"Quiero apostar por la belleza"
Si eres capaz de hacer un chick flick (t¨ªpica pel¨ªcula sensiblera para chicas) en el que al final todos mueren y contra todo pron¨®stico hace todo el dinero del mundo, tienes permiso para hacer lo que quieras". Ah¨ª est¨¢. ?se es James Cameron. El que se alz¨® en el escenario del Shrine Auditorium y sin una gota de modestia y con los brazos llenos de oscars dijo eso de "soy el rey del mundo". Fue su grito de victoria por el triunfo de Titanic, la pel¨ªcula m¨¢s taquillera de la historia con una recaudaci¨®n que asciende a 1.800 millones de d¨®lares y que logr¨® 14 candidaturas al Oscar (r¨¦cord s¨®lo equiparable al de Eva al desnudo) y 11 victorias (como s¨®lo logr¨® Ben-Hur en 1959). Despu¨¦s vino el silencio. El gigante canadiense que se acerca al 1,90 de alto desapareci¨® en las profundidades marinas. Literalmente. Tras el ¨¦xito de Titanic, el creador de otros cl¨¢sicos del cine de entretenimiento como Terminator (1984), Aliens: El regreso (1986) o T2: El juicio final (1991) se fue a explorar el fondo del mar. Seis excursiones en siete a?os de donde surgieron documentales como Misterios del Titanic (2002). ?Un adi¨®s al cine? Inconcebible. Han tenido que pasar 12 a?os desde que surc¨® las pantallas con Titanic, pero Cameron est¨¢ de regreso. Y su vuelta es sonada. El t¨ªtulo: Avatar (estreno en Espa?a el 18 de diciembre). Las intenciones: llevar al espectador all¨ª donde nunca estuvo antes. Su consigna: "Si vas a sacar a la gente de sus casas para llevarla al cine, mejor ser¨¢ que les muestres algo que nunca han visto". Avatar se ha convertido en la ¨²ltima apuesta de Cameron y de una industria como la de Hollywood, asediada por la crisis econ¨®mica, la pirater¨ªa y la competencia desde otras plataformas. Adem¨¢s de la gran esperanza blanca para vencer la pereza del espectador, cansado de ver lo mismo.
"Prefiero que mis hijos sepan que en la realidad no hay segundas tomas"
A sus 55 a?os, el pelo de Cameron ya no es rubio, sino canoso, y su rostro se parece cada vez m¨¢s al de una abuela. Pero a ¨¦l le siguen gustando los retos. Mucho. Y el p¨²blico parece estar con ¨¦l, como demuestran las 125.000 personas que el pasado julio se dieron cita en San Diego para ser los primeros en ver 25 minutos de este viaje tridimensional que es Avatar. Otros cuatro millones de personas se apresuraron para ver el tr¨¢iler el primer d¨ªa en la Red. Y como s¨®lo los monarcas saben hacer, Avatar cont¨® con su propio d¨ªa, ese 21 de agosto en el que 16 minutos del proyecto mejor guardado de la industria fueron mostrados al p¨²blico en cines de todo el mundo. ?Ser¨¢ capaz de repetir el ¨¦xito de Titanic? Es dif¨ªcil de decir, pero su revoluci¨®n est¨¢ en marcha y todo Hollywood est¨¢ pendiente. A la pregunta que insistentemente le han hecho estos a?os ?d¨®nde ha estado?, el realizador contesta: "He estado en Pandora".
