El peque?o Franquito y las Lauras
Nos enteramos de que las cosas no van bien para el Solar de Olivar, en Lavapi¨¦s, al tiempo que nos enteramos de que ese tal Panero (no Leopoldo Mar¨ªa ni Juan Luis, ni siquiera Michi, el m¨¢s ef¨ªmero -si se puede decir- de los hermanos del desencanto), alias El Albondiguilla, ha ganado 775.000 euros en seis a?os, y su mujer, una tal Elena, 400.000. Euros que, presumiblemente, han sido invertidos en la compra de varios pisos en Miami, dado que este Panero, ex alcalde del PP en Boadilla del Monte, coloc¨® a su prima Laura (pol¨ªtica, claro) como "asesora de turismo" del Ayuntamiento, y es de suponer que la pariente le habr¨¢ organizado buenos paquetes para esos viajes. Ahora el paquete se lo ha metido a este Panero la Audiencia Nacional por blanqueo de capitales, fraude fiscal, asociaci¨®n il¨ªcita, falsedad, cohecho y tr¨¢fico de influencias: de los implicados en la supuesta trama de corrupci¨®n del caso G¨¹rtel, es el que tiene una fianza m¨¢s elevada, 1,8 millones (de euros, no de amigos hasta en el infierno). Hay incluso concejales del PP en Boadilla que le acusan de haber aceptado sobornos escandalosos por parte de empresas relacionadas con la red de Correa. Hacen estas declaraciones de forma an¨®nima, pues de toda la vida es sabido que hay que tener mucho cuidado con gente a la que se conoce con sobrenombres como El Albondiguilla, El Bigotes o El Rata, por no hablar de alguien que guste de ser conocido como Don Vito. Pero ninguno tan interesante como el que destinaban a este Panero, adem¨¢s de Albondiguilla, sus correligionarios: El peque?o Franquito. El inter¨¦s de este apodo reside, no s¨®lo en la alusi¨®n a su car¨¢cter fascistoide (a qui¨¦n puede extra?arle, teniendo en cuenta que el sustituto de Costa, un tal Asencio, es un declarado filonazi), sino en que es, en sus t¨¦rminos, una redundancia cuya disculpa s¨®lo podr¨ªa ser sem¨¢ntica: la de referirse a un sujeto que sea el colmo de la insignificancia.
Mientras El Albondiguilla y El Rata jugaban al golf, en el Solar de Olivar se ve¨ªan pel¨ªculas gratis
En cuanto a Lauras, hay para todos los gustos. La que yo conozco tambi¨¦n organiza cosas: en su caso, y entre otras, la Muestra de Cine de Lavapi¨¦s, que se celebra en el Solar de Olivar y que era a donde ¨ªbamos cuando nos paramos en Miami. Sin un duro y autogestionada, la Muestra de Cine lleva celebr¨¢ndose seis a?os (los mismos que han tardado El peque?o Franquito y su mujer en ahorrar un mill¨®n y pico de euros) y ha ofrecido proyecciones gratuitas de cine de calidad, as¨ª como atenci¨®n a trabajos autoproducidos. Digamos que la Muestra de Cine de Lavapi¨¦s es a la industria del ocio lo que el Solar a la industria del ladrillo: mientras que El peque?o Franquito otorgaba concesiones de obra a diestro (m¨¢s bien, a diestra) y siniestro (bastante siniestro), por las que se llevaba las comisiones necesarias para comprarse los pisos de Miami, en el Solar de Olivar ensayaban formas constructivas cuyo ¨²nico fin ha sido dotarlo de una infraestructura b¨¢sica para sus actividades de encuentro social: que pudiera proteger del fr¨ªo y de la lluvia pero que no ocupara m¨¢s que una m¨ªnima parte de un espacio con vocaci¨®n de aire libre e inspiraci¨®n en los parques p¨²blicos y en los Community Gardens. El objetivo, alcanzado, en el Solar ha sido (a diferencia del seguro de vida inmobiliario de Miami) la construcci¨®n de estructuras ef¨ªmeras, desmontables y m¨®viles, empezando por una plataforma de pal¨¦s reutilizados que cubre parte de la superficie irregular y aporta comodidad, a¨ªsla de la humedad y del polvo y permite, por ejemplo, maravillas urbanas tales como que vivan debajo enormes lombrices de tierra (no s¨¦ qu¨¦ le parecer¨¢ algo as¨ª a gente como El Rata). Despu¨¦s, como el Solar de Olivar fue prosperando en su red social, como El peque?o Franquito en la red de Correa, ha llegado a disponer de la colaboraci¨®n del eminente arquitecto Santiago Cirugeda, experto en estructuras ef¨ªmeras. Tambi¨¦n han construido una c¨²pula geod¨¦sica con materiales reciclados y han recuperado la construcci¨®n con paja (s¨ª, ese material que es como algunos hombres). Y, mientras El peque?o Franquito o Albondiguilla, la prima Laura (pol¨ªtica), Elena (si no le pillaba en Alemania evadiendo divisas) y El Rata o alguno de ¨¦sos jugaban al golf en el club Palomarejos de Toledo (6.000 euros el carn¨¦ de socio), en el Solar de Olivar se ve¨ªan pel¨ªculas gratis, se cultivaba un huerto urbano, se arreglaban bicis, se celebraban cumplea?os, fiestas infantiles, bodas o despidos laborales (cierto, a veces es de celebrar); es decir, se fortalec¨ªa el espacio p¨²blico y el tejido social de Lavapi¨¦s.
El caso es que, el pasado junio, Pilar Mart¨ªnez, concejal de Urbanismo del Ayuntamiento, lleg¨® al acuerdo de ceder el Solar en precario a sus cuidadores, los vecinos. Y ahora resulta que Hacienda (encargada del Patrimonio) los ha llevado a juicio porque los quiere desalojar. Los del contencioso aportan informes policiales para demostrar que estos vecinos son muy malos y molestan mucho a los dem¨¢s: por ejemplo, se oy¨® m¨²sica por altavoces este verano, cuando celebraron una jazzsession un domingo por la tarde. De juzgado de guardia, vamos. De que acaben encontr¨¢ndose las Lauras en los pasillos de la Audiencia Nacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.