El equipo de 'Caciker'

En 1994, Ra¨²l y Guti ingresaron al primer equipo del Madrid. Desde 1995 s¨®lo un canterano fue capaz de subir a la primera plantilla para instalarse definitivamente. Sucedi¨® en 1999. Era portero. Un chaval de reflejos el¨¦ctricos, paliducho, con pinta de modelo de ropa juvenil. Parec¨ªa abierto y despreocupado, pero era una falsa impresi¨®n. En la concentraci¨®n, se pasaba las horas mudo como una tapia. Como dijo un entrenador suyo: "Notas que lo lleva todo por dentro y no lo saca. Para entrarle... ?Tela!". El chico se mov¨ªa con la prudencia de un zorro. Escuchaba mucho y dec¨ªa muy poco. Al principio, los capitanes, Ra¨²l y Hierro, lo ignoraron. Luego lo trataron con condescendencia. Hasta que comprobaron que ten¨ªa carisma frente al p¨²blico y mucho car¨¢cter. De hecho, se negaba a aceptar las imposiciones cuando las consideraba injustas. Entonces los caudillos empezaron a tratarlo como a un sospechoso. Durante una ¨¦poca lo pusieron en un serio aprieto. Ten¨ªa 18 a?os y se plante¨® dejar el Madrid.

El s¨¢bado pasado, el ¨²nico canterano que se ha establecido en la primera plantilla en 15 a?os sali¨® al Calder¨®n con el brazalete de capit¨¢n. Se llama Iker Casillas y este Madrid, cada d¨ªa m¨¢s, llevar¨¢ su sello. Es el nuevo l¨ªder.

La suplencia de Ra¨²l ha duplicado la responsabilidad de Casillas. El portero es consciente. Cada vez que se ajusta el brazalete lo tiene en cuenta. Lo sab¨ªa el d¨ªa del Getafe, lo sab¨ªa en San Siro, y lo sab¨ªa en el Calder¨®n. Tiene el instinto pol¨ªtico necesario para comprender las consecuencias de su puesto, y los riesgos que corre. La noche de la derrota del Madrid en Alcorc¨®n, el ¨²nico jugador que acudi¨® al partido sin estar en la convocatoria fue ¨¦l. All¨ª estaba en el palco, cerca de Florentino P¨¦rez, el presidente, y cerca del alcalde de Alcorc¨®n, cuando el segundo capit¨¢n, Guti, se dirigi¨® a los seguidores locales mostr¨¢ndoles el dedo coraz¨®n. Casillas no ha tenido que conspirar para recoger el poder que otros han perdido. Le ha bastado con esperar y parar.

Casillas es el portero que m¨¢s veces act¨²a en la Liga. El que m¨¢s para. Hasta 48 veces se ha interpuesto entre el bal¨®n y su red. En San Siro se qued¨® solo ante Pato. Mano a mano en el ¨¢rea chica. Le tap¨® el tiro y evit¨® el 1-0 del Milan. En el Calder¨®n, sus intervenciones volvieron a ser decisivas. En la primera parte sac¨® un manotazo para despejar un disparo a Sim?o. En la segunda, frente a Ag¨¹ero, evit¨® el empate. Las paradas tuvieron un peso especial. Las hizo como jefe. "El Kun ha tenido una gran ocasi¨®n. Pero he tenido suerte y he podido parar con los pies", dijo al salir del campo. "La expulsi¨®n de Sergio Ramos nos ha descolocado. Hasta entonces hemos estado muy serios y compactos".

"En los diez a?os que llevo jugando en este campo, por suerte nunca he perdido", celebr¨® el portero, como quien no quiere la cosa, camino del autob¨²s. Casillas estaba aliviado. Conocedor como pocos de las aristas sociales de su oficio, sab¨ªa que, de perder en el Calder¨®n, un sector importante de la opini¨®n p¨²blica cuestionar¨ªa indirectamente su capitan¨ªa. El Madrid no pierde en el estadio del Atl¨¦tico desde 1999. Con Ra¨²l en el campo, ha sido invencible. Un tropiezo justo el d¨ªa en que Ra¨²l era suplente habr¨ªa desencadenado una pol¨¦mica contra el t¨¦cnico, Manuel Pellegrini. La victoria, sin embargo, convierte la suplencia en una an¨¦cdota. Un hecho menos relevante para el p¨²blico que para el vestuario.

En el verano de 2007, cuando Bernd Schuster fich¨® por el Madrid, se propuso situar a Ra¨²l en el banquillo y trasladar la responsabilidad de la capitan¨ªa a Casillas. Un testigo observ¨® c¨®mo el t¨¦cnico invitaba al portero a asumir el papel que desempe?a en la selecci¨®n desde 2006. Casillas rechaz¨® cualquier situaci¨®n que le obligase a discutir con Ra¨²l y Salgado, su lugarteniente, en un plano de igualdad. Prefiri¨® mantenerse al margen. "Con este tema, Iker es pasota", observaron en el vestuario. "No quiere mandar. Te dice: '?ste no es mi equipo'".

En el Calder¨®n, los hechos confirmaron que el Madrid es un equipo en plena transformaci¨®n interna. Desde hace meses, los compa?eros lo notan en la actitud del portero. M¨¢s participativo. M¨¢s resuelto. M¨¢s seguro. Algunos ya le llaman Caciker.