Pandora, el escenario que ha creado Cameron para Avatar, es la cuarta luna del planeta Polythemus. Se tardan cinco a?os en alcanzarla y est¨¢ cubierta por una vegetaci¨®n que recuerda un distante pasado del planeta Tierra. Su mayor diferencia: que su atm¨®sfera resulta irrespirable para los humanos. Pandora esta habitada por los Na?vi, ind¨ªgenas humanoides muy altos, con rasgos felinos, rabo y piel azul. La ¨²nica forma de explotar las riquezas de este nuevo mundo es a trav¨¦s de un avatar, cuerpo biol¨®gico con la forma de un Na?vi pero donde est¨¢ proyectada la conciencia de un humano. Pandora es tambi¨¦n esa caja en la que, seg¨²n la mitolog¨ªa griega, estaban contenidos todos los demonios y que una vez abierta s¨®lo dej¨® sitio para la esperanza. Eso es lo que le queda al p¨²blico: la esperanza de que Cameron sea fiel a su palabra y les descubra un mundo nuevo. Tambi¨¦n es la esperanza de los estudios Fox: que este nuevo universo sea merecedor de esa inversi¨®n cercana a los 300 millones de d¨®lares que dicen que ha costado.
Cameron asume directamente el reto: "Las expectativas son enormes, y eso es una bendici¨®n y una maldici¨®n a la vez. Maldici¨®n porque puedo o¨ªr el sarcasmo: ??qu¨¦ vas a hacer esta vez??. Lo bueno es que esas mismas expectativas me han permitido montar algo extraordinario. Gracias al ¨¦xito de Titanic, el p¨²blico conf¨ªa en m¨ª. Sabe que ver¨¢ algo que no es una adaptaci¨®n, que no es una secuela ni un remake. Tambi¨¦n est¨¢n las expectativas del estudio tras una inversi¨®n de ese calibre. Es imposible equiparar el ¨¦xito de Titanic al de cualquier otra producci¨®n. Adem¨¢s, Avatar y Titanic son dos historias completamente diferentes. Imposible compararlas. Pero mi meta con Avatar es recrear lo que sinti¨® mi generaci¨®n cuando vio 2001: Una odisea del espacio por primera vez. O, diez a?os m¨¢s tarde, lo que fue La guerra de las galaxias para toda otra generaci¨®n.
?Cu¨¢ndo nace ?Avatar??
Hace unos 14 a?os, antes que Titanic. Escrib¨ª un gui¨®n, m¨¢s bien una novela, de 220 p¨¢ginas sobre la idea de una nueva raza con forma humana tan transparentes en sus emociones que pudieran ser f¨¢cilmente comprendidos. Unos alien¨ªgenas que no quer¨ªa crear con maquillaje. ?nicamente con CGI (im¨¢genes generadas por ordenador). Ya trabaj¨¦ en esta l¨ªnea en Abyss (1989) y luego de forma mucho m¨¢s evolucionada en T2. Fui un pionero a la hora de utilizar con fluidez este tipo de tecnolog¨ªa. Pero tambi¨¦n por eso supe que en ese momento la tecnolog¨ªa no estaba preparada para hacer lo que quer¨ªa con Avatar.
?No conoce lo que significa la palabra derrota?
No todo se reduce a lo que es posible y lo que no lo es. Por un lado est¨¢ lo que ya ha sido demostrado por otros y que es posible lograr; eso no me interesa. Por otro lado est¨¢ lo que es claramente imposible y que est¨¢s loco si lo intentas. Y luego queda esa ¨¢rea donde lo imposible hoy es posible dentro de un a?o. Ah¨ª es donde me gusta moverme.
Pero la espera se ha alargado? Han pasado doce a?os desde ?Titanic?.
Lo definir¨ªa como el a?o sab¨¢tico m¨¢s largo y mejor pagado de la historia. He sido el director desempleado m¨¢s ocupado de Hollywood [risas]. Ten¨ªa claro que quer¨ªa tomarme tiempo libre, cinco a?os, para dedicarme a mis aventuras submarinas. Quise aprovechar el momento para dedicarme al submarinismo. Pero siempre supe que volver¨ªa a hacer cine.
?C¨®mo surgi¨® la chispa de ?Avatar??
El azar y Peter Jackson. El mon¨®logo de El se?or de los anillos: Las dos torres (2002), cuando Gollum habla consigo mismo, me dej¨® claro que ya era posible hacer Avatar, que la tecnolog¨ªa ya no estaba tan lejos de mis aspiraciones.
