Corrupto, sin dinero y sin Gobierno
El FMI, el Banco Mundial y la UE dejan en espera la ayuda financiera para el pa¨ªs, espantados por las luchas internas por el poder y la falta de rumbo
Abajo, un bar, y en la primera planta, una guarder¨ªa. Una treintena de ni?os de la localidad de Bagaciu, en la provincia de Mures -al norte de Rumania-, estudia en condiciones deplorables, en un edificio insalubre donde hay una tienda que vende bebidas alcoh¨®licas. "Estamos inquietos, no podemos permitir que personas que consumen alcohol ronden la escuela y utilicen los mismos cuartos de ba?o que los estudiantes", exclama Iustina Halmaciu, una profesora del centro escolar Iernut.
Inmersos en una crisis econ¨®mica y sin Gobierno desde mediados de octubre, muchos rumanos intentan sobrevivir entre penurias 20 a?os despu¨¦s de la ca¨ªda del r¨¦gimen dictatorial de Nicolae Ceausescu. A numerosas escuelas ya no llegan fondos ni para caldear las clases. En Vaslui, al noreste del pa¨ªs, los m¨¢s peque?os tiritan porque no quedan recursos econ¨®micos para comprar m¨¢s le?a por culpa de las deudas. "No hemos recibido ninguna ayuda econ¨®mica, por lo que tendremos que cortar nosotros los ¨¢rboles para abastecer a la escuela de calefacci¨®n", asegura el joven alcalde de Coroiesti, Cristian Lungu.
Un Ejecutivo interino gestiona el Estado desde el 13 de octubre
Pero los radiadores tampoco dan se?ales de vida en algunos hospitales del pa¨ªs. Los pacientes que deciden permanecer en un centro hospitalario han de cubrirse con varias mantas para soportar las bajas temperaturas, aunque el principal problema es la falta de material y de medicamentos. El jefe de la secci¨®n de Cardiolog¨ªa del hospital de Giurgiu, Mihai Petre, cuenta que la situaci¨®n es desastrosa: "Nunca hemos padecido una crisis de estas caracter¨ªsticas. Tenemos que mandar a los pacientes a las farmacias para que se compren sus propias medicinas".
Entretanto, Rumania est¨¢ desde el 13 de octubre, cuando el Gobierno de centro-derecha sucumbi¨® a una moci¨®n de censura, con un primer ministro interino, Emil Boc; otro designado por la presidencia, Lucian Croitoru -aunque su nombramiento fracas¨® ayer al ser rechazado por el Parlamento-, y otro informal, el alcalde independiente de Sibiu, Klaus Johannis, el favorito de la mayor¨ªa pol¨ªtica y, seg¨²n los sondeos, tambi¨¦n de los ciudadanos, pero al que el presidente rumano, Traian Basescu, ignora por completo. As¨ª que Rumania sigue en la incertidumbre y espera el resultado de las elecciones presidenciales convocadas para el pr¨®ximo 22 de noviembre, lo que aumenta el deterioro de la situaci¨®n.
"Hay una clara lucha por el poder mientras el Estado necesita urgentemente 3.500 millones de euros", resalta un editorial del diario Ziarul Financiar. El estancamiento pol¨ªtico amenaza con dejar en suspenso el pr¨¦stamo de 20.000 millones de euros que el pa¨ªs debe recibir hasta fin de a?o del Fondo Monetario Internacional (FMI), la UE y el Banco Mundial, que no tienen interlocutor con quien negociar. El FMI ya ha anunciado que Rumania no recibir¨¢ m¨¢s ayuda hasta que se elaboren los presupuestos de 2010, que deber¨¢n ser aprobados por el nuevo Gobierno.
En el caso de que se desvanezca la ayuda econ¨®mica del FMI y la UE, Rumania tendr¨ªa que recurrir a un banco nacional, lo que afectar¨ªa gravemente al sector privado. El vicepresidente del Partido Dem¨®crata-Liberal, Theodor Stolojan, afirma que "los funcionarios ver¨¢n reducidos sus salarios y se tendr¨¢n que congelar las pensiones" y a?ade que "la soluci¨®n pasa por atraer de nuevo la inversi¨®n extranjera".
"La crisis pol¨ªtica socava el relanzamiento econ¨®mico", avisa el ex ministro de Finanzas Ilie Serbanescu. "El pr¨®ximo Ejecutivo tampoco lo tendr¨¢ f¨¢cil; la mayor¨ªa de las empresas que se encuentran en Rumania pertenece a inversores extranjeros, de modo que dependemos de ellos para lograr una recuperaci¨®n econ¨®mica", apunta. Se calcula que Rumania tendr¨¢ este a?o crecimiento cero frente al 7,8% de 2008.
A esta situaci¨®n de crisis se a?ade el principal mal end¨¦mico de Rumania: la corrupci¨®n. Solamente en los pa¨ªses pobres y parcialmente desarrollados el soborno tiene un coste de miles de millones y obstaculiza el crecimiento econ¨®mico sostenible.
