Hablando se entiende la gente
Para el 90% de los usuarios el servicio es positivo aunque no haya acuerdo
"El divorcio s¨®lo es un problema para los hijos si se gestiona mal", asegura el psic¨®logo Juan Manuel Daponte, uno de los dos mediadores del programa de mediaci¨®n intrajudicial que se prueba desde el pasado marzo en el juzgado de familia n¨²mero seis de Santiago. ?l y una abogada, Olga Failde, se encargan de buscar una soluci¨®n pactada entre los miembros de la pareja en tr¨¢mites de divorcio, de manera que no sea necesario la sentencia de un juez para decidir sobre aspectos tan delicados como la custodia de un hijo o el r¨¦gimen de visitas. Es otra forma de descargar de trabajo a los juzgados de familia y de buscar soluciones duraderas y acordes a los intereses reales de la pareja.
El servicio sirve para descargar trabajo a juzgados al borde del colapso
"El divorcio es un problema para los hijos, s¨®lo si se gestiona mal"
Un juzgado de Santiago prueba un programa de mediaci¨®n familiar
La mediaci¨®n intrajudicial, pionera en Galicia, naci¨® hace apenas siete meses con la firma de un convenio entre la Vicepresidencia da Igualdade e do Benestar de Anxo Quintana, el ministerio fiscal, el Colegio Oficial de Psicolox¨ªa de Galicia y el Colegio Oficial de Avogados de Santiago. Hasta entonces, el ¨²nico precedente era Mediagal, un programa de mediaci¨®n extrajudicial que se activa antes de existir una demanda. "Nosotros recibimos del juzgado los casos susceptibles de ser mediados", puntualiza Daponte. La mayor¨ªa de las demandas, un 89,3%, son derivadas por el juez de oficio; el resto, por las partes de mutuo acuerdo. Sea como fuere, los miembros de la pareja deben aprobar la mediaci¨®n, previo paso por una sesi¨®n informativa a la que han aceptado asistir todas las partes de los 29 asuntos derivados hasta el momento. De las 18 parejas que finalmente aceptaron participar en el programa, ocho llegaron a una soluci¨®n pactada. Una salida que en algunos casos no parec¨ªa posible, como la de una pareja que arrastraba 15 a?os de litigios y en menos de un mes consigui¨® entenderse. Nueve de cada diez usuarios califican el servicio como positivo, incluso cuando el acuerdo no se produce.
"Tenemos una ley, pero no una cultura del divorcio", lamenta Daponte, acostumbrado a trabajar con parejas incapaces de comunicarse o que esconden detr¨¢s de exigencias econ¨®micas intereses relacionados con la custodia de los ni?os. Las rupturas matrimoniales ocupan la mayor parte de su tiempo, pero tambi¨¦n pactan, por ejemplo, el nombramiento de tutores para personas incapacitadas. Para todos ellos, la mediaci¨®n ofrece soluciones a problemas que no pueden encauzarse jur¨ªdicamente. "La v¨ªa judicial no tiene en cuenta condicionantes como el horario de trabajo de los padres a la hora de establecer las visitas", explica Failde. A veces s¨®lo hay que hablar para descubrir las verdaderas motivaciones: "muchos litigios econ¨®micos se disipan cuando uno de los padres acepta ver m¨¢s a menudo a un hijo con el que ha perdido relaci¨®n", asegura la letrada.
Aunque no es un proceso judicial, la mediaci¨®n familiar tiene unas normas estrictas que tanto los beneficiarios como los mediadores deben cumplir. La confidencialidad es una de ellas. "Ni la pareja ni los mediadores pueden usar lo que oyen en las sesiones como pruebas en un juicio posterior", explica Daponte. Los profesionales que controlan la mediaci¨®n deben ser neutrales y no entrar en valoraciones respecto al acuerdo final. "Nosotros no juzgamos, lo m¨¢s importante es que los contendientes encuentren una soluci¨®n".
Pero no todos los asuntos pueden ser mediados. Si una de las partes ha sufrido violencia de g¨¦nero, tiene alguna adicci¨®n o enfermedad mental grave, es el juez quien decide. "Tiene que haber igualdad de condiciones entre las partes, sin violencia ni intimidaci¨®n", recalca la abogada. El pacto, siempre que cumpla la ley, tendr¨¢ valor de sentencia. "Una de las copias del acuerdo va para los contendientes y la otra para el juez, que lo incorpora a la sentencia".
Los mediadores ven en la soluci¨®n pactada una forma de proteger a los ni?os. "Los menores se mantienen al margen. No tienen que declarar, ni se les obliga a posicionarse a favor de uno de los progenitores".
En pa¨ªses como Noruega o Reino Unido, la mediaci¨®n es obligatoria en los divorcios en los que hay ni?os de por medio.
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