El 'basurazo' llega por carta

El s¨¢bado por la ma?ana es el momento para hacer los recados pendientes. Eso incluye, en las ¨²ltimas semanas, desplazarse hasta la oficina de Correos para recoger la carta certificada con la que el Ayuntamiento comunica a los ciudadanos cu¨¢l es la tasa que deben pagar por la recogida de residuos en su vivienda. "He tenido que dejarlo todo para venir a buscarla", se lamenta Mar¨ªa Cecilia Moloney en una oficina de la carrera de San Francisco (La Latina). "Estamos muy agobiados con el tema de la tasa", apunta Marisa, la trabajadora que despacha el correo tras el mostrador. Son las 11.30 y ya han pasado por all¨ª 145 personas. "Un s¨¢bado normal, atendemos a ciento y pico en toda la ma?ana". Mientras dure la notificaci¨®n de la tasa, en la que el Consistorio se ha gastado 7,2 millones de euros, el trabajo llega a doblarse, seg¨²n relatan los empleados de esta oficina, que tambi¨¦n afirman que no les han puesto refuerzos.

El servicio de carteros que se encarga del reparto por las tardes s¨ª se ha visto reforzado para afrontar las entregas en los 1,3 millones de domicilios que van a recibir la carta, seg¨²n explica la portavoz del sector postal de UGT, Concesi¨®n D¨ªaz-Meco. Pero en el 32% de los casos, seg¨²n sus datos, no hab¨ªa nadie para recogerla. As¨ª que el problema se traslada a las oficinas. "Cuando se env¨ªa a un distrito se satura la zona", explica D¨ªaz-Meco. "La gente va a las sucursales a primera y ¨²ltima hora del d¨ªa y los s¨¢bados, y se pueden formar colas de hasta una hora", explica. "Hay oficinas en las que no ha podido reforzarse el personal porque puede haber m¨¢s gente atendiendo al p¨²blico".

En la sucursal de San Francisco se acumulan las cajas a rebosar de cartas con la tasa de basura. "Nombre y apellido, firma, DNI". La rutina se repite. A Oliva de la Varga le entregan el sobre sorpresa. Lo abre con miedo, como si fuera un sorteo: 29 euros. "No es para tanto", exclama aliviada. "Ahora a ingresar el dinero". "Esto ya est¨¢ fuera de plazo", le contestan a otro vecino con menos suerte. Se le pasaron los siete d¨ªas para recoger la carta en la oficina. Ahora deber¨¢ ir a otra sede del Ayuntamiento, cuya direcci¨®n le dir¨¢n llamando al 010 (que esa ma?ana repite eso de "todos nuestros agentes est¨¢n ocupados" durante un buen rato). "La gente est¨¢ muy liada", lamenta Moloney, que opina que esto de la entrega a domicilio es "una p¨¦rdida de papel y de tiempo".

"Es una m¨¢s de las chapuzas del Ayuntamiento", opina Juanjo, un cartero en plena faena, que se confunde y suelta que est¨¢ "tasurado".

En las enormes oficinas de Cibeles (Centro) ya ha pasado lo peor. La sala est¨¢ desierta. "Otros s¨¢bados hab¨ªa avalanchas", relata Gregorio tras el mostrador, quien asegura que all¨ª s¨ª reforzaron el personal. En Claudio Coello (Salamanca) tambi¨¦n respiran aliviados. "Este distrito ya est¨¢ terminado. Ahora el l¨ªo est¨¢ en el barrio Lucero, donde trabaja un amigo", relata uno de los empleados. "Es algo coyuntural", puntualiza la portavoz de UGT D¨ªaz-Meco. "Nos han asegurado que a mediados de la semana van a terminar de emitirse las cartas certificadas".