Los oscuros
Luciano Ligabue, un polifac¨¦tico artista italiano, dedic¨® un himno, Una vita da mediano, al futbolista que se quema los pulmones en la misi¨®n m¨¢s oscura: cortar balones, darlos pronto, ser generoso, "siempre ah¨ª, ah¨ª en el medio, mientras te quede algo est¨¢s ah¨ª". El calcio no est¨¢ hecho para mediocentros imperiales, sino para medianos. El nombre lo dice todo.
Entre los grandes profesionales de la oscuridad costar¨ªa encontrar a alguien m¨¢s sacrificado que Beppe Baresi. Tuvo que sospechar algo el d¨ªa que acudi¨® con su hermano, ambos chavalines, a hacer una prueba en el Inter. No hay una instituci¨®n futbol¨ªstica con peor ojo cl¨ªnico que el Inter. Y ese d¨ªa eligi¨® quedarse con Beppe. Al hermano peque?o, Franco, no se le vio virtud alguna. Franco Baresi lo intent¨® con el otro equipo de la ciudad, el Milan, y el resto es conocido.
El cronista se toma una pausa, m¨¢s o menos larga. Ha sido un honor. Gracias por la paciencia. Hasta luego
Los dos Baresi tuvieron carreras largas y, en cierto sentido, comparables. Beppe jug¨® 559 partidos de Liga; Franco, 532. Beppe marc¨® 13 goles; Franco, 16. Pero todo el mundo recuerda a Franco Baresi, el jefe de la defensa del mejor Milan de la historia, mientras s¨®lo los interistas y unos cuantos eruditos pueden evocar la estampa de Beppe, un mediano tan esforzado y tan modesto que no idolatraba a Maradona o Platini, ni siquiera a su hermano Franco, sino a Oriali, su antecesor en la median¨ªa interista. Por precisar, Oriali fue el tipo para quien Ligabue compuso Una vita da mediano.
No hace falta jugar de mediano para llevar una vida de futbolista mediano. Georg Schwarzenbeck, central del Bayern y de la selecci¨®n alemana, autor de aquel gol terrible que en 1974 priv¨® al Atl¨¦tico del m¨¢ximo trofeo europeo, no era especialmente talentoso, pero hubo pocos defensas m¨¢s eficaces en su tiempo. Beckenbauer le eligi¨® como guardaespaldas sobre el c¨¦sped y eso le oblig¨® a pasar por un tipo feo, tosco, brutal y sin ideas. Lo acept¨® tranquilamente. Hab¨ªa sido impresor en su juventud (ahora tiene una papeler¨ªa) y utilizaba un s¨ªmil del oficio: "Beckenbauer pod¨ªa haber trabajado toda la jornada en una imprenta sin mancharse los dedos de tinta; a m¨ª, en cambio, me bastaba mirar la rotativa para pringarme".
Incluso los futbolistas m¨¢s brillantes pueden acabar languideciendo en la oscuridad t¨ªpica del mediano. ?Recuerdan a Piet Keizer? Un genio de la banda izquierda, quiz¨¢ s¨®lo superado por George Best. Keizer fue la estrella del primer gran Ajax, el equipo que surgi¨® de una Liga provinciana para asombrar al mundo. Junto a Cruyff compuso un d¨²o sensacional. Era vago e intermitente: le bastaban unos cuantos minutos para crear unas cuantas maravillas y unos cuantos goles. Tambi¨¦n era modesto. Acab¨® peleado con Cruyff y eso facilit¨® el sonado traspaso del holand¨¦s volador al Barcelona. Cuando le lleg¨® el momento de brillar en solitario, Keizer se dio cuenta de que ya era viejo. Y se retir¨® sin a?oranzas. Para la gran historia queda s¨®lo Johan Cruyff.
Debe de ser fatal sufrir la oscuridad de la median¨ªa sin tener car¨¢cter de mediano y trabajando adem¨¢s en un lugar tan visible como la porter¨ªa. Algo as¨ª le ocurre a V¨ªctor Vald¨¦s. Hay pocos guardametas tan precisos en la salida y tan adecuados para el f¨²tbol moderno. Para su mal, Vald¨¦s ha coincidido en el tiempo con Casillas, un tipo de agilidad sobrehumana y facilidad para los milagros. Es posible que Vald¨¦s nunca llegue a debutar con la selecci¨®n espa?ola. Y, sin embargo, entre un portero que atrae sus defensas hacia el ¨¢rea, como Casillas, y uno que los empuja hacia delante, como Vald¨¦s, habr¨ªa mucho que discutir.
En fin, este cronista lleva unos cuantos a?os, seis o siete, escribiendo regularmente en las p¨¢ginas de Deportes. Pese a ello, han seguido siendo, en general, las p¨¢ginas mejor escritas del peri¨®dico. Ha sido un honor firmar junto a los mejores profesionales del g¨¦nero, pero no conviene abusar. El cronista se toma una pausa, m¨¢s o menos larga. Gracias por la paciencia. Hasta luego.
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