"El mundo necesita jueces como Garz¨®n, que se enfrenten al poder"
Su trabajo consiste en intentar que todo el mundo viva bajo las reglas del Estado de derecho. Una tarea descomunal para la que tiene menos de una d¨¦cada. Luis Moreno Ocampo (Buenos Aires, 1952) asumi¨® en 2003 y por nueve a?os el cargo de fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), una instituci¨®n cuyo fin es acabar con la impunidad de los cr¨ªmenes de lesa humanidad, de guerra y genocidios. Le quedan dos a?os y ocho meses para conseguirlo y, aunque ha perdido alg¨²n pulso -"arrestar a un presidente en ejercicio no es tarea de un d¨ªa"- puede poner ejemplos de sus progresos: 110 pa¨ªses, incluida Espa?a, est¨¢n dispuestos a que ese tribunal les juzgue. "Por ejemplo, si ning¨²n juez espa?ol hubiese actuado por los atentados del 11-M, habr¨ªa intervenido yo", dice.
"Al primer fiscal que se enfrent¨® a un gobernante lo colgaron"
"Ej¨¦rcitos de todo el mundo ajustan sus reglas a lo que juzga la Corte"
Habla con pasi¨®n pero sin romanticismo - "no es una utop¨ªa, se puede hacer"- de su cometido, al que se refiere como "la revoluci¨®n", y durante una fugaz visita a Madrid para recibir el premio que la familia de una v¨ªctima del franquismo, Enrique Ruano, le concedi¨® por su trabajo en defensa de los derechos humanos, el fiscal que interrog¨® a la c¨²pula militar argentina en el juicio a la dictadura de Videla en 1985, habl¨® tambi¨¦n del juez Garz¨®n y del delicado momento que atraviesa.
Pregunta. Investiga posibles delitos contra la humanidad en Darfur, Congo, Kenia, Colombia... El juez Garz¨®n abri¨® una causa contra el franquismo por considerarlo un plan de exterminio. ?Cometi¨® Franco un delito de lesa humanidad?
Respuesta. Un crimen de lesa humanidad es un ataque sistem¨¢tico contra la poblaci¨®n civil y no prescribe. Aceptar la investigaci¨®n de cr¨ªmenes masivos es una decisi¨®n dif¨ªcil. En Argentina se logr¨® en parte porque los militares fueron derrotados en Malvinas y no ten¨ªan el mismo poder, pero en Chile fue muy dif¨ªcil y en Uruguay hubo un refer¨¦ndum y la gente pidi¨® que no se investigaran los cr¨ªmenes. La CPI investiga a partir de 2002, por eso no puedo hablar de este caso.
P. ?Pero cree que son perseguibles los cr¨ªmenes del franquismo? ?El hecho de que los verdugos hayan muerto impide investigar el paradero de las v¨ªctimas?
R. En Argentina hubo leyes que no permit¨ªan castigar a personas, y hubo jueces que hicieron juicios por la verdad, sabiendo que no pod¨ªan procesar a nadie.
P. ?Conoce el proceso contra Garz¨®n por abrir esta causa? ?Le parece justificado?
R. Garz¨®n abri¨® el primer gran caso de justicia universal. Tiene el prestigio mundial de haber requerido la extradici¨®n de Pinochet. Fue un caso fundamental para el fin de la impunidad. Es un hombre que intenta ponerle l¨ªmites al poder, y eso siempre es duro. El primer fiscal que lo hizo se llamaba John Cooke. Era 1649 y el gobernante al que se enfrent¨®, el rey Carlos I, 25 a?os despu¨¦s, el hijo de Carlos I le abri¨® un juicio. Cooke se defendi¨®: "Yo apliqu¨¦ la ley", dijo. Y el jurado consider¨® esto una agravante. Lo colgaron en la misma sala de la corte. Cuando uno investiga gente con poder, sabe que corre el riesgo de ser atacado. Eso es lo que le pasa a Garz¨®n. Se meti¨® en muchos temas duros. Un fiscal, un juez, no tiene amigos. Termina siempre solo. Pero el mundo necesita esos jueces y fiscales y que la ley se aplique tambi¨¦n contra los poderosos. ?Cometer un delito por abrir una investigaci¨®n? Eso suena muy raro. De todos modos, muestra que cuando uno investiga el poder, tiene conflictos. Y as¨ª como yo considero a John Cooke mi predecesor, en un par de siglos la gente hablar¨¢ de Garz¨®n, el juez que abri¨® el primer caso de justicia universal. Cuando estaba en Harvard hab¨ªa un seminario para estudiar sus casos porque, entre otras cosas, es el ¨²nico juez del mundo que investig¨® al servicio secreto de su pa¨ªs.
