La crisis ahoga las esperanzas
La fallida transici¨®n econ¨®mica arrincona al Gobierno socialista y espolea el auge de la ultraderecha - El pa¨ªs vive su peor momento de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas
Tapado hasta las orejas para protegerse del fr¨ªo de la ma?ana, Laszlo Kenderes se encoge de hombros y responde: "Claro que ahora hay menos trabajo, y pagan peor; no llego a fin de mes". Este pe¨®n de la construcci¨®n, de 45 a?os, es uno de los cientos de h¨²ngaros que cada d¨ªa acuden a la plaza de Mosc¨² en Budapest con la esperanza de conseguir un trabajo, por supuesto ilegal, por unos 20 euros al d¨ªa. La crisis ha llevado a Hungr¨ªa, cuyo producto interior bruto (PIB) caer¨¢ un 6,7% este a?o, a su peor momento econ¨®mico y pol¨ªtico en dos d¨¦cadas y ha provocado un auge alarmante de la extrema derecha.
Las medidas de austeridad puestas en marcha por el Gobierno socialista el a?o pasado para reducir el d¨¦ficit p¨²blico han generado protestas y huelgas: bomberos, trabajadores de ferrocarril... son muchos los que salen a la calle a diario contra los recortes. Los que viven del mercado negro, como Laszlo Kenderes -se calcula que son unos 300.000 en todo el pa¨ªs-, ni siquiera saben d¨®nde quejarse. Cuenta que, desde que se divorci¨®, vive en una habitaci¨®n subalquilada y que come gratis en un local de beneficencia cercano a la plaza.
El PIB caer¨¢ un 6,7% este a?o, en el que se ha disparado el cierre de empresas
La situaci¨®n no es f¨¢cil. El PIB volver¨¢ a caer (un 0,9%) en 2010 y se recuperar¨¢, con suerte, en 2011. El paro supera ya el 10%, la cifra m¨¢s alta desde 1996. El elevado d¨¦ficit y deuda p¨²blicos han engullido la econom¨ªa del pa¨ªs, que adem¨¢s se ha visto afectado por la crisis financiera internacional. El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la UE tuvieron que concederle en 2008 una l¨ªnea de cr¨¦dito de 20.000 millones de euros.
"Hubo d¨ªas, antes de que nos dieran estos cr¨¦ditos, que en el mercado de deuda p¨²blica no se vend¨ªa ni un bono", recuerda Attila Mesterhazy, jefe del grupo parlamentario socialista, que asegura que la econom¨ªa est¨¢ en la senda de la recuperaci¨®n. "En 2006, el d¨¦ficit estaba en el 9,5% y lo hemos reducido al 3,9% este a?o", dice. Para conseguirlo, han subido los impuestos y recortado el gasto p¨²blico, lo que se ha traducido en reducciones presupuestarias en muchos servicios p¨²blicos. "El Gobierno ha perdido apoyo por estas medidas", reconoce.
Si las elecciones se celebraran ahora, el Partido Socialista, en el poder desde 2002, obtendr¨ªa un 8% de los votos. El principal partido de la oposici¨®n, Fidesz (derecha moderada), reunir¨ªa un 45%. Sentado en su despacho, Peter Szijjarto explica que no tiene dudas sobre el porqu¨¦ de la ca¨ªda de los socialistas. "Estamos al borde de la situaci¨®n de emergencia; desde enero han cerrado m¨¢s empresas que en todo 2008", afirma el portavoz de Fidesz. "Hay que bajar los impuestos para reactivar el consumo y la actividad".
La transici¨®n econ¨®mica no ha salido bien. Las peque?as y medianas empresas h¨²ngaras emplean a dos tercios de la poblaci¨®n, pero s¨®lo producen un tercio del PIB y son incapaces de pagar salarios competitivos. "Y las empresas extranjeras producen dos tercios del PIB, pero no son capaces de impulsar la industria dom¨¦stica", opina Zoltan Kiszelly. El analista enumera m¨¢s problemas que explican la crisis: "No se redujeron a tiempo las ayudas sociales, la corrupci¨®n absorbe entre el 20% y el 30% de los contratos del Estado, y los grandes proyectos, como las carreteras, se financian b¨¢sicamente con cr¨¦ditos extranjeros que, con la crisis internacional, no son tan f¨¢ciles de obtener".
Los perdedores del cambio a la econom¨ªa de mercado, la clase baja, sobre todo en el noreste del pa¨ªs, son el principal nicho de votantes de Jobbik, un partido de extrema derecha que en las pasadas elecciones europeas consigui¨® tres diputados. Los sondeos le dan ahora un 7% de los votos, lo que significar¨ªa que entrar¨ªa en el Parlamento nacional en las elecciones de 2010. "Se trata de un partido nacionalista y antigitano, que tiene como modelo el estilo de democracia rusa", explica Mark Szabo, del Instituto Perspectiva.
Jobbik -ninguno de sus representantes ha querido entrevistarse con este peri¨®dico- roba votantes a los socialistas. "Los m¨¢s necesitados apoyaban a la izquierda y ahora se sienten traicionados", a?ade Szabo. Este partido est¨¢ vinculado a la Guardia H¨²ngara, un grupo de j¨®venes de ultraderecha vestidos con uniformes de est¨¦tica fascista y que fue ilegalizado en julio. Pese a todo, siguen saliendo a la calle para, seg¨²n ellos, imponer el orden.
"Cuando el muro de Berl¨ªn cay¨®, pens¨¢bamos que lo dif¨ªcil ya estaba hecho, que se suceder¨ªan los milagros, pero no fue as¨ª", comenta Agnes Koroncz, que fue durante a?os la mano derecha de Gyula Horn, pol¨ªtico clave en la apertura democr¨¢tica del pa¨ªs.
Seg¨²n una encuesta reciente de Gallup, los h¨²ngaros se encuentran entre los m¨¢s pesimistas del mundo, s¨®lo superados por los habitantes de Zimbabue, Hait¨ª y Burundi. La crisis hace mella en el ¨¢nimo.
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