Vindicaci¨®n de Maillol
La Pedrera dedica una gran retrospectiva al escultor catalano-franc¨¦s
Durante la primera mitad del siglo pasado, Catalu?a tuvo un super¨¢vit de escultores clasicistas, de los genuinos Clar¨¤, Manolo, Casanovas y Rebull a los anodinos Mar¨¦s y Monjo, pasando por Monegal, Viladomat o Juventeny. Quiz¨¢ por ello nunca se encarg¨® nada a Maillol, seguramente era muy caro y, adem¨¢s, estaba al otro lado de la frontera, aunque ¨¦l se consideraba perfectamente catal¨¢n -escrib¨ªa en franc¨¦s pero hablaba el catal¨¢n con sus paisanos-, le encantaba rodearse de sardanistas -especialmente del sexo femenino- y ten¨ªa por grandes amigos a Sunyer y Togores, a los que admiraba como artistas y ayud¨® reiteradas veces durante la Guerra Civil.
Maillol hizo magn¨ªficas esculturas para Banyuls y Ceret, pero su obra no entrar¨ªa de forma permanente en la otra Catalu?a hasta la reinauguraci¨®n del MNAC, en 2004, y aun as¨ª no cruzar¨ªa la puerta, sino que se quedar¨ªa en los parterres de la entrada con su c¨¦lebre Armon¨ªa de 1940. Maillol, el noucentista m¨¢s puro y avant la lettre, sigue sin estar presente en los museos catalanes.
El artista, con su robusto clasicismo, fue el 'noucentista' m¨¢s puro
Aristide Maillol (Banyuls, 1861-1944) es uno de los principales escultores del principio del siglo XX. Como artista naci¨® pintor y nabi -junto a Denis, Bonnard, Vuillard y Matisse-, pero antes de 1900 empez¨® a modelar y desplaz¨® su inter¨¦s hacia la escultura, en la que alcanz¨® r¨¢pidamente un ¨¦xito enorme que trascendi¨® fronteras. Opt¨® por el clasicismo oponi¨¦ndose a Rodin. La robustez ensimismada de sus figuras, normalmente femeninas, ser¨ªa considerada de forma un¨¢nime un precedente de la modernidad. Triunf¨® en Par¨ªs, pero mantuvo sus ra¨ªces, alternando las obligadas estancias en la capital con las de su idolatrado Banyulsl.
La revisi¨®n de La Pedrera (la segunda en Barcelona despu¨¦s de la de 1979 que hizo La Caixa) es bastante completa a pesar de que no haya ninguna piedra, pocas terracotas y muchos, quiz¨¢ demasiados, bronces -qui¨¦n sabe si la mayor¨ªa de fundici¨®n post mortem debidamente supervisada por su albacea art¨ªstica y ¨²ltima musa, Dina Vierny- excesivamente embadurnados de patina verde, algo que les quita pureza, empa?a su hier¨¢tica abstracci¨®n y los ablanda, aunque se trate de obras muy relevantes. En este caso la presencia de algunos yesos originales habr¨ªa otorgado presencia al conjunto. En el fondo, la ¨²nica pieza de plomo, la que est¨¢ en el patio, adquiere m¨¢s grandeza que el resto gracias a la simplicidad de su acabado. La pintura, el dibujo y la ilustraci¨®n, sin embargo, representados de forma excelente, marcan el punto ¨¢lgido de la monogr¨¢fica. Le siguen en inter¨¦s la magn¨ªfica colecci¨®n de esculturas de peque?o formato que en su d¨ªa captaron la atenci¨®n de Ambroise Vollard y catapultaron merecidamente a su autor a la fama.
Otro acierto fundamental de esta retrospectiva es la inclusi¨®n de fragmentos de una pel¨ªcula de Jean Lods y Claude Roy, rodada en 1943, en la que vemos a Maillol paseando por los montes y vi?edos de Banyuls y conversando con los payeses, a los que conoc¨ªa bien ya que proven¨ªa de una famil¨ªa campesina. Un documento tan entra?able como eficaz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.