El museo tira de fondo de armario
Los directores de los grandes centros buscan estrategias para ganar visitantes - Entre las medidas anticrisis se impone el recurso a las propias colecciones
Cuando la f¨®rmula de las grandes exposiciones parece agotada y los museos ven cada vez m¨¢s mermados sus presupuestos, llega la hora de recurrir al fondo de armario. Rentabilizar las propias colecciones de cada museo. Algo que en los casos del Prado, el Metropolitan de Nueva York o el vien¨¦s Albertina, se presenta en este arranque de temporada como un recurso id¨®neo. Pero no el ¨²nico. Los museos brit¨¢nicos, con un 40% de su gasto sufragado por el Estado, son de los pocos que se agarran a la vieja f¨®rmula de las exposiciones estrella con un alarde de marketing y publicidad para encontrar ofertas que logren epatar. ?Una tercera posibilidad? Ampliar las sedes del propio museo, como el Louvre, que est¨¢ a punto de abrir una franquicia en Abu-Dhabi. La estrategia no es nueva: recuerda a la pol¨ªtica de franquicias del Guggenheim.
En la National Gallery defienden el conocimiento frente al espect¨¢culo
Zugaza: "El Prado es inagotable, la muestra de Sorolla es un ejemplo"
Todol¨ª: "Tenemos que conseguir que vengan visitantes y adem¨¢s consuman"
Borja-Villel: "La 'disneyzaci¨®n' a base de franquicias no ha funcionado"
Miguel Zugaza, director del Museo del Prado, tiene clara su elecci¨®n: rentabilizar sus propias colecciones. La exposici¨®n reci¨¦n presentada, dedicada a esa joya oculta del barroco que es Juan Bautista Ma¨ªno (1581- 1649), es un buen ejemplo. "Creo que el plato fuerte de un museo debe ser su propia colecci¨®n y las actividades temporales, apoyarse en lo que constituye la base del centro".
Nicholas Penny, director de la sede londinense de la National Gallery, defensor del conocimiento frente al espect¨¢culo en los centros art¨ªsticos, se suma al coro de los que no ven rentable conseguir visitantes a base de extravagancias. Pese a ello, Xavier Bray -conservador jefe de los siglos XVII y XVIII de la National Gallery, que ha creado una verdadera conmoci¨®n en la temporada londinense con su exposici¨®n de escultura barroca espa?ola The sacred made real-, explica que la muestra es producto de la b¨²squeda de temas que con la sorpresa atraigan al p¨²blico. "Seguimos las leyes del marketing y la publicidad m¨¢s agresivos. No podemos permitirnos perder ni un solo visitante".
?Tienen que ver la crisis y la reducci¨®n de presupuestos en estos planteamientos? Zugaza opina que no. "Las partidas son m¨¢s limitadas, pero eso no hace que var¨ªe el tipo de exposiciones que queremos para el museo". Este invierno, el Prado dedicar¨¢ una muestra a la pintura holandesa en sus colecciones. Se presentar¨¢ el cat¨¢logo razonado acompa?ado de una selecci¨®n de los grandes maestros representados en la pinacoteca. "El Prado es un fondo inagotable", a?ade Zugaza. "La exposici¨®n de Sorolla, la m¨¢s visitada despu¨¦s de la hist¨®rica de Vel¨¢zquez, no es sino otro ejemplo. Contaba con piezas maestras que pertenecen a este museo y que ahora est¨¢n en las salas permanentes dedicadas al XIX".
Acaso ¨¦se sea un lujo s¨®lo al alcance de los grandes centros. El Albertina de Viena es uno de esos afortunados. Sus propios fondos andan sobrados de relumbr¨®n. Con 65.000 dibujos y un mill¨®n de grabados de todas las ¨¦pocas, sus colecciones de Durero, Leonardo da Vinci, Miguel ?ngel, Manet o Klimt dan para varias temporadas consecutivas de ¨¦xito. De momento, el Albertina ha iniciado ¨¦sta con Impresionismo en las colecciones del museo. Courbet, Caillebotte, Manet, Monet, Renoir, C¨¦zanne, Pissarro, Signac y Van Gogh son algunos de los autores que componen una exposici¨®n deslumbrante.
El panorama cambia al adentrarnos en el m¨¢s resbaladizo terreno del arte contempor¨¢neo. Vicente Todol¨ª, director de la Tate Modern de Londres, opina que el recurso al "fondo de armario" s¨®lo sirve para los museos de arte antiguo. Y va m¨¢s all¨¢. Es "el mismo caramelo con otro envoltorio. Vestir la misma colecci¨®n de otra manera". Como ejemplo recurre a esas muestras que giran en torno a un tema determinado y que, dice, aburren al espectador m¨¢s pintado. "Hay f¨®rmulas que ya no se pueden repetir m¨¢s: 'la nieve en el impresionismo' o 'el sol en el impresionismo', como hace el Museo de Orsay", bromea, "Ya no sirven. Hay que buscar conceptos nuevos y muy atractivos". Tras esa reflexi¨®n, quiz¨¢ sorprenda saber que su gran apuesta para la primavera ser¨¢ Gauguin fabulador.