En Rumania, la politizaci¨®n de la funci¨®n p¨²blica, debido a la disminuci¨®n de la presi¨®n que ejerc¨ªa la UE, y la sucesi¨®n de varias campa?as electorales han provocado que se incrementen los casos de corrupci¨®n. "Vemos que la legislaci¨®n de las compras p¨²blicas ha sido modificada cinco veces a lo largo de 2009 para responder a las necesidades de los diferentes ministerios", denuncia el presidente de Transparencia Internacional Rumania, Victor Alistar.
Durante la pasada legislatura, los parlamentarios obstaculizaron las investigaciones de los fiscales anticorrupci¨®n, dando la impresi¨®n de que la lucha contra esta lacra no es m¨¢s que simple ret¨®rica.
Desde la creaci¨®n de la Agencia Nacional contra la Corrupci¨®n, una veintena de altos cargos -"peces gordos", tal como los denominaron en Bruselas- tienen procesos abiertos, pero a¨²n no se ha producido ninguna condena. La lista est¨¢ encabezada por el ex primer ministro Adrian Nastase, quien, para la opini¨®n p¨²blica, es el pol¨ªtico rumano m¨¢s corrupto. Seg¨²n una encuesta encargada por un medio de comunicaci¨®n, m¨¢s del 80% de la poblaci¨®n asegura que conoce a alguien que ha sobornado.
El clientelismo comunista pervive
Con el term¨®metro rozando los cero grados y tapados hasta las orejas, un grupo de estudiantes de Derecho contempla la exposici¨®n fotogr¨¢fica 1989-2009: un grito a la libertad, para rememorar un pasado incrustado en la memoria de la sociedad rumana. "Admiramos consternados la sed de libertad de los oprimidos durante el periodo comunista", relata Ileana Popa, una joven de 20 a?os. "El terror corr¨ªa por las venas de los que sal¨ªan a las calles. La gente se dispersaba hacia todos lados, pero ninguno era seguro", explica.
La Securitate (polic¨ªa secreta), disparando a diestro y siniestro, caus¨® m¨¢s de 10.000 v¨ªctimas, pero a¨²n nadie ha sido juzgado por los cr¨ªmenes cometidos durante la revuelta popular que precedi¨® la ca¨ªda del dictador. "Ceausescu orden¨® abatir a cualquiera que se moviera", agrega su compa?era, Carolina Arvinte.
Las fotograf¨ªas muestran la represi¨®n de un r¨¦gimen estalinista, pero tambi¨¦n la lucha anticomunista presentada conceptualmente, como fichas de un domin¨®. "Cada imagen, cada momento se aprecia como una contribuci¨®n al desplome de un sistema totalitario que nos arranc¨® gran parte de nuestros d¨ªas", precisa una se?ora mayor que prefiere mantenerse en el anonimato. M¨¢s contundente se expresa Ciasu Zaharia, profesor de lengua: "?Qu¨¦ puedo contar? Han robado mi vida".
En los ¨²ltimos d¨ªas, los medios de comunicaci¨®n y los intelectuales lanzan un continuo mensaje contra el olvido. Andrea Varga, autor de la muestra e historiador h¨²ngaro, subraya: "No se puede ser libre si no estamos unidos, no se puede perder o ganar la libertad sin la ayuda de los dem¨¢s; se trata de una solidaridad que, actualmente, ya no significa casi nada, pero fue extremadamente importante hace 20 a?os".
Sin embargo, las reminiscencias de la dictadura persisten en las entra?as de una sociedad que dista mucho de escapar del servilismo instaurado por Ceausescu. A pesar del sue?o de libertad proclamado por los ciudadanos hace 20 a?os, ciertos grupos de inter¨¦s subsisten en la pol¨ªtica, en las instituciones y en algunos segmentos de la econom¨ªa. "Las redes confeccionadas en el periodo comunista se mantienen intactas", se?ala Adrian Cioflanca, historiador y miembro de la comisi¨®n presidencial para el estudio de la dictadura comunista. "El mayor problema de la sociedad rumana ahora mismo es el clientelismo corrupto", agrega Cioflanca. Este sistema provoca que surjan fricciones entre la clase pol¨ªtica y la sociedad. "El desencanto de los j¨®venes hacia la clase dirigente revela la indiferencia de esta ¨²ltima para solucionar sus problemas, de manera que solamente piensan en marcharse del pa¨ªs", precisa el soci¨®logo Dumitru Sandu.
Pero las escasas condenas contra la represi¨®n y los irrisorios gestos del Gobierno contin¨²an siendo insuficientes para los que sufrieron a la polic¨ªa secreta. Cuando Basescu asumi¨® el poder, el Parlamento conden¨® el comunismo y se abrieron los archivos para juzgar a los "perseguidores". En cambio, los tribunales no han dictado ninguna sentencia firme y parece que as¨ª seguir¨¢n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.