La falta de divisas asfixia a los cubanos
Las importaciones se desploman y se agrava el desabastecimiento
Cuba se adentra de nuevo en la negrura de la crisis. La falta de liquidez, que siempre ha sido la espada de Damocles de la econom¨ªa cubana, es ahora asfixiante. En los ¨²ltimos nueve meses el intercambio comercial se redujo un 36%, y de esta ca¨ªda el 80% corresponde a las importaciones. El desabastecimiento en las tiendas de divisas es general y hay recortes leoninos en el consumo el¨¦ctrico para evitar los apagones. Algunas empresas han cerrado. El Gobierno ha comenzado a eliminar subsidios y gratuidades sociales, y se pide a la gente "apretarse el cintur¨®n" porque las restricciones en 2010 ser¨¢n mayores.
Los llamados al ahorro y a la austeridad son normales y c¨ªclicos en Cuba. Pero esta vez el r¨ªo parece que lleva piedras. La situaci¨®n financiera de Cuba es grave. "Muy grave", asegura un economista que no quiere publicidad. Confirma lo que es sabido desde hace meses en despachos de hombres de negocios y embajadas: ya son cientos los empresarios extranjeros que no pueden transferir el dinero que tienen depositado en sus cuentas en bancos cubanos. No hay fondos. Se calcula que hay alrededor de 600 millones de d¨®lares (unos 400 millones de euros) inmovilizados, la mitad de ellos espa?oles. Pero es s¨®lo una estimaci¨®n.
El Estado s¨®lo mantendr¨¢ la gratuidad en salud y educaci¨®n
El propio Ra¨²l Castro reconoci¨® en octubre al ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, que la situaci¨®n es muy delicada. El presidente cubano dijo a Moratinos que su pa¨ªs cumplir¨¢ sus compromisos, pero advirti¨® que no hay soluciones de inmediato y que habr¨¢ que negociar calendarios en cada caso.
Seg¨²n economistas independientes, este a?o por primera vez el Producto Interior Bruto (PIB) de la isla podr¨ªa decrecer despu¨¦s de varios a?os de n¨²meros positivos. En 2006, el crecimiento fue del 12,1%; en 2007, del 7,3%, y del 4,3% en 2008. Este a?o las autoridades pronosticaron un 6% de aumento del PIB, pero despu¨¦s lo redujeron a un 1,8%.
Seg¨²n el Gobierno, varios factores influyen en la crisis actual: la recesi¨®n internacional; la ca¨ªda de los precios de sus productos de exportaci¨®n, cuando han subido los de los alimentos y combustibles que importan; las secuelas de los huracanes que arrasaron la isla el a?o pasado, dejando p¨¦rdidas equivalentes a un 20% del PIB; y los efectos del embargo estadounidense. No se menciona otro asunto que para muchos es vital: la ineficiencia demostrada de la econom¨ªa socialista y la falta de reformas que reactiven la productividad.
Las importaciones cubanas, que el a?o pasado llegaron a los 14.000 millones de d¨®lares, este a?o se reducir¨¢n cerca de 4.000 millones. Otra cifra: en el mes de agosto, las importaciones de Espa?a cayeron un 60%.
En la calle, los efectos de la crisis son visibles. En los anaqueles de las tiendas de divisas, donde obligatoriamente hay que comprar art¨ªculos de primera necesidad (desde el aceite de cocinar al champ¨²), cada vez hay menos cosas, y a precios excesivos para la mayor¨ªa. Las mercanc¨ªas faltan. Y en la misma medida se incrementan las exhortaciones al ahorro, sobre todo de energ¨ªa el¨¦ctrica. Cada empresa y cada provincia tienen un estricto plan de consumo que se revisa a diario. En las tiendas y centros laborales del Estado se proh¨ªbe usar el aire acondicionado durante gran parte de la jornada, y empresas que no aportan divisas a la econom¨ªa han sido cerradas.
El Gobierno, mientras tanto, empieza a desmantelar el sistema de subsidios y gratuidades sociales. La eliminaci¨®n de los comedores obreros, que ha comenzado como experimento en cuatro ministerios, se extender¨¢ a los 24.500 comedores que existen en todo el pa¨ªs (con la medida se espera ahorrar 350 millones de d¨®lares).
La semana pasada, salieron de la libreta de racionamiento los guisantes y las patatas, que ahora se comercializar¨¢n mucho m¨¢s caros. Y es s¨®lo el principio. El vicepresidente cubano, Ricardo Cabrisas, reconoc¨ªa a principios de mes al comisario europeo de Cooperaci¨®n, Karel de Gucht, que s¨®lo quedar¨¢n las gratuidades reconocidas por la Constituci¨®n, es decir, la educaci¨®n y la salud.
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