Cuatro fuegos bajo Daimiel

La turba de las Tablas de Daimiel arde por cuatro focos distintos. As¨ª lo ha revelado un avi¨®n no tripulado y equipado con una c¨¢mara t¨¦rmica que, por encargo del Ministerio de Medio Ambiente sobrevol¨® el parque nacional el lunes pasado. El sistema es el ¨²nico capaz de seguir un fuego de turba que, a cuatro metros de profundidad, recorre el parque desde agosto. Los resultados han tranquilizado al Ministerio de Medio Ambiente, que ya conoc¨ªa tres de las cuatro localizaciones.

El pasado lunes a las cuatro de la ma?ana, Pablo Zarco Tejada, director del Instituto de Agricultura Sostenible del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, sali¨® de C¨®rdoba hacia Daimiel con un encargo urgente del Ministerio de Medio Ambiente: fotografiar con una c¨¢mara t¨¦rmica el incendio de turba que desde agosto recorre el subsuelo.

El Gobierno utilizar¨¢ agua de las fincas que compr¨® el jueves

La Comisi¨®n del Tajo-Segura estudia el mi¨¦rcoles el trasvase

Junto a la empresa Aurensis, su laboratorio est¨¢ especializado en detectar desde el aire el estr¨¦s h¨ªdrico de las plantas o el uso del agua gracias a medir la temperatura del suelo. "En cuanto la niebla se disip¨®, el avi¨®n comenz¨® a volar", explica Zarco.

El aparato tiene dos metros de ala, lleva una minic¨¢mara capaz de medir la temperatura. Durante 40 minutos midi¨® la temperatura en la superficie de 580 hect¨¢reas del parque. Desde 400 metros de altura, tom¨® unas 1.000 fotograf¨ªas t¨¦rmicas que, unidas y tratadas, forman el mosaico que encabeza esta p¨¢gina.

"La temperatura en el suelo era de 19 grados y en algunos puntos detectamos hasta 27 y 30 grados", explica Jordi Pascual Val, de Aurensis. La c¨¢mara t¨¦rmica mide variaciones de temperatura de s¨®lo 0,2 grados cent¨ªgrados. "Se han localizado puntos calientes principalmente en cuatro zonas que se han marcado sobre el mapa. Ah¨ª deber¨¢ realizarse el trabajo de campo de comprobaci¨®n", a?ade. El avi¨®n, de fibra de carbono, se dirige desde una furgoneta. Despu¨¦s del vuelo t¨¦rmico realiz¨® otro con una c¨¢mara de infrarrojos para ver las alteraciones en la vegetaci¨®n, pero los resultados a¨²n no est¨¢n disponibles. La operaci¨®n cost¨® unos 15.000 euros y era la primera vez que se realizaba en Espa?a en busca de un incendio subterr¨¢neo.

El mi¨¦rcoles, el secretario de Estado de Agua, Josep Puxeu, y el director de Parques Nacionales, Jos¨¦ Jim¨¦nez, ten¨ªan en su mano el mapa de la situaci¨®n. Jim¨¦nez explica aliviado en su despacho que el incendio "no es un problema generalizado".

El avi¨®n s¨®lo detecta las zonas calientes pero no puede asegurar al 100% que la turba est¨¦ ardiendo bajo ese punto, ya que puede haber otros factores que hagan que tenga una temperatura mayor (una formaci¨®n de rocas o alg¨²n material artificial). Aunque en este caso hab¨ªa pocas dudas. El avi¨®n identific¨® el foco que desde el 26 de agosto combaten los t¨¦cnicos del parque, cuando detectaron una fumarola que sal¨ªa del subsuelo junto a la Isla de las Ca?as. En esa zona ya se ve que la inundaci¨®n con los sondeos de emergencia ha encharcado parte de la turba. Tambi¨¦n apareci¨® una zona caliente pr¨®xima y un tercer foco detectado el pasado 19 de octubre.

Metros bajo tierra de esos puntos la turba arde a c¨¢mara lenta, en lo que los expertos llaman un "fuego latente", sin llama. Aunque en profundidad puede alcanzar temperaturas de 400 grados, la variaci¨®n apenas se nota en la superficie.

El vuelo s¨ª hall¨® un cuarto punto caliente desconocido hasta entonces por Medio Ambiente. Ayer, los equipos que combaten el incendio subterr¨¢neo se desplazaron al lugar.

El parque nacional est¨¢ seco desde 2005. Con la sequ¨ªa, la turba pierde el agua y se agrieta. El aire comienza a circular por los huecos y oxida la turba, que empieza a calentarse. A partir de cierta temperatura, las turberas entran en autocombusti¨®n. Aunque el fen¨®meno era relativamente frecuente en el Alto Guadiana por la sobreexplotaci¨®n del acu¨ªfero, no se hab¨ªa producido dentro del parque nacional. El 5 de septiembre de 1986, un incendio declarado en la superficie del parque pas¨® a la turba dentro del paraje, pero esta vez no ha sido por un fuego en superficie sino por autocombusti¨®n.

Por el momento lo ¨²nico que se puede hacer es compactar la turba con excavadoras, para evitar que el aire circule, y empapar el terreno. Puxeu ha anunciado que utilizar¨¢ el agua de las fincas junto a las Tablas que el ministerio compr¨® el jueves para empapar en lo posible las resecas lagunas.

Sin embargo, seg¨²n el Gobierno, la ¨²nica forma de inundar el parque y dar por sofocado el incendio es un aporte externo de agua. Jim¨¦nez se?ala que para inundar la zona de turba y encharcar unas 700 hect¨¢reas (el parque tiene 1.600) se necesitan unos cinco hect¨®metros c¨²bicos (cada uno equivale a un volumen como el del estadio Santiago Bernab¨¦u).

La intenci¨®n del Ejecutivo es aprobar el pr¨®ximo mi¨¦rcoles un trasvase desde el Tajo en la Comisi¨®n de Explotaci¨®n del Trasvase Tajo-Segura. Como la situaci¨®n en la cabecera del Tajo es cr¨ªtica, el Consejo de Ministros deber¨¢ ser quien apruebe definitivamente el trasvase. El agua viajar¨¢ primero por el trasvase al Segura, luego se desviar¨¢ por el cauce del r¨ªo Cig¨¹ela y a mitad de camino pasar¨¢ a la tuber¨ªa de la llanura manchega (el trasvase del Tajo al Guadiana para abastecimiento), que la llevar¨¢ hasta el parque.

Jim¨¦nez resume que con este sistema el plan es "tener en febrero sofocado el incendio de turba". Antes, a finales de noviembre, el Gobierno planea repetir el vuelo no tripulado para ver si las medidas de compactaci¨®n de la turba y de inundaci¨®n est¨¢n surtiendo efecto.

Los ecologistas prefieren que el parque se inunde con agua de la propia cuenca del Guadiana, como explica Miguel ?ngel Hern¨¢ndez, de Ecologistas en Acci¨®n. "Esto es una emergencia y debe serlo con todas las consecuencias. El Estado tiene instrumentos para disponer de los pozos de los agricultores y empapar con ellos las Tablas sin esperar al trasvase".

La Junta de Castilla-La Mancha ha empezado tambi¨¦n a atacar el fuego de turba que se encontraba en el cauce seco del Guadiana fuera del parque, y que se origin¨® en agosto por un incendio en superficie por la quema de unos rastrojos.