Ideolog¨ªa de g¨¦nero
No hay nada que movilice tan profundamente a la derecha social espa?ola como los temas referidos al g¨¦nero y a la sexualidad. Si repasamos las grandes manifestaciones de esta naturaleza, que suelen congregar a un mill¨®n aproximado de personas, encontraremos siempre en su base la piedra de toque del papel de las mujeres y de la sexualidad en la conformaci¨®n de la sociedad. Incluso las manifestaciones contrarias a las leyes educativas han tenido siempre, al menos en su versi¨®n m¨¢s popular, el trasfondo de proteger a los ni?os de contenidos educativos relacionados con el sexo, el matrimonio y los roles sociales igualitarios.
La derecha social y eclesial ha acu?ado un t¨¦rmino con el que designan los males sociales actuales y que denominan "la peligrosa ideolog¨ªa de g¨¦nero" que est¨¢ impregnando las leyes actuales. Los think tank del pensamiento ultraconservador elaboran documentos, libros y art¨ªculos con un argumento com¨²n, tan f¨¢cil de comprender como un cuento infantil: la familia tradicional es la fuente de toda felicidad y fuera de ella s¨®lo hay soledad y conflicto social. La piedra fundacional de esta construcci¨®n simb¨®lica es la identificaci¨®n entre ser mujer y ser madre. La maternidad se convierte as¨ª en la realizaci¨®n plena de la mujer, en su ¨²nico y verdadero objetivo vital. Sobre esta materia -que en realidad niega la igualdad y el derecho de que las mujeres elijan su propia vida- se construye una m¨ªstica ensalzadora que pon¨ªa sonrisas en los labios de los manifestantes, felices de haber encontrado en las palabras "vida-mujer-maternidad" una nueva trinidad redentora.
Si para la derecha social el papel de la mujer es un tema central, constitutivo de su ideolog¨ªa, los momentos que escoge para su demostraci¨®n responden a agendas pol¨ªticas concertadas. En Andaluc¨ªa tenemos un ejemplo muy ilustrativo de ello. Cuando se estaba tramitando el nuevo Estatuto de Autonom¨ªa de Andaluc¨ªa, con la oposici¨®n rotunda del Partido Popular, la asamblea de Obispos del Sur emiti¨® un comunicado terrible contra el nuevo texto al que acusaba de "amenaza contra la vida", "postergar el matrimonio verdadero" y contener una peligrosa "ideolog¨ªa de g¨¦nero que da la espalda a los fundamentos antropol¨®gicos de la diferenciaci¨®n de los sexos y de su complementariedad". Hay que decir que algunas organizaciones de cristianos de base protestaron por la rudeza y la insensibilidad de los obispos en materia de derechos sociales.
Sin embargo, cuando acab¨® la tramitaci¨®n del Estatuto y el PP se hubo incorporado, aunque el texto no hab¨ªa cambiado pr¨¢cticamente, los obispos andaluces modificaron su declaraci¨®n final, saludaron los nuevos derechos sociales contenidos en el Estatuto -que estaban desde el inicio de la tramitaci¨®n- y convirtieron su feroz oposici¨®n en unas simples recomendaciones para una "lectura atenta" de los cristianos.
La manifestaci¨®n multitudinaria del pasado s¨¢bado responde tambi¨¦n a esta agenda pol¨ªtica concertada entre ciertas organizaciones sociales, eclesiales y pol¨ªticas. En este caso han pretendido huir del excesivo protagonismo de la iglesia oficial y del Partido Popular en la manifestaci¨®n porque conven¨ªa que la protesta tuviera un car¨¢cter m¨¢s social y menos institucional. Esto no evita que la Iglesia les haya llenado los autobuses a pie de colegio y el Partido Popular haya animado convenientemente la convocatoria. Han impuesto una cierta moderaci¨®n en las formas porque conven¨ªa a sus fines que no son otros que conseguir el retorno pol¨ªtico de la derecha. S¨®lo hay que ver c¨®mo la dulce placidez del canto a la vida se transformaba en airadas consignas pol¨ªticas sin apenas transici¨®n. Por lo dem¨¢s, no es contra el aborto por lo que protestan, es contra las mujeres del siglo XXI que eligen su maternidad, sus tiempos y su destino.
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