Nines Arenillas, el saber culinario enciclop¨¦dico

Cuando conoc¨ª a Nines Arenillas As¨ªn se ocupaba de una columna gastron¨®mica particularmente le¨ªda en El Pa¨ªs Semanal. Antes de que en 1983 le llegara la viudedad, ya hab¨ªa ayudado a su marido, el diplom¨¢tico y senador V¨ªctor de la Serna, en tareas de periodismo culinario, tema por el que sent¨ªa verdadera pasi¨®n. Fue una profesional de relumbre, autoritaria y temida, que durante algo m¨¢s de tres lustros prodig¨® sus enciclop¨¦dicos conocimientos entre lectores y amigos. Falleci¨® en Madrid el 8 de noviembre a los 86 a?os.

Poco a poco, yo me convert¨ª en un alumno aventajado con el ¨²nico procedimiento de saber escuchar. Fue as¨ª c¨®mo aprend¨ª que cualquier juicio gastron¨®mico debe ir acompa?ado de humildad y amplias dotes de observaci¨®n.

Las suyas siempre eran apreciaciones certeras fundamentadas en vivencias personales, que a veces exteriorizaba con el mal genio que le aportaba la convicci¨®n. Un bagaje privilegiado que le hab¨ªan proporcionado incontables viajes por el mundo, el conocimiento de los mejores restaurantes de la ¨¦poca y el trato con personas ins¨®litas de cualquier lugar. Mujer de porte elegante y portentosa memoria, con una enorme fuerza vital, dej¨® una profunda huella entre aquellos que la conoc¨ªan.

Adem¨¢s de publicar el libro De quesos y vinos (Editorial Arnao), gan¨® dos a?os el Premio Francia y en tres ocasiones el Nacional de Gastronom¨ªa.

Entre sus grandes debilidades figuraba su pasi¨®n por el aceite de oliva, que comenz¨® a defender con vehemencia cuando todav¨ªa la dieta mediterr¨¢nea era un concepto ambiguo en nuestro pa¨ªs.

Otra de sus pasiones pasaba por la defensa de los quesos artesanos de leche cruda, cruzada personal absolutamente desinteresada que la llev¨® a dialogar con los m¨¢s altos estamentos de Bruselas en m¨¢s de una ocasi¨®n. As¨ª suceder¨ªa con la Denominaci¨®n de Origen Pic¨®n de Bejes-Tresviso, queso lebaniego que adopt¨® como algo propio.

Y de la cultura culinaria al ¨¢mbito del arte y las bellezas hist¨®ricas y naturales. Como miembro del comit¨¦ ejecutivo y socia fundadora de Hispania Nostra, puso todo su esfuerzo en la defensa del patrimonio hist¨®rico y geo-gr¨¢fico de Espa?a, en particular Cantabria, su tierra adoptiva.

No es extra?o que con el mismo entusiasmo que vert¨ªa en las cosas de comer, luchase contra el deterioro de las bellezas naturales de su tierra.

Las circunstancias de la vida -?qu¨¦ paradoja!- ataron a una silla de ruedas a una mujer tan activa durante los ¨²ltimos ocho a?os de su vida. Me consta que sus hijos y nietos se reunieron para recordarla en torno a algunos de sus alimentos favoritos, el vino y las setas. Ning¨²n otro homenaje le habr¨ªa gustado m¨¢s.