El asesinato de un general dispara la tensi¨®n en Pakist¨¢n
El Gobierno refuerza la seguridad en las universidades
A plena luz del d¨ªa y en medio de un barrio residencial del oeste de Islamabad, los terroristas acribillaron ayer a balazos el veh¨ªculo en el que viajaba un general del Ej¨¦rcito. Tanto ¨¦l como su conductor murieron en el acto. Un tercer soldado result¨® herido. Se trata del segundo atentado en dos d¨ªas que sufre la capital paquistan¨ª, y con ¨¦l volvi¨® a elevarse la psicosis de sus habitantes. Apenas dos horas despu¨¦s, el bulo de que hab¨ªa una bomba en un edificio oficial provoc¨® el p¨¢nico en una zona comercial.
"Todo el mundo est¨¢ esperando a ver d¨®nde va a ser el pr¨®ximo atentado", justificaba una vecina que no quiso dar su nombre. As¨ª que, tras haber desayunado con la noticia del asesinato del general Moinuddin Ahmed, los comerciantes del Aayub Market no dudaron de la amenaza de bomba en una oficina de recaudaci¨®n cercana. Bajaron las persianas de inmediato y con los nervios alguien confundi¨® ese ruido met¨¢lico con un tiroteo. Antes de descubrir que era una falsa alarma, la Bolsa ca¨ªa casi un 3%.
El incidente apenas da una idea de la tensi¨®n que se vive en Islamabad y otras grandes ciudades del pa¨ªs. Un potencial suicida fue detenido ayer con un chaleco de explosivos, seg¨²n Dawn TV, y el ministro del Interior orden¨® un registro casa por casa en el barrio donde por la ma?ana se produjo el atentado y otros dos colindantes. El doble ataque del d¨ªa anterior contra la Universidad Isl¨¢mica Internacional motiv¨® el cierre de todas las instituciones educativas del pa¨ªs, dejando sin clases a varios millones de alumnos. El Gobierno intenta que los centros aumenten la seguridad elevando muros, poniendo alambre de espino o estableciendo un control previo a la entrada. Pero muchos se preguntan de qu¨¦ servir¨¢ eso si los propios militares no pudieron evitar el espectacular ataque a su cuartel general de Rawalpindi.
"El mensaje es escalofriante en un pa¨ªs que tiene la bomba at¨®mica y un Ej¨¦rcito de 600.000 hombres", interpreta una analista extranjera. M¨¢s pegados al suelo, muchos paquistan¨ªes se inquietan por las consecuencias econ¨®micas. En el mercado que hay junto a la Novena Avenida no est¨¢ claro si la falta de clientela se debe al temor a los atentados o a la crisis econ¨®mica. "A la gente le preocupa m¨¢s la escasez de az¨²car o la carest¨ªa de la gasolina que las bombas", declara Imtiaz, un vendedor. Sin duda la falta de algunos productos b¨¢sicos a precios asequibles les causa mayores quebraderos de cabeza, pero la ¨²ltima oleada de atentados (ocho en dos semanas con 187 muertos) empieza a hacer mella en el comercio.
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