"Claro riesgo" para los ni?os de la Ca?ada

Una de las "m¨¢s claras situaciones de riesgo" de los menores en la regi¨®n es, seg¨²n el Defensor del Menor, la de los ni?os que viven en las chabolas de la Ca?ada Real. Es una de las conclusiones de su informe anual, de 600 p¨¢ginas, que anoche present¨® en la Asamblea de Madrid y que recoge lo m¨¢s destacado de los 1.438 expedientes que ha abierto en este a?o, "lo que supone un ligero aumento" con respecto al a?o anterior, afirm¨®. La mayor¨ªa de los casos de vulneraciones de derechos de los ni?os se refieren a educaci¨®n y cultura, integraci¨®n social y protecci¨®n jur¨ªdica.

Canalda, consciente de que no existen datos fiables, asegur¨® que habr¨ªa unos 2.000 menores en la Ca?ada y que ¨¦stos viven "excluidos de los modos y condiciones de vida comunes". Su situaci¨®n, dijo, "es el principal problema de la Comunidad de Madrid", en cuanto a los menores. "Su soluci¨®n requiere de un esfuerzo sincero", puntualiz¨®.

El PP coloc¨® la intervenci¨®n de Canalda a ¨²ltima hora de la noche

La conclusi¨®n del Defensor del Menor es que all¨ª donde hay programas sociales del Instituto de Realojo e Integraci¨®n Social (IRIS) la poblaci¨®n infantil est¨¢ cuantificada y escolarizada, "aunque el absentismo escolar sigue siendo un grave problema". Por eso, argumenta, ser¨ªa "oportuno" ampliar esos programas, al menos con un nuevo convenio del IRIS y el Ayuntamiento de Madrid para actuar en zonas como El Gallinero. Tambi¨¦n explic¨® que la instituci¨®n ha iniciado un estudio espec¨ªfico sobre la situaci¨®n de la Ca?ada Real para "extraer propuestas interesantes de intervenci¨®n".

Otra de las cuestiones que abord¨® ayer el Defensor en la Asamblea es su preocupaci¨®n por la falta de plazas en las escuelas infantiles, en el tramo no obligatorio.

"He de resaltar que la preocupaci¨®n mayoritaria en las quejas hace referencia a la necesidad de incrementar la oferta de plazas y vacantes para hacer frente a la creciente demanda", dijo el comisionado. "Hay que seguir invirtiendo y trabajando en m¨¢s plazas", concluy¨®. Este curso, m¨¢s de 30.000 menores de tres a?os se han quedado sin plaza en la red de escuelas infantiles p¨²blicas.Casi rozando la medianoche lleg¨® el defensor del Menor, Arturo Canalda, con su informe anual a la tribuna de la Asamblea de Madrid. De nada vali¨® la insistencia de la oposici¨®n en que se adelantara la intervenci¨®n. El PP, con su mayor¨ªa, quiso que los grupos de IU y PSM renunciaran a otras iniciativas para aceptar su petici¨®n. Y ellos se negaron a dejar de ejercer su derecho a hacer oposici¨®n.

El adelanto lo solicit¨® en el pleno el grupo socialista: "Por la importancia del informe anual y de una instituci¨®n que depende de esta Asamblea", justific¨® la portavoz, Maru Men¨¦ndez. "Es una gran contradicci¨®n que el mismo d¨ªa que vamos a aprobar por unanimidad una declaraci¨®n institucional por los derechos de la infancia, no hayamos sido capaces de debatir con dignidad el acto m¨¢s importante del Defensor", defendi¨® tambi¨¦n la portavoz de IU, In¨¦s Saban¨¦s. Pero el portavoz popular, David P¨¦rez, con gran agresividad, tach¨® a la oposici¨®n de "hip¨®crita", "c¨ªnica" y "caradura" por haber "atiborrado" el pleno de iniciativas.

Nada que ver con la disposici¨®n conciliadora de Canalda, que, junto a la situaci¨®n de los ni?os chabolistas, tambi¨¦n alert¨® de otros problemas que empiezan a surgir en una sociedad acomodada. "Es importante destacar el llamativo aumento de menores que sufren el llamado s¨ªndrome del emperador", avis¨® el Defensor. "Son ni?os violentos y autoritarios, que estallan escandalosamente ante la menor frustraci¨®n, que no cumplen con las normas y cuyos padres se ven incapaces de controlarlos. No son delincuentes comunes, pero pegan, amenazan, roban y agreden psicol¨®gicamente".

Antes, en los pasillos, Canalda hab¨ªa explicado que es un problema muy serio y que la propia fiscal¨ªa ha informado de un incremento del 40% en las agresiones de ni?os a padres. "Pero es un problema de fondo. ?Qu¨¦ crisis de valores tenemos, que al final tenemos ni?os sin l¨ªmites?", se pregunt¨®.