En cine es conocido como director y como guionista. Es dif¨ªcil pensar que ?Avatar? es un mero reto tecnol¨®gico.
Me gusta creer que en mis pel¨ªculas la acci¨®n y la emoci¨®n se dan la mano. No importa lo bueno que seas t¨¦cnicamente; al final, todo se reduce a lo que est¨¢ en p¨¢gina. Sol¨ªa pensar que las mejores pel¨ªculas son las que colocan a un individuo cualquiera en una situaci¨®n extraordinaria. Por ejemplo Terminator. Pero en mi evoluci¨®n como realizador me di cuenta de que no se trata de si las circunstancias son comunes o extraordinarias. Tienen que ser reconocibles para que la audiencia pueda sentir una empat¨ªa. En Avatar quiero apostar por la belleza. Algo muy subestimado en el cine actual, que s¨®lo apuesta por el miedo, el terror o la destrucci¨®n. Todo son explosiones.
James Cameron se ha casado cinco veces. La lista est¨¢ compuesta por mujeres tan duras como las protagonistas de sus pel¨ªculas. Su primera esposa, Susan Williams, fue su inspiraci¨®n para la Sarah Connor de Terminator. Tambi¨¦n se cas¨® con Linda Hamilton, la actriz que a?os m¨¢s tarde dio vida a este personaje. Y contrajo matrimonio con la productora Gale Anne Hurd y con la directora Kathryn Bigelow. En la actualidad est¨¢ casado con la actriz Suzy Amis. Tiene cinco hijos. Pero jam¨¢s saldr¨¢ de su boca una palabra sobre su vida privada. Cameron prefiere separar sus universos y hablar del mundo que quiere compartir desde las oficinas de su productora, Lightstorm Entertainment, en Santa M¨®nica (California), un edificio nada llamativo por fuera, pero lleno de todas esas herramientas tecnol¨®gicas que han hecho posible el mundo de Avatar. Su despacho est¨¢ adornado con algunos de los carteles de sus pel¨ªculas preferidas La naranja mec¨¢nica, Ran, Los ca?ones de Navarone- y la barandilla que rescat¨® del Titanic: "Es una de estas piezas que me gusta conservar. Siempre que siento que el barco se hunde me encanta agarrarme a ella. Es un sentimiento habitual en una gran producci¨®n. En Avatar llamamos a esos momentos "martes, porque siempre parecen suceder en martes.
Y adem¨¢s de agarrarse a la barandilla de un barco hundido, ?c¨®mo soluciona los martes?
Paro el rodaje por completo y me siento en una mesa como ¨¦sta a discutir entre todos c¨®mo superar el escollo, cu¨¢l es el problema y cu¨¢l la soluci¨®n.
?Entre todos? ?Qu¨¦ ha sido del tirano que dio pie a esas camisetas que dec¨ªan "he sobrevivido a un rodaje con James Cameron"?
Pido a los que me rodean lo mejor de s¨ª mismos. Y soy de los directores que est¨¢n ah¨ª, al pie del ca?¨®n. Especialmente cuando ruedo con actores. En temas de imagen real soy as¨ª [chasquea los dedos]. Opero yo mismo la c¨¢mara y estoy lleno de energ¨ªa. El resto son exageraciones.
?Cree que el ¨¦xito de ?Titanic? le ha cambiado como director?
T¨¦cnicamente he mejorado. No sabr¨ªa decir si he cambiado a la hora de contar una historia o de transmitir una emoci¨®n. Lo que s¨ª ha cambiado es mi forma de trabajar. No se debe al ¨¦xito de Titanic, sino a mis experiencias estos ¨²ltimos a?os en el mundo del submarinismo. Existe un rigor y una disciplina en el mundo real que he querido aplicar a mi rodaje. No hablo tanto de tecnolog¨ªa como de la necesidad de trabajar en equipo, de rodearte de los mejores y hacerles part¨ªcipes de tu trabajo para construir juntos. Antes de apuntarme a estas exploraciones sol¨ªa suspender en trabajo en grupo.