P. ?Ha recibido alg¨²n ataque parecido en su carrera?
R. Son gajes del oficio. Si te dedicas a investigar cr¨ªmenes cometidos por gente con poder, tu vida no va a ser de color de rosa. El fiscal Gerardo Colombo me dijo un d¨ªa: "Cuando empezamos a investigar la corrupci¨®n en Italia, luch¨¢bamos arropados por la sociedad y persegu¨ªamos a los acusados, que se escapaban por una escalera. ?bamos todos juntos subiendo detr¨¢s, est¨¢bamos en el primer piso y la gente nos aplaud¨ªa desde el hall; 10 a?os despu¨¦s, vamos por el piso 47, se siguen escapando y en el hall no queda nadie, pero ahora hay francotiradores dispar¨¢ndonos".
P. Este verano se abri¨® en Espa?a la primera fosa con supervisi¨®n judicial. Todav¨ªa hoy son los propios familiares quienes exhuman los cuerpos con ayuda de expertos voluntarios. ?Es normal que la justicia no intervenga?
R. La gente no se hace idea de la importancia que tiene conocer la verdad y enterrar con dignidad a los muertos. En el juicio de las juntas militares, un hombre me dec¨ªa: "Mi hija fue secuestrada hace 15 a?os. Yo estoy seguro de que la mataron, pero una parte de m¨ª sigue esperando que est¨¦ viva y todav¨ªa recorro hospitales para ver si la encuentro". Esa es la desaz¨®n de no poder enterrar a tu muerto. No saber la verdad es un dolor permanente para las v¨ªctimas. Tienen derecho a la verdad.
P. EE UU a¨²n no ha firmado el Estatuto de Roma para someterse a su tribunal. ?Se han dirigido a la Administraci¨®n de Obama para ped¨ªrselo?
R. Cuando empec¨¦, eran un poco hostiles hacia la Corte pero cuando se acept¨® el caso Darfur la relaci¨®n con la Administraci¨®n Bush mejor¨®. A los pa¨ªses grandes, como China o EE UU, les cuesta mucho m¨¢s sumarse a la Corte porque se defienden con su ej¨¦rcito. La idea de que la ley les va a proteger no es tan clara para ellos. Pero en 20 ¨® 30 a?os estar¨¢n en la Corte, porque es un proceso inexorable. Si no, el mundo no tendr¨¢ futuro.
P. ?D¨®nde est¨¢n las lagunas de impunidad del mundo?
R. ?Es un oc¨¦ano! Pero el concepto de impunidad est¨¢ terminando. Los cr¨ªmenes masivos los cometen l¨ªderes y si saben que pueden acabar presos, no los cometen. La Corte resuelve casos individuales pero genera reglas generales, como cualquier tribunal, con la ventaja de que cuando genera esas reglas, es para, al menos, 110 pa¨ªses. Ej¨¦rcitos de todo el mundo ajustan sus reglas a lo que juzga la Corte. En Colombia, las FARC discuten si deben reclutar a menores como soldados.
El 'N¨²remberg' argentino
Cuando la justicia argentina sent¨® en el banquillo en 1985 a los comandantes de la dictadura militar, Luis Moreno Ocampo, fiscal adjunto en el proceso, ten¨ªa 34 a?os y a su madre en contra. "Ella cre¨ªa que Videla era bueno y que me equivocaba", recuerda. Parte de los acusados fueron condenados y su madre termin¨® perdon¨¢ndole.
"El juicio, con su eficiencia de precisi¨®n y el ritual de respetar al acusado y a los testigos, genera un aprendizaje hist¨®rico que en Argentina fue ¨²nico. La sociedad aprende respeto. A las dos semanas de empezar el juicio, mi madre me llam¨® y me dijo: 'Todav¨ªa sigo queriendo a Videla, pero vos ten¨ªas raz¨®n, tiene que estar preso'. Recuperar los cuerpos, la verdad individual, es importante, pero tambi¨¦n la colectiva. Y los juicios ayudan, pero cada sociedad lo hace a su manera. En 1985, el juicio era una pol¨¦mica inmensa, ahora no".
Ahora, la pel¨ªcula m¨¢s vista en la televisi¨®n argentina es La noche de los l¨¢pices, la historia de uno de los testigos que Ocampo llev¨® al juicio, un estudiante secuestrado a los 16 a?os. "?l conoc¨ªa su verdad, pero pudo difundirla y eso gener¨® un cambio social".
Como fiscal de la Corte Penal Internacional dice encargarse de las v¨ªctimas "que no le importan a nadie porque no tienen poder". "En Uganda, una de mis investigadoras estaba haciendo preguntas a una v¨ªctima y cuando termin¨®, la chica empez¨® a llorar y no pod¨ªa parar. La investigadora le explic¨® que ten¨ªa que hacerle aquellas preguntas y ella respondi¨® que no lloraba de tristeza, que era el d¨ªa m¨¢s feliz de su vida, porque nunca nadie en su vida le hab¨ªa prestado tanta atenci¨®n. La justicia da poder a las v¨ªctimas. Puede convertir su dolor en testimonio. ?se es el milagro que produce la justicia internacional", explica.
Moreno Ocampo asegura que "es pronto para saber" si el recorte de la justicia universal en Espa?a es un paso atr¨¢s en la carrera contra la impunidad. Y aunque se muestra optimista, conoce lo atroz mejor que nadie: "La humanidad aprende a matarse m¨¢s y protegerse mejor".
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