"El 'manga' es una plaga"
Con Inside Moebius (Norma), Jean Giraud (Par¨ªs, 1938), ha vuelto a deslumbrar a los amantes de las vi?etas. Cuando parec¨ªa que ya lo hab¨ªa hecho todo en el mundo del c¨®mic, el padre de Blueberry y del Mayor Fatal ha abierto una nueva puerta para explicarnos la esencia de crear. La obra surge tras su decisi¨®n de dejar de fumar yerba. L¨®gicamente, un encuentro con este gigante de la historieta s¨®lo puede concluir con una pregunta impublicable: "?Me lo firma?".
Pregunta. El Moebius posmarihuana es tambi¨¦n puro Moebius. Habr¨¢ o¨ªdo muchas bromas malas sobre esto...
Respuesta. Descubr¨ª la marihuana en M¨¦xico en 1957. La prob¨¦ all¨ª por primera vez con artistas que la usaban no para huir de la realidad, sino para aprehenderla y entenderla de una manera diferente a la racional. Ellos usaban la marihuana como una herramienta, no como un remedio para evadirse. Al cumplir los 65 a?os decid¨ª dejar la marihuana. Cre¨ªa que iba a ser muy dif¨ªcil. Entonces empec¨¦ un diario de esa aventura personal, pero a las cuatro p¨¢ginas ya hab¨ªa olvidado mi prop¨®sito. En cualquier caso, lo m¨¢s interesante de ese diario era la posibilidad de aparecer yo mismo como personaje.
"En 'Inside Moebius' salgo volando. No igual que Superman, pero vuelo"
P. Es decir, despu¨¦s de haberlo hecho todo en el mundo del c¨®mic, tiene la sensaci¨®n de haber descubierto algo nuevo.
R. Tengo una relaci¨®n con los lectores muy particular y ahora quiero hablarles de m¨ª en el proceso de creaci¨®n. Creo que el inter¨¦s de muchas de mis historias est¨¢ en ver el trabajo de un artista que trabaja sin red, que toma todos los riesgos.
P. Para relaci¨®n particular la que mantiene con su personaje m¨¢s popular, Blueberry, cuyos ¨¢lbumes firma con su verdadero nombre, Jean Giraud.
R. M¨¢s que con Blueberry, es con el c¨®mic tradicional, que exige historias coherentes, razones, penas... Blueberry es muy importante para m¨ª. Con esta serie aprend¨ª los mecanismos de la narraci¨®n del c¨®mic tradicional. Adem¨¢s, me ha permitido mantener una larga relaci¨®n con el p¨²blico, porque es un personaje muy conocido, y me ha dado la posibilidad de vivir de una manera agradable. Los libros que firmo como Moebius se venden mucho menos, aunque curiosamente son los que me han dado mayor reputaci¨®n art¨ªstica.
P. Pero incluso lleg¨® a tener alg¨²n problema con Philippe Charlier, el hijo del guionista original de la serie, Jean-Michel Charlier.
R. Cuando conoc¨ª a Philippe era un ni?o de 12 a?os. Fallecido su padre, Jean-Michel, yo quise seguir manteniendo una relaci¨®n de amistad con su hijo. Por eso le present¨¦ una historia nueva de Blueberry con la intenci¨®n de que le diera el visto bueno o hiciera los comentarios que quisiera para mejorarla. Quer¨ªa que participara. Entonces me dijo que mientras ¨¦l viviera, yo nunca podr¨ªa publicar esa historia, porque su padre hab¨ªa puesto unos l¨ªmites a Blueberry que yo no pod¨ªa transgredir. Para m¨ª fue un horror.
Isabelle Giraud, la mujer de Moebius, explica que esta historia se titulaba Blueberry 1900 y que en ella el autor mezclaba western y g¨¦nero fant¨¢stico con la aparici¨®n de fantasmas y zombis. Isabelle afirma que el desencuentro con Charlier hijo impact¨® tanto a Moebius que hasta le hizo perder durante un tiempo el flujo creativo en la saga Blueberry.
P. Usted dibuj¨® para Marvel una historia de Estela Plateada. Si hubiera seguido con la colaboraci¨®n ahora ser¨ªa un empleado de la Disney con tanta concentraci¨®n empresarial...
R. En Inside Moebius aparece el ¨²nico superh¨¦roe de Europa. Soy yo mismo volando con dificultad, no como Superman, pero vuelo. Est¨¢ claro que no tengo la misma seguridad de vuelo que los estadounidenses, pero ah¨ª estoy... surcando el cielo.
P. Hablando de titubeos, en la prensa francesa se ha publicado recientemente que peligraba la celebraci¨®n del Sal¨®n de Angulema.
R. Siempre est¨¢ en peligro, pero al final acaba celebr¨¢ndose. Es un certamen que funciona muy bien, pero mientras mejor funciona, m¨¢s cuesta y eso es un problema en tiempos de crisis econ¨®mica.
P. Lo que parece seguro es que a este ritmo dentro de poco estaremos todos leyendo manga. El ¨¦xito del c¨®mic japon¨¦s entre los j¨®venes no presagia nada bueno para los autores europeos.
R. El manga es una plaga. La invasi¨®n ha sido total, como demuestra las cuotas de mercado que ha conseguido. Es una epidemia. Me recuerda a lo sucedido con las abejas de la Amazonia que suben hasta Norteam¨¦rica y matan a las especies aut¨®ctonas. En Francia, los camarones han desaparecido porque echaron en nuestras aguas una especie for¨¢nea que acab¨® con ellos. Los nuevos tambi¨¦n est¨¢n buenos, pero no son los mismos... Tienen un acento espantoso. El problema es que el manga llega a Europa, pero el c¨®mic europeo no va a Jap¨®n. Eso es lo injusto.
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