Los talibanes no dan tregua a Pakist¨¢n
Los ataques terroristas causan 175 muertos en menos de dos semanas en el pa¨ªs - Islamabad cree que los grupos integristas se han aliado para destruir el Estado
Al menos 13 personas murieron ayer en un atentado suicida contra una sede policial en Peshawar, al noroeste de Pakist¨¢n. Con ¨¦ste son ya seis los ataques terroristas que en apenas 12 d¨ªas han dejado 175 muertos en todo el pa¨ªs. La envergadura y preparaci¨®n de esas acciones apunta hacia una alianza entre talibanes, grupos yihadistas y Al Qaeda contra el Estado paquistan¨ª, seg¨²n admiten tanto portavoces oficiales como observadores. Las dificultades del Gobierno de Islamabad se incrementan adem¨¢s con la huida de 80.000 civiles de Wazirist¨¢n del Sur ante el anunciado asalto militar a ese feudo de los extremistas isl¨¢micos.
De hecho, la mayor¨ªa de los analistas interpretan que ambos asuntos est¨¢n relacionados. El Ej¨¦rcito planea la entrada en la zona tribal de Wazirist¨¢n del Sur desde junio, cuando recibi¨® la orden del Gobierno. Sin embargo, durante el verano se limit¨® a bombardear las defensas talibanes para preparar el asalto terrestre. En agosto, la muerte del l¨ªder talib¨¢n Baitullah Mehsud, en un ataque a¨¦reo estadounidense, abri¨® una crisis por el control de la direcci¨®n del movimiento insurgente que algunos observadores consideran ahora una ocasi¨®n perdida. Con un nuevo l¨ªder al frente, Hakimullah Mehsud, los talibanes estar¨ªan tratando ahora de frenar esa operaci¨®n distrayendo a los militares en m¨²ltiples frentes.
80.000 civiles han huido de Wazirist¨¢n del Sur por temor a la ofensiva militar
Las olas de ataques sincronizados son una imagen de marca de Al Qaeda
El primer ministro, el jefe del Ej¨¦rcito y los l¨ªderes de todos los partidos pol¨ªticos mantuvieron ayer una reuni¨®n de emergencia para examinar la ¨²ltima ola de atentados. En un comunicado difundido anoche, el Gobierno acus¨® a los milicianos talibanes de "ser una grave amenaza a la soberan¨ªa e integridad del Estado".
El atentado de ayer se produjo poco antes de la una del mediod¨ªa (cuatro horas antes en la Espa?a peninsular) en las proximidades de una mezquita, un puesto de control del Ej¨¦rcito y el edificio de la polic¨ªa de investigaci¨®n criminal, seg¨²n inform¨® Dawn News. Esa sede parec¨ªa ser el objetivo ¨²ltimo del suicida que, seg¨²n el ministro de Informaci¨®n del Gobierno provincial, Iftikhar Hussain, "hizo estallar un veh¨ªculo cargado con 50 kilos de explosivos". Al menos tres de los muertos y dos de los heridos eran polic¨ªas.
Algunos testigos citados por los medios locales dijeron haber o¨ªdo dos explosiones y la polic¨ªa habl¨® inicialmente de que una de ellas hab¨ªa sido obra de una mujer que viajaba en una moto detr¨¢s del coche bomba. M¨¢s tarde, sin embargo, lleg¨® a la conclusi¨®n de que tanto la pasajera como el hombre que conduc¨ªa la moto hab¨ªan sido dos v¨ªctimas m¨¢s. Es posible que la segunda detonaci¨®n estuviera producida por el dep¨®sito de alguno de los veh¨ªculos afectados.
Las v¨ªctimas mortales de ayer, entre las que hay dos mujeres y dos ni?os, se suman a las 38 que el d¨ªa anterior dejaron los ataques simult¨¢neos contra la sede de la polic¨ªa criminal, una escuela policial y un centro de entrenamiento de comandos, en Lahore, y una comisar¨ªa en Kohat. Otras 41 personas murieron el lunes en un asalto a un convoy de las fuerzas de seguridad en el Valle del Swat, de donde oficialmente los militares desalojaron a los terroristas la pasada primavera. Pero ninguna acci¨®n ha sido tan audaz como el asalto al cuartel general del Ej¨¦rcito en Rawalpindi.
Este rosario de ataques ha puesto de relieve la impotencia de las fuerzas de seguridad ante la determinaci¨®n de unos atacantes, no s¨®lo dispuestos a suicidarse, sino cada vez m¨¢s organizados. Por un lado, los radicales islamistas han intensificado y extendido hasta las ciudades la lucha de guerrillas que desde 2007 libran contra el Gobierno y el Ej¨¦rcito, a los que acusan de haberse aliado con EE UU en su guerra contra el terrorismo, y que ya ha causado 2.300 muertos. Por otro, el Movimiento de los Talibanes de Pakist¨¢n (TTP), una alianza de organizaciones que habitualmente se responsabiliza de los atentados, parece haberse reforzado con nuevos miembros.
As¨ª lo reconoci¨® el ministro del Interior, Rehman Malik, el pasado jueves tras los atentados de Lahore, cuando habl¨® de un "sindicato" de grupos que quiere convertir a "Pakist¨¢n en un Estado fallido". "Los [grupos] prohibidos TTP, Jaish-e-Mohamed, Al Qaeda y Lashkar-e-Jhangvi est¨¢n operando conjuntamente en Pakist¨¢n", declar¨®.
Dos pistas llevan a los analistas en esa direcci¨®n. La primera, el creciente recurso a los ataques sincronizados, como sucedi¨® en Lahore, una caracter¨ªstica que se ha convertido en la imagen de marca de Al Qaeda. Desde su expulsi¨®n de Afganist¨¢n en 2001, el grupo de Osama Bin Laden ha buscado aliados en Pakist¨¢n, y sin duda les ha influenciado. La segunda, la participaci¨®n en los atentados de ciudadanos de Punjab, miembros de grupos yihadistas locales, que ampl¨ªan la base ¨¦tnica past¨²n de los talibanes. Significativamente, el ¨²nico detenido y presunto cabecilla del asalto de Rawalpindi, Mohamed Aqeel, es miembro de Lashkar-e-Jangvi.
Este segundo elemento constituye sin duda el mayor reto para el actual Gobierno de Islamabad. Los grupos yihadistas a¨²n gozan de enormes simpat¨ªas entre la poblaci¨®n e incluso entre los militares, por su lucha en Cachemira. Despu¨¦s de a?os de tolerancia, est¨¢ resultando muy dif¨ªcil convencer a los paquistan¨ªes de su alianza con Al Qaeda y los talibanes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.