?Tanta pasi¨®n por las exploraciones submarinas podr¨ªa llevarle a dejar el cine?
Yo definir¨ªa el submarinismo como mi obsesi¨®n. De ni?o, lo que quer¨ªa era ir al espacio. Pero no existe lo que se dice una larga tradici¨®n de astronautas en Kapuskasing (Canad¨¢), mi tierra. La otra alternativa era el agua. Estoy hablando de cuando ten¨ªa 16 a?os y estaba fascinado por los programas de Jacques Cousteau. Empec¨¦ a bucear. Eso s¨ª que es ir a otro mundo. Es fascinante. Pero el cine es mi ¨²nica pasi¨®n.
Sus biograf¨ªas siempre citan ?2001: Una odisea del espacio? y ?La guerra de las galaxias? como las dos pel¨ªculas que le hicieron dejar su trabajo de camionero para convertirse en director de cine, pero tienen que existir otras influencias para un cambio tan radical.
Siempre fui un artista. Me pasaba el d¨ªa dibujando, pintando en cualquier papel al que pod¨ªa echar mano. Todo viene tambi¨¦n de esos libros de ciencia-ficci¨®n que tanto me gustaban. Iba al colegio en autob¨²s. Hora y media de ida y otra hora y media de vuelta. Me le¨ªa una novela al d¨ªa. Dos d¨ªas si era m¨¢s gorda, tipo Dune. Crec¨ª con toda la ciencia-ficci¨®n de los cincuenta y sesenta. Arthur C. Clarke, Isaac Asimov, Robert A. Heinlein, Theodore Sturgeon? Heinlein me encantaba, por su imaginaci¨®n y por lo terrenal que se sent¨ªa todo. Sus estrategias militares eran reales. Y sus personajes. Clarke, no tanto. Era un escritor de ideas? Son tantas las influencias Los c¨®mics. Spiderman, Conan. Me siento como una esponja en la que siempre ha confluido arte y narrativa. 2001 fue la pel¨ªcula que me hizo coger la c¨¢mara de super 8 de mi padre, construirme mis propias maquetas y empezar a hacer cine. Ah¨ª me di cuenta de que era un realizador. Pero para saber contar historias tienes que haber vivido, saber lo que es un coraz¨®n roto, haber pasado miedo, sentirte traicionado. Todas esas cosas. Y eso no lo aprendes en el cine.
?Cu¨¢l es la relaci¨®n de sus hijos con el cine?
Al contrario de lo que muchos puedan pensar, mi casa no es ni high tec ni un museo cinematogr¨¢fico. No quiero que mis hijos crezcan en un mundo de cine. En Hollywood se toman demasiado en serio y hay demasiada tonter¨ªa. Yo prefiero que crezcan en un mundo real y que sepan que la realidad no se ha le¨ªdo tu gui¨®n. Que en el mundo real no hay segundas tomas.
