La enajenaci¨®n de Guti
El jugador contribuy¨® a desautorizar a Pellegrini, uno de los pocos t¨¦cnicos que le respet¨®
Lo primero que hizo Bernd Schuster cuando firm¨® como entrenador del Madrid fue coger a Ram¨®n Calder¨®n, el entonces presidente, y se?alarle unas fotos que hab¨ªa colgadas en las paredes de las oficinas del Bernab¨¦u. En la primera estaba el equipo que gan¨® la s¨¦ptima Copa de Europa en ?msterdam. En la segunda, la alineaci¨®n que conquist¨® la octava en Par¨ªs. Y en la ¨²ltima, los 11 que levantaron la novena en Glasgow. "?Lo ve presidente? ?Ve a Guti por alg¨²n lado?", le pregunt¨® el t¨¦cnico. Calder¨®n verific¨® que, efectivamente, el canterano m¨¢s talentoso que dio la Ciudad Deportiva de la Castellana en la ¨²ltima d¨¦cada no hab¨ªa jugado ninguno de los tres partidos m¨¢s importantes de la historia reciente del club. "Guti es muy bueno", concluy¨® Schuster; "pero no podemos contar con ¨¦l".
"Empez¨® pidiendo m¨¢s entrenamientos y ahora llega tarde", aseguran en el club
"Guti es muy bueno, pero no podemos contar con ¨¦l", dec¨ªa Schuster
Schuster fue uno m¨¢s. Desde 1996, puestos a confeccionar la plantilla, los entrenadores del Madrid han acometido una repetitiva historia de desprecio hacia Guti. Este verano, con la vuelta al club de Florentino P¨¦rez, un presidente que siente predilecci¨®n por ¨¦l, Guti tuvo ante s¨ª una posibilidad clara de acometer el final de su carrera como una referencia dentro del vestuario. Jorge Valdano, el director general, y Manuel Pellegrini, el entrenador, le ofrecieron un lugar destacado en el equipo que se formaba. Guti respondi¨®. Al menos, empez¨® jugando bien. Hasta que empezaron las dificultades.
El martes pasado en la Copa, frente al Alcorc¨®n, cuando el partido reclamaba la aparici¨®n de un referente moral, Guti hizo algo que, si no fue una traici¨®n, fue una copia muy buena. Despu¨¦s del 2-0 en contra empez¨® a comportarse como si la situaci¨®n le resultase tan desagradable que necesitase por todos los medios abandonar el campo. Se sucedieron faltas groseras, protestas, aspavientos, discusiones. La indiferencia que le dedic¨® el ¨¢rbitro, Turienzo ?lvarez, s¨®lo empeor¨® las cosas. Guti se exalt¨® cada vez m¨¢s. En el descanso, ya con el 3-0, entr¨® al vestuario como una moto. Como si pretendiese desafiar a Pellegrini. El t¨¦cnico le dijo que no jugar¨ªa en la segunda parte y el jugador lo menospreci¨® ante todo el equipo. Seg¨²n Radio Marca le dijo: "?Vete a tomar por culo". Ayer el jugador desminti¨® este extremo: "Nunca le falt¨¦ el respeto al entrenador".
Hoy Guti cumple 33 a?os. Pero, seg¨²n dicen en el club, su car¨¢cter sigue siendo tan voluble como cuando entr¨® a la cantera, con nueve. "Empez¨® la temporada pidiendo m¨¢s entrenamientos y ahora llega tarde", dicen. Guti, que acaba contrato el pr¨®ximo junio, apost¨® este verano por jugar la carta de la renovaci¨®n. "?Har¨¦ que te sientas orgulloso de m¨ª!", le dijo a Valdano. Despu¨¦s de dos meses, sin embargo, da se?ales de dispersi¨®n. El domingo pasado lleg¨® dos horas tarde al entrenamiento. Argument¨® que el cambio de horario lo hab¨ªa despistado. Sin embargo, si se hubiese regido por el uso horario de la semana pasada, habr¨ªa tenido que presentarse en Valdebebas tres horas antes. Pellegrini hizo manga ancha. Por sus condiciones de enganche puro, el t¨¦cnico considera a Guti imprescindible. La venta de Sneijder no dej¨® en la plantilla del Madrid algo m¨¢s parecido a un mediapunta.
Guti sab¨ªa que el entrenador le necesitaba. Tambi¨¦n sab¨ªa que Pellegrini atravesaba un momento de dificultad extrema, con el presidente, Florentino P¨¦rez, poniendo plazos a su trabajo. En Alcorc¨®n, cuando salt¨® al campo en calidad de segundo capit¨¢n, Guti ocupaba algo m¨¢s que la mediapunta. Ocupaba un puesto de confianza. Respondi¨® a la exigencia con un ataque de enajenaci¨®n mental. Por el camino arremeti¨® contra el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil. Pellegrini. Uno de los pocos t¨¦cnicos que lo hab¨ªa respetado.
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