San Sebasti¨¢n de los Reyes imita a Londres
El arquitecto Richard Rogers firma la renovaci¨®n de una zona de la ciudad
En breve San Sebasti¨¢n de los Reyes y Londres tendr¨¢n algo en com¨²n: el mismo asesor urban¨ªstico. Nada menos que el Premio Pritzker Richard Rogers (Florencia, 1933), un lord que se gana la vida como arquitecto sostenible, firmar¨¢ la reconversi¨®n de la ciudad. El autor de la T-4 del aeropuerto de Barajas y del Centro Pompidou de Par¨ªs ha ganado el concurso de ideas para construir el futuro Parque de la Marina, imponi¨¦ndose a otros 32 proyectos que se presentaron al concurso de ideas.
As¨ª, en unos terrenos cedidos por el Ministerio de Defensa en torno a la avenida de los Reyes Cat¨®licos, Rogers ha colocado el futuro edificio de oficinas del Ayuntamiento, un renovado recinto ferial, espacio para ubicar las casetas de feria, un anfiteatro al aire libre, un recinto multiusos cubierto y diversas zonas de mercadillo y actividades comunitarias que se situar¨¢n sobre un gran aparcamiento subterr¨¢neo que esconder¨¢ los coches en la renovada ciudad. Y es que al ecologista Rogers le gustan muy poco los autom¨®viles.
El proyecto cambiar¨¢ por completo el Parque de la Marina
El autor de la T-4 de Barajas apuesta por el urbanismo sostenible
Al que empezara como socio de Norman Foster le enorgullece recordar que su primer proyecto, la casa de sus entonces suegros levantada hace 50 a?os, era ya un edificio sostenible. Reconoce que sus ideas arrancaban de las de una mujer, Rachel Carson, una ecologista norteamericana autora del libro Silent Spring, que "sufri¨® la bravuconer¨ªa de un mundo machista y no recibi¨® la atenci¨®n que merec¨ªa".
Aunque el mundo no supiese digerir a Carson a tiempo y aunque su obra haya ca¨ªdo en el olvido, Rogers jam¨¢s la olvid¨®. Por eso, a pesar de haber continuado con un tes¨®n diluido su cruzada por la arquitectura ecologista -levantando edificios menos sostenibles que ese primer proyecto-, Rogers logr¨® retomar esa preocupaci¨®n a tiempo.
Tan a tiempo que cuando uno de sus hijos lo convenci¨® para que explicara sus ideas en la radio, sus charlas fueron recogidas en el libro Ciudades para un peque?o planeta (editorial Gustavo Gili). Y el primer ministro brit¨¢nico en la ¨¦poca, Tony Blair, lo convirti¨® en su arquitecto de cabecera. As¨ª, Rogers fue el hombre que ide¨® el nuevo Londres en la orilla sur del T¨¢mesis, frente a la catedral de San Pablo y junto a la Tate Modern.
Cuando le dieron el Premio Pritzker en 2007, el jurado reconoci¨® en Rogers m¨¢s un "urbanista social" que un arquitecto al uso. ?l no comparte esa opini¨®n, pero admite que la defensa de una arquitectura social siempre ha caracterizado sus edificios. ?Y qu¨¦ es una arquitectura social? Otro colega brit¨¢nico, Peter Smithson, la defini¨® a partir de una ventana: "El derecho que tiene un oficinista a trabajar a no m¨¢s de cuatro metros de una ventana". Es decir: los edificios pensados para las personas. Algo de eso vio el alcalde de San Sebasti¨¢n de los Reyes, Manuel ?ngel Fern¨¢ndez, ayer en la propuesta del ingl¨¦s. "Me gusta lo respetuoso que es el proyecto con la orograf¨ªa del terreno", declar¨®. Saber entender el lugar, pero sobre todo celebrar la vida urbana, es el punto fuerte de este arquitecto.
Urban¨ªsticamente, Rogers siempre ha defendido que los ciudadanos hagan de las calles y los parques su sala de estar. "En Inglaterra siempre vivimos dentro: en casa, en el pub o en el club. La vida en Espa?a sucede fuera y una ciudad debe fomentar esa costumbre. Los ciudadanos tienen derecho a sentir la calle como una extensi¨®n de su casa".
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