La Guardia Civil sostiene que la confesi¨®n de Mainar fue sincera

El guarda forestal Santiago Mainar confes¨® voluntariamente en 2007 que hab¨ªa matado al alcalde de Fago, Miguel Grima, y esa declaraci¨®n, en la que se inculp¨® del asesinato, fue "seria y sincera". As¨ª lo asegur¨® ayer en la Audiencia Provincial de Huesca Jos¨¦ Villal¨®n, el comandante de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que dirigi¨® ese interrogatorio 20 d¨ªas despu¨¦s del crimen. Ayer tambi¨¦n declar¨® el ¨²nico vecino que se cruz¨® con el presunto asesino en el lugar del asesinato. Este testigo clave fue muy favorable al acusado: asegur¨® que no cre¨ªa que la persona que vio fuera Mainar.

El comandante Villal¨®n, a¨²n capit¨¢n cuando se produjo el crimen el 12 de enero de 2007, cont¨® c¨®mo fue el propio Mainar el que decidi¨® admitir los hechos. Los agentes lo arrestaron el 2 de febrero tras confirmar que hab¨ªa trazas de su ADN en el coche del alcalde asesinado y que las pruebas de restos de munici¨®n que le hab¨ªan realizado en los brazos hab¨ªan dado positivo. Despu¨¦s, registraron su domicilio junto a un secretario judicial, pero tras unos instantes en que el detenido se mostr¨® "cabizbajo y reflexivo", anunci¨® su intenci¨®n de confesar.

S¨®lo el autor del crimen pod¨ªa saber ciertos datos, seg¨²n los investigadores

El ¨²nico testigo que se top¨® con el asesino no cree que fuese Mainar

Tanto el comandante de la UCO como despu¨¦s un sargento de Jaca, ambos presentes en la confesi¨®n, explicaron a los magistrados que, debido a ese hecho, hubo que suspender el registro y avisar a una abogada de oficio. Los dos agentes y el secretario esperaron durante horas a que llegara la letrada, conducida hasta Fago en un coche de la Guardia Civil. "?Pact¨® entonces con ustedes declararse culpable, como declar¨® Mainar el lunes?", le pregunt¨® el fiscal. "Eso es completamente falso", zanj¨® Villal¨®n.

El comandante y el sargento relataron que fue un interrogatorio "tranquilo". Las preguntas eran "abiertas", para que Mainar "fuera contando con la mayor riqueza de detalles". El detenido respond¨ªa atropelladamente y en algunos momentos "ten¨ªa que hacer memoria". La declaraci¨®n fue profusa y minuciosa y se complet¨® con un croquis "que fue elaborado exclusivamente" por el guarda forestal. "S¨®lo le dijimos que lo hiciera con la mayor riqueza y seguridad", asegur¨® el comandante. "No hubo ninguna presi¨®n".

Los investigadores intentaron demostrar ante el tribunal que Mainar no pudo conocer muchos de los detalles de su confesi¨®n sin haber estado all¨ª. Que no pudo saber de ellos por los periodistas, la televisi¨®n, los vecinos o, simplemente, por su conocimiento del terreno, como aleg¨® ¨¦l la v¨ªspera. Villal¨®n neg¨®, por ejemplo, que Mainar pudiera identificar el lugar del crimen porque al pasar al d¨ªa siguiente por all¨ª camino a Zaragoza viera "unos cristalicos" y el rastro de que algo, probablemente un jabal¨ª atropellado, hubiera sido arrastrado por el asfalto. "Nos dijo que para ir a Zaragoza no tom¨® esa carretera, sino la que va por La Foz", afirm¨®.

Tras los guardias, toc¨® el turno a la viuda de Grima, Celia Estalrich, cuyo relato se centr¨® en el Mercedes de su marido. Mainar hab¨ªa dicho en su confesi¨®n que condujo el coche de Grima hasta un escondite tras matarlo, versi¨®n que los investigadores consideran confirmada al encontrar su ADN en el volante y la palanca de cambio. El lunes, sin embargo, declar¨® que sus genes estaban all¨ª porque ese d¨ªa lo retir¨® de la puerta de su garaje, donde estaba aparcado "abierto y con las llaves puestas". Para Estalrich eso es imposible: "Miguel siempre guardaba el coche en el garaje y lo cerraba con llave". Sobre todo tras descubrir meses atr¨¢s que alguien hab¨ªa manipulado los frenos de otro veh¨ªculo suyo, una furgoneta.

El ¨²nico testimonio favorable a Mainar fue el del m¨¦dico donostiarra I?aki Bidegain, la ¨²nica persona que se top¨® con el presunto asesino en la curva de la carretera escenario del crimen. Bidegain, que par¨® su coche al reconocer el del alcalde por si necesitara ayuda, asegur¨® que una persona "de 1,80 de estatura, moreno, delgada, con cara alargada y una linterna frontal" se acerc¨® y le dijo con voz ronca que continuara. Pese a las presiones de los acusadores, ayer declar¨® ante el tribunal lo mismo que ante los agentes durante la investigaci¨®n: "No creo que fuera Mainar, aunque tampoco puedo decir lo contrario".