Cuando James Cameron habla de la c¨¢mara de super 8 de su padre, lo que no dice es que en el momento que la tuvo en sus manos la desmont¨® entera para volverla a montar y saber as¨ª su funcionamiento. Realizador, productor, guionista y sobre todo visionario. Una mirada siempre puesta en el futuro y dispuesta a superar cualquier reto con tal de plasmar su sue?o. ?sa fue la raz¨®n detr¨¢s de Digital Domain, durante a?os una de las casas punteras de efectos especiales fundada junto a Scott Ross y Stan Winston. O de la continua invenci¨®n de nuevas c¨¢maras como las dos patentadas para Avatar. Y de su clara apuesta por el 3D, el cine estereosc¨®pico en el que tiene puestas sus esperanzas como el futuro del s¨¦ptimo arte. "Hollywood est¨¢ muy retrasado en el tema de la revoluci¨®n estereosc¨®pica. Si alguien lidera en estos momentos el 3D, es el campo de la animaci¨®n. Existe alg¨²n t¨ªtulo 3D de imagen real, pero son estrenos menores. Avatar ser¨¢ la piedra de toque y s¨¦ que no hay marcha atr¨¢s. Para ello constru¨ª junto con Vince Pace un sistema de c¨¢maras que cumple todos los requerimientos necesarios para proporcionar una experiencia estereosc¨®pica, pero que a la vez me permiti¨® plasmar mis elecciones estil¨ªsticas. Ten¨ªa que ser ligera para poderla operar yo mismo, silenciosa y capaz de contar con diferentes lentes y zooms. Nos la tuvimos que construir nosotros mismos porque estudios como Sony no quisieron desarrollar algo as¨ª. Pero lo m¨¢s importante no es la t¨¦cnica, sino la capacidad de crear una nueva cultura visual, una nueva est¨¦tica cinematogr¨¢fica en 3D".
?Piensa a?adir esta tercera dimensi¨®n a todas sus pel¨ªculas?
Seguro. Aunque no lo definir¨ªa as¨ª. Es imposible a?adir una nueva dimensi¨®n. Prefiero hablar de una conversi¨®n de formatos. Pienso convertir Titanic en un filme de alta definici¨®n en 3D, algo que me llevar¨¢ unos 18 meses. Lo mismo ocurrir¨¢ con El se?or de los anillos. Y ya ver¨¢ el impacto que tiene eso en la revoluci¨®n digital de nuestras salas, c¨®mo modificar¨¢ r¨¢pidamente el n¨²mero de salas y de aparatos disponibles para el 3D. Como siempre, al final es cuesti¨®n de pelotas. De ponerlas en la mesa.
Y luego, ?qu¨¦? ?El ?odorama??
El 3D es algo que se echaba de menos en los cines desde hace tiempo. Nuestra experiencia visual es 3D. Lo mismo que escuchamos con dos o¨ªdos, y eso llev¨® al est¨¦reo, tambi¨¦n miramos con dos ojos, pero seguimos sin ver estereosc¨®pico cuando vamos al cine. Otras opciones como el Smell-O-Vision o los Feelies, pel¨ªculas que te hacen saltar de la butaca, dicen, se han probado antes y el ¨¦xito ha sido escaso.
Lo mismo pas¨® con el 3D. ?Por qu¨¦ la gente va a querer ahora que le pongan gafas?
Yo no pienso ponerle gafas a nadie. Es el p¨²blico el que se quiere poner las gafas. En serio, los ¨²ltimos a?os han demostrado de forma consistente que la audiencia tiene ganas de vivir una experiencia estereosc¨®pica en el cine. Incluso pagan m¨¢s y buscan salas que suelen estar m¨¢s lejos con tal de vivir esta experiencia. Y la experiencia es cada vez mejor. Las gafas son m¨¢s ligeras, la visi¨®n m¨¢s clara, las reacciones adversas son raras.
?Cree que el 3D puede alterar la conciencia del espectador?
No lo s¨¦, pero es posible. Tengo claro que el efecto de estas im¨¢genes ser¨¢ diferente, pero siempre positivo. Las im¨¢genes se grabar¨¢n de otra forma en tu cerebro, nada que ver con las im¨¢genes fotogr¨¢ficas a las que estamos acostumbrados hasta ahora. Tengo una gran curiosidad por saber cu¨¢l ser¨¢ el efecto del 3D en la educaci¨®n. Pero no creo que altere la conciencia. Otra cosa ser¨¢ los que vengan a ver Avatar con la conciencia ya alterada [risas].
Avatar? tambi¨¦n supone un avance t¨¦cnico en la captura de movimiento. ?Por qu¨¦ tiene tanto inter¨¦s por esta t¨¦cnica?