"La Tate Modern ha reducido la programaci¨®n porque la esponsorizaci¨®n no existe en estos momentos y con s¨®lo el 40% del presupuesto [aportado por el Estado] no abrimos. Tenemos que conseguir visitantes que vengan y adem¨¢s consuman", contin¨²a. Y en ese consumo est¨¢ una de las mayores fuentes de ingresos de la Tate: las tiendas y los puntos de restauraci¨®n dependen directamente del museo. No funcionan como concesiones a empresas subsidiarias.
?Qu¨¦ opina Todol¨ª de los museos que comparten o venden su marca como el Guggenheim o el Louvre? "Nos negamos a las franquicias porque entendemos que es imperialismo cultural. El museo tiene que nacer en un entorno propio, no puede haber colonizaci¨®n. No somos los ¨²nicos que nos hemos opuesto. El MOMA [neoyorquino] ha hecho lo mismo. Otra cosa es asesorar, pero los modelos no se exportan".
Manuel Borja-Villel, director del Reina Sof¨ªa, es contrario tambi¨¦n a negociar con la marca. "El nuevo paradigma no debe consistir meramente en reducir gastos a la espera de que la tormenta amaine. Tampoco podemos insistir en aquello que no ha funcionado, esto es, la sustituci¨®n de la cultura por el espect¨¢culo, la disneyzaci¨®n de los museos basada en un sistema de franquicias por el que cada museo repite aquello que ya se ha hecho en otro sitio, en el que el espectador se dedica al reconocimiento de marcas o esl¨®ganes y no al conocimiento de territorios desconocidos".
El responsable del Reina Sof¨ªa opina que "es necesario volver a aquello que es esencial en todo museo: a la investigaci¨®n y a la educaci¨®n, a que el p¨²blico se convierta en agente activo, haga suyos y transforme los relatos del museo para que ¨¦stos dejen de ser mim¨¦ticos del mercado y las modas. Es imprescindible que se generen otros modos de colaboraci¨®n y relaci¨®n basados en el trabajo en red y no en las franquicias".
Es evidente que ¨¦sa no es la forma en la que los responsables del Louvre ven las cosas. Por un mill¨®n de euros, la capital de los Emiratos ?rabes contar¨¢ desde 2012 con una lujosa sucursal del museo parisiense construida por Jean Nouvel. Ser¨¢ todo un parque tem¨¢tico muse¨ªstico en el que la metr¨®poli francesa se ocupar¨¢ de las exposiciones temporales. Contar¨¢ con un espacio dedicado al arte contempor¨¢neo que, con la marca Guggenheim, construye actualmente Frank Gehry. Los pr¨¦stamos procedentes de las sedes-madre servir¨¢n para que gracias a los petrod¨®lares se d¨¦ a conocer el arte antiguo a nuevas audiencias.
A estas alturas, ya queda claro que hay soluciones para todos los gustos. Incluso las basadas en el deseo. Guillermo Solana, responsable art¨ªstico del Thyssen desde hace cuatro a?os, confes¨® p¨²blicamente durante la presentaci¨®n de Las l¨¢grimas de Eros que la idea de montar esta exposici¨®n? le vino a la cabeza hace a?o y medio, en el momento m¨¢s bajo de su carrera, al borde de la depresi¨®n m¨¢s absoluta... El erotismo se le apareci¨® como una f¨®rmula m¨¢gica de insuflar vida al espacio. Una f¨®rmula tan criticada por algunos como aplaudida por los muchos visitantes que estos d¨ªas se agolpan en las salas del Thyssen.
![Una muestra del genio oculto del barroco Juan Bautista Ma¨ªno es una de las ofertas del Prado para esta temporada.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AKNE4HQXXH7KJOLRPD5NUGGXBU.jpg?auth=cbd4888e0dd09fa32c74d11f8561b2c680dc456e82aa96acab438b0d0ba320b2&width=414)
F?RMULAS PARA HACER TAQUILLA
- Museo del Prado.
Miguel Zugaza est¨¢ convencido de que no hay mejor oferta que la colecci¨®n. Goya, Vel¨¢zquez, El Greco... son un seguro que hace que los visitantes vayan una y mil veces al museo. Las ofertas temporales nacen al calor de esos grandes maestros. Sorolla y ahora Ma¨ªno son un claro ejemplo de la nueva v¨ªa del primer museo espa?ol.
- Reina Sof¨ªa.
Podr¨ªa vivir de las rentas del Guernica. En cambio, Manuel Borja-Villel prefiere volver a aquello que cree que es esencial en todo museo: a la investigaci¨®n y a la educaci¨®n, que el p¨²blico se convierta en agente activo, que haga suyos -y los transforme- los relatos del museo para que ¨¦stos dejen de ser puro mercado.
- Tate Modern.
Vicente Todol¨ª busca visitantes y no tiene prejuicios con el concepto muestra-espect¨¢culo. Opta por los grandes temas y por rentabilizar las secciones paralelas a los museos (librer¨ªas, restaurantes) para conseguir fondos. No cree en el fondo de armario y rechaza frontalmente las franquicias muse¨ªsticas.
- National Gallery.
Aunque son los responsables de la exposici¨®n-espect¨¢culo de la temporada, dedicada a la escultura barroca espa?ola, su director, Nicholas Penny, se declara partidario de difundir conocimiento y opina que el tesoro est¨¢ dentro del museo y que no compensa conseguir nuevos visitantes a base de actividades extravagantes.
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