La realidad aumentada
Layar, Wikitude y Total Immersion superponen capas de contenido a las im¨¢genes del mundo real
Camina en plena ruta de monta?a, rodeado de riscos, y le asalta la duda. ?C¨®mo se llama cada cima, cu¨¢l es su altitud? Desenfunda el m¨®vil, visualiza el paisaje con la c¨¢mara del mismo y, justo encima de cada pico, en la pantalla, una etiqueta le ofrece la informaci¨®n que buscaba. Torre Cerredo, 2.600 metros; Aneto, 3.400 metros. A eso se le llama "la realidad aumentada", una tecnolog¨ªa existente desde hace a?os, pero que ahora ha descubierto su fil¨®n de rentabilidad y utilidad en la telefon¨ªa 3G y los m¨®viles inteligentes.
Si en la ¨²ltima d¨¦cada se apost¨® con escaso ¨¦xito por la realidad virtual, por sumergirse en mundos creados artificialmente en videojuegos y simuladores, los pr¨®ximos a?os apuntan a la realidad aumentada: superponer contenido (texto, v¨ªdeos, animaciones en 3D...) directamente sobre el mundo real.
"Utilizamos el GPS del m¨®vil para determinar la localizaci¨®n de la persona y la br¨²jula para saber hacia d¨®nde est¨¢ enfocando. Esto permite desplegar en la pantalla puntos de inter¨¦s encima de la imagen real: restaurantes, cajeros, monumentos... lo que sea", explica Claire Boonstra, cofundadora de Layar, una start-up holandesa que en s¨®lo cuatro meses ha logrado trasladar una idea futurista a un mercado tan masivo como el m¨®vil.
Disponen de 176 capas de informaci¨®n y m¨¢s de 1.000 desarrolladores independientes creando contenido en su plataforma, como d¨®nde encontrar paradas de metro, museos o gasolineras seg¨²n caminamos por la calle y desplegar informaci¨®n de la Wikipedia sobre el monumento que contemplamos.
La popularizaci¨®n de los smartphones, que incorporan GPS, aceler¨®metros, br¨²jula y procesadores cada vez m¨¢s potentes, est¨¢ permitiendo a la realidad aumentada aterrizar en las manos del consumidor a un coste cercano a cero. Hoy por hoy, la informaci¨®n a?adida a las im¨¢genes reales son iconos y textos, pero habr¨¢ v¨ªdeos y animaciones en 3D.
La idea tiene todos los ingredientes para convertirse en un hit tecnol¨®gico. Eso si sobrevive a las expectativas: start-ups que en meses pasan del anonimato a grandes promesas, inversi¨®n de grandes fabricantes, asombro de los consumidores y las primeras predicciones de crecimiento desmesurado en volumen de negocio.
ABI Research calcula que el mercado de realidad aumentada en m¨®viles mover¨¢ 233 millones de euros en 2014, un crecimiento del 5.700% respecto a 2008. Aunque todav¨ªa existen obst¨¢culos asociados a la inexactitud del GPS, los ingresos por venta de aplicaciones y publicidad, asegura la consultora, se disparar¨¢n.
La start-up holandesa Layar, con 10 empleados, ha sido la primera en trasladar con ¨¦xito el concepto al m¨®vil. Desde junio, roza las 250.000 descargas de su aplicaci¨®n para iPhone y Android. La gente ha accedido al servicio m¨¢s de un mill¨®n de veces. Su objetivo es convertirse en una plataforma sobre la que cualquiera pueda desarrollar servicios de realidad aumentada.
"Hay cientos de capas de contenido, las compa?¨ªas nos pagan por aparecer primero, en la secci¨®n de favoritos. Tambi¨¦n ingresamos por descargas. Si alguien se baja la capa de restaurantes de Madrid por 2,99 euros, nos llevamos una parte", explica Boonstra. En el futuro, ve posible cobrar por descargas de objetos virtuales. "Podr¨ªas regalar unas flores en realidad aumentada por cuatro euros. Cada vez que apuntases con el m¨®vil a una mesa, ver¨ªas en la pantalla tu ramo virtual superpuesto en la realidad".
La gallega Signo, especializada en cartograf¨ªa y geolocalizaci¨®n, ha sido de las primeras en Espa?a en hacerse con una licencia de Layar. Han creado cuatro capas de contenido. Una permite localizar albergues y leer informaci¨®n de los pueblos del Camino de Santiago. Otras dos localizan gasolineras y hoteles en n¨²cleos urbanos. Y Bankinter les ha encargado desarrollar una para visualizar sus cajeros en plena calle, ya disponible.
Wikiaumentada
Layar no est¨¢ sola. La austriaca Mobilizy ha desarrollado Wikitude. Al apuntar la c¨¢mara del m¨®vil hacia un edificio hist¨®rico, el GPS reconoce la localizaci¨®n y muestra informaci¨®n de la Wikipedia sobre el monumento. En Jap¨®n, Sekai Camera, de la empresa Tonchidot, a?ade al mundo real los comentarios de la gente acerca de direcciones, tiendas, restaurantes... Acrossair, disponible en siete ciudades, entre ellas Madrid y Barcelona, identifica en la imagen la estaci¨®n de metro m¨¢s cercana. Bionic Eye y Yelp Monocle, en EE UU, son ejemplos similares.
Los grandes tambi¨¦n quieren meterse. Nokia trabaja desde 2006 en crear aplicaciones de realidad aumentada, aunque hasta ahora s¨®lo ha estrenado una a medio camino, Point & Find.
El fabricante de chips Qualcomm desarrolla Blur, una tecnolog¨ªa propietaria. Y Google ha dado un peque?o paso con Sky Map. "Todos los fabricantes est¨¢n interesados", dice Boonstra.
Del m¨®vil al ojo bi¨®nico
Como en todo sector que despega, la imaginaci¨®n vuela. Si la realidad aumentada en el m¨®vil es una realidad, en el futuro esta tecnolog¨ªa podr¨ªa integrarse en el ojo humano.
Lo asegura un grupo de investigadores de ingenier¨ªa el¨¦ctr¨®nica de la Universidad de Washington, en Seattle. Trabajan en desarrollar lentillas de contacto con circuitos LED integrados, comunicados por radiofrecuencia con un equipo externo. Seg¨²n el responsable del proyecto, Babak Parviz, en varios a?os estas lentes podr¨ªan contener cientos de LED, que, conectados a Internet, emitir¨ªan im¨¢genes, palabras y gr¨¢ficos superpuestos en la imagen real. Olivier Audouze cree que es posible. "Ahora todo esto est¨¢ en el laboratorio, pero hay grandes compa?¨ªas invirtiendo".
Alejandro Escohotado, programador en una agencia que dise?a realidad aumentada para marcas como Fiat, ve en las gafas un paso intermedio. "Imagina ir a un concesionario, ponerte unas gafas, y ver aumentadas las piezas del motor, detalles que no apreciar¨ªas con s¨®lo subirte en el coche", explica. El precio es el problema: unas gafas as¨ª superan hoy los 8.000 euros.
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