¨® a sus habitantes que construyeran Israel, lo que supuso en la pr¨¢ctica que el marroqu¨ª, el turco o el ladino se dejaban de lado para potenciar el hebreo. "En la pr¨¢ctica, lo que sucedi¨® con las lenguas de origen fue que se quedaron para la lengua que utilizaban los padres para hablar en secreto ante los ni?os. Por eso no lo aprend¨ª".
Levy va a iniciar en los pr¨®ximos meses una gira por Estados Unidos. All¨ª se publica Mano suave, su disco anterior, producido por Luci Dur¨¢n, que tuvo las mejores cr¨ªticas, pero a ella le cuesta. "Se trata de un trabajo muy bonito, pero cortaron mis alas. Dur¨¢n quiso que todo fuera ortodoxo, quer¨ªa hacer algo que fuera cierto y su trabajo fue un ¨¦xito en el mundo, pero no fue agradable para m¨ª. No quiero ser el veh¨ªculo de una tradici¨®n", concluye. Con la libertad de la que ahora disfruta, se prepara para grabar un disco de copla.
Sentir. Yasmin Levy (voz), Javier Lim¨®n (guitarra flamenca y producci¨®n), Charlie Mendes (bajo), Sonny Pasos (teclados), Jos¨¦ Vargas El B¨²ho (percusi¨®n), Abdul Sharif (bouzoki), Amir Shahsar (ney y clarinete), Carlitos Sarduy (trompeta). World Village. Harmonia Mundi. www.yasminlevy.net/
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