Antonio Tabucchi, con la casa a cuestas
El italiano es la patria port¨¢til del escritor, que guarda miles de libros en la vivienda de su infancia en la Toscana
Sostiene Antonio Tabucchi que lleva encima su casa, la puede esconder en el bolsillo de la americana y sacarla cuando m¨¢s le complace, no necesita buscarla en un lugar preciso del mundo. Sostiene Tabucchi que su patria es port¨¢til, sin peso alguno: es el italiano, el idioma en que piensa, sue?a, escribe. Cabe imaginar entonces que el amplio escritorio de madera que domina su apartamento en el norte de la Toscana, con libros, papeles y una tacita de caf¨¦ humeando, sitiado por estanter¨ªas repletas hasta el techo, podr¨ªa encontrarse igual de c¨®modo en su estudio de Lisboa o asomarse a un elegante bulevar parisino. En la campi?a de Pisa, entre mar y colinas de m¨¢rmol, el escritor italiano conserva la vivienda de su infancia, su "casa-madre". Sin embargo, pasa gran parte del a?o entre la capital portuguesa y la francesa. "Nac¨ª el 24 de septiembre de 1943. Aquella noche los americanos empezaron a bombardear Pisa para liberarla de los nazis. Mi padre, subido en una bici, nos trajo a mi madre y a m¨ª hasta aqu¨ª, donde viv¨ªan los abuelos". Esta casa es un refugio, entonces como ahora, el lugar donde resucitar recuerdos, un sabor o un libro. Aqu¨ª guarda la mayor¨ªa de sus vol¨²menes. "Hay varios millares", dice entornando ojos y brazos: est¨¢n en cada rinc¨®n, s¨®lo la cocina se salva de la pac¨ªfica invasi¨®n. Estos libros, junto a las fotos de su mujer, hijos y nietos, vigilaban sus espaldas cuando escribi¨® Sostiene Pereira (Anagrama, 1994), la historia del anciano periodista con predilecci¨®n para las esquelas que le proyect¨® hacia la fama internacional, le vali¨® un Premio Campiello, un Jean Monnet de la Literatura Europea e inspir¨® la pel¨ªcula de Roberto Faenza con Marcello Mastroianni.
Narrador, ensayista, traductor -sobre todo del amad¨ªsimo Fernando Pessoa-, acaba de publicar Il tempo invecchia in fretta (El tiempo envejece deprisa, que Anagrama publicar¨¢ en Espa?a en primavera). Cinco a?os despu¨¦s del mon¨®logo Tristano muere, Tabucchi vuelve a investigar el l¨ªmite de la vida. Los personajes, todos bastante mayores, miran hacia atr¨¢s, intentan sintonizar los recuerdos sobre algo que d¨¦ sentido a su existencia. Viven en nueve intensos cuentos, el formato literario m¨¢s propio de una prosa que persigue la evanescencia del tiempo, su rebobinarse y romperse. Como ocurre en una vieja casa. Con un gui?o p¨ªcaro y gentil, el escritor se?ala la dedicatoria de Rafael Alberti en la primera p¨¢gina de un libro, un retrato de Pessoa colgando de la pared, un esbozo del vi?etista Tullio Pericoli, una caja de lata, regalo del hijo, un loro de madera, su fetiche. En cada cosa vigila un recuerdo, sostiene Tabucchi.
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