Claudio y la ciudad sin nombre

A 20 kil¨®metros de Baena, sobre una colina que domina toda la campi?a cordobesa, existen las ruinas de una ciudad sin nombre. Poco se sabe todav¨ªa de aquel asentamiento, cuyos restos iberos y romanos hacen las delicias de los especialistas. Adem¨¢s, aquel paisaje se habit¨® ininterrumpidamente desde la Edad del Cobre, hasta el final de la Edad Media.

Poco a poco, el pasado de hace 2.000 a?os vuelve a asomarse entre la tierra arada de los campos de olivos, que ahora cubren la urbe. El yacimiento, conocido con el nombre actual del lugar, Torreparedones, vive una fruct¨ªfera campa?a arqueol¨®gica. Los t¨¦cnicos y obreros est¨¢n dejando al descubierto el magn¨ªfico foro de la ciudad de 25 por 25 metros y, lo que es m¨¢s importante, acaban de descubrir el nombre y linaje del personaje que mand¨® construir aquel espacio social y comercial del antiguo municipio.

Los t¨¦cnicos y los obreros se ocupan de dejar al descubierto el foro

"Se llamaba Julio Marco Marcelo, hijo de Marco. Y era de la tribu Galeria", explica el arque¨®logo municipal de Baena y director de la excavaci¨®n, Jos¨¦ Antonio Morena. La semana pasada, ante una gran expectaci¨®n, pudo leerse al fin la inscripci¨®n grabada en las losas del foro y parcialmente arrasada, y que no echaba luz sobre el nombre de la ciudad.

Las huellas albergaron, en su momento, letras de bronce que han desaparecido, pero aun as¨ª pod¨ªa leerse en lat¨ªn, no s¨®lo el nombre del mecenas, sino tambi¨¦n detalles tales como que sufrag¨® la obra de sua pecunia, es decir, de su bolsillo. "Y debi¨® ser algo car¨ªsimo, porque creemos que las piedras proceden de Sierra Morena o de la Subb¨¦tica", recuerda Morena.

Por su parte, el profesor titular de Arqueolog¨ªa de la Universidad de C¨®rdoba ?ngel Ventura confirma el hallazgo como el tercer caso de inscripciones sobre pavimento que se conoce en lo que fue la provincia romana de Hispania. "Hasta ahora conoc¨ªamos casos similares en Sagunto y Segovia, una lista que se amplia con el descubrimiento de Torreparedones en Baena, lo que pone de manifiesto la importancia de este yacimiento", contin¨²a

El lugar tambi¨¦n ha guardado otra grata sorpresa. Una cabeza del emperador Claudio, que gobern¨® desde el a?o 41 hasta el 54, fechada poco despu¨¦s de su muerte. "Se trata de una efigie del emperador divinizado. Por eso el lugar en que se acometen las obras era el cogollo de esta ciudad an¨®nima. Junto al foro, cuya pavimentaci¨®n est¨¢ conservada como en pocos casos, asoman las termas y el macella (mercado), de los que quedan menos de una decena en lo que fue Hispania. Tambi¨¦n se ha sacado a la luz una de las calles principales, el decumanus; y unos 20 metros del cardo, que cruzaba a ¨¦sta.

Los excavaciones arqueol¨®gicas llevadas a cabo desde la d¨¦cada de los ochenta del pasado siglo hablan de presencia humana en el tambi¨¦n conocido como Cerro de las V¨ªrgenes desde la Edad del Cobre, en el III milenio antes de Cristo. Con todo, fue en ¨¦poca romana cuando alcanz¨® su mayor esplendor con una potente muralla, reforzada con torres, que rodeaba un espacio de 10,5 hect¨¢reas.

En su devenir hist¨®rico, Torreparedones estuvo habitado hasta el final de la Edad Media. El catedr¨¢tico de Historia Medieval de la UCO Ricardo C¨®rdoba ha documentando, mediante diferentes campa?as arqueol¨®gicas en el castillo de Torreparedones, signos de riqueza pol¨ªtica y econ¨®mica del enclave hasta el siglo XV, momento cuando el asentamiento qued¨® despoblado.