La captura de movimiento existe desde hace m¨¢s de 15 a?os, pero lo que es m¨¢s reciente es la captura de interpretaci¨®n. No me interesa tanto el movimiento de los actores como sus emociones, capturar al 100% la interpretaci¨®n de un actor para plasmarla en otro cuerpo. Eso liberar¨¢ f¨ªsicamente a los actores. Y al cine en general. Eliminar¨¢ barreras. Para ello en Avatar cre¨¦ otro sistema de c¨¢maras que Jackson y Spielberg quieren incorporar en Tint¨ªn. Se trata de la c¨¢mara virtual capaz de ofrecerme una previsualizaci¨®n en tiempo real de las im¨¢genes generadas por ordenador que luego ver¨¦ en la pantalla, todo esto mientras ruedo a los actores de carne y hueso.
?Un paso m¨¢s cerca de la resurrecci¨®n de Marilyn Monroe?
Eso me parece una locura y un error. Los actores deben ser los due?os de su imagen y de su interpretaci¨®n. No los estudios. En el caso de Marilyn, ella ya no puede darnos esa interpretaci¨®n. Y el efecto ser¨ªa macabro. Pero si Clint Eastwood quiere hacer otra pel¨ªcula de Harry el Sucio, ?por qu¨¦ no?
?Y cu¨¢l es el futuro de James Cameron? ?La Luna?
Est¨¢ entre mis metas, pero no un viaje fr¨ªvolo como turista espacial. Mi intenci¨®n era la de rodar una pel¨ªcula en 3D sobre lo que significa vivir en el espacio, pasarme un mes arriba tras un entrenamiento de 18 meses en Rusia. Ten¨ªa que ser as¨ª porque la primera respuesta de la NASA fue no, aunque las cosas cambiaron cuando les dije que los rusos ya me hab¨ªan dado el visto bueno. Consegu¨ª organizar una expedici¨®n en toda regla, pero el Columbia se vino abajo. Luego el 11-S descarril¨® todo el proyecto por completo. De todos modos, sigo siendo un defensor de los proyectos espaciales. La tecnolog¨ªa en la que trabajo y el cine que me gusta est¨¢n abiertos a todos los usos, tanto para caminar por Marte como para navegar entre los restos del Titanic.
?
As¨ª que descarta en su futuro cualquier pel¨ªcula intimista de peque?o presupuesto.
Eso ya lo hice y se llama Terminator. A m¨ª me gusta ponerme nuevos retos, elevar el list¨®n. ?Para qu¨¦ repetirme? Si me quiero quitar esa espina, trabajar a otro ritmo y con un equipo m¨¢s peque?o, hago mis documentales sobre exploraciones submarinas y ya est¨¢. Pero me gusta ser un explorador y me gusta ser un artista. Son las cosas que m¨¢s disfruto en el mundo. Cruzar todas las fronteras, llegar hasta el l¨ªmite.
El Terminatorde las palomitas
James Cameron se licenci¨® en F¨ªsica y, al m¨¢s puro estilo americano del hombre hecho a s¨ª mismo, se meti¨® a camionero para conseguir el dinero suficiente que le permitiera dedicarse a una de sus pasiones, escribir guiones. Su tenacidad logr¨® convertirse en un taquillazo llamado Terminator en 1984. Fue su segunda mujer, Gale Anne Hurd, la productora de esta pel¨ªcula y varias que vendr¨ªan despu¨¦s.
Cameron es sin¨®nimo de cine comercial: palomitas y dinero f¨¢cil. Titanic, Aliens, Abismo, Terminator 2 y una secuela de Rambo forman buena parte de su filmograf¨ªa. El realizador canadiense est¨¢ especializado en efectos especiales y guiones sin demasiada carga intelectual. Su pr¨®xima entrega, Avatar, ser¨¢ un despliegue inaudito de lo que se puede hacer por ordenador.
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