Pol¨¦micos v¨ªnculos de amistad entre municipios
Las ¨²ltimas alianzas entre pueblos son pol¨¦micas: el PP de Legan¨¦s critica la uni¨®n con una localidad que cultiva hach¨ªs y en el Pinto argentino se desviaron fondos
Hay pocas cosas m¨¢s dif¨ªciles de controlar que la familia. El caso de supuesta malversaci¨®n en la ciudad argentina de Pinto se ha convertido en un dolor de cabeza para el Ayuntamiento del municipio madrile?o. Parte del mill¨®n y medio de euros destinado por el Consistorio para viviendas sociales en la localidad hermana en Argentina acab¨® sirviendo para construir casas que luego fueron vendidas a las ¨¦lites.
Los ayuntamientos reclaman que los hermanamientos entre ciudades son positivos, o al menos inocuos. La mayor¨ªa de los acuerdos se establecen con el prop¨®sito de crear nexos de cooperaci¨®n, otros por razones hist¨®ricas o para estrechar lazos culturales.
Hasta 29 hermanas tiene la capital. Tierno Galv¨¢n la emparent¨® de un plumazo con las capitales americanas, luego ella sola se fue asociando a Nouakchott, Bruselas o Abu Dabi. En Legan¨¦s cuentan con 10 hermanas. Este a?o han llegado dos en poco tiempo, y no exentas de pol¨¦mica.
Madrid est¨¢ hermanada con 29 ciudades, la mayor¨ªa en Am¨¦rica
Hay dificultades para controlar las inversiones en el extranjero
La primera hermanada este a?o con Legan¨¦s, en octubre, es la ciudad china de Houzhou. La uni¨®n, de car¨¢cter cultural y econ¨®mico, ha levantado poco polvo. El alcalde y una delegaci¨®n de profesores e industriales visitaron China y establecieron un pacto que favorece a las universidades y los intercambios comerciales. La segunda, este mes, ha sido m¨¢s pol¨¦mica. El PP reprocha al Consistorio socialista su asociaci¨®n con los marroqu¨ªes de Targhist por tratarse de una poblaci¨®n enclavada en el Rif, una zona famosa por su hach¨ªs.
El Ayuntamiento argumenta que actu¨® seg¨²n un criterio claro: "Tenemos 4.000 marroqu¨ªes en el municipio, muchos rife?os. Pensamos que los proyectos de cooperaci¨®n deben favorecer a sus regiones de procedencia porque ya tenemos un v¨ªnculo con ellos y es una forma de devolverles parte de lo que nos dan". La idea es que, si abandonaron su ciudad, fue porque la situaci¨®n no era ¨®ptima. Por eso, otra ciudad con la que se uni¨® Legan¨¦s esta legislatura es la ecuatoriana de Macar¨¢. "Vale, pero no entiendo por qu¨¦ hab¨ªa que asociar nuestro nombre a Targhist, con ese ¨ªndice de corrupci¨®n policial", insiste Jes¨²s G¨®mez, portavoz del PP. "?Era necesario para un proyecto de ayuda en material inform¨¢tico, que es lo que se va a hacer all¨ª?".
Los t¨¦cnicos de cooperaci¨®n consultados en diversos municipios explican que el sistema de hermanamiento es el m¨¢s efectivo para colaboraciones a largo plazo. Permite mayor previsi¨®n, justificaci¨®n m¨¢s sencilla de pagos y la posibilidad de prescindir de intermediarios. La Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID) avala el sistema.
Un sistema que es el preferido por los consistorios que m¨¢s apuestan por la colaboraci¨®n, como pueden ser Rivas (con 520.000 euros anuales, un 1,1% de su presupuesto) o Alcorc¨®n (743.000 euros). Este ¨²ltimo municipio ha invertido en los ¨²ltimos cinco a?os medio mill¨®n de euros en dos de sus hermanos (Nejapa, en El Salvador, y Anc¨®n, en Per¨²), a los que ha ayudado con la distribuci¨®n de agua potable, un centro c¨ªvico, la pavimentaci¨®n de sus calles y una ambulancia rural. Rivas se ha dejado en el mismo periodo 200.000 euros en sus hermanas (Jenin, en Palestina; Daira de Tichla, en la Rep¨²blica ?rabe Saharaui, y Bataban¨®, Colombia).
Pero no todo es cooperaci¨®n. Puede haber otras razones para un hermanamiento. En M¨®stoles, el Ayuntamiento ha impulsado cinco, todos con ciudades espa?olas y de car¨¢cter protocolario: Navia, Bail¨¦n, C¨¢diz, Madrid y Zaragoza. El objetivo es unir cada festividad del Dos de Mayo a dos municipios ligados a la Guerra de Independencia. La ¨²nica que ha hecho un moh¨ªn a la fraternal oferta mostole?a es Par¨ªs, que no en vano tiene como uno de sus lemas "S¨®lo Par¨ªs es digna de Roma; s¨®lo Roma es digna de Par¨ªs", por lo que s¨®lo est¨¢ hermanada con la capital italiana, y para el resto guarda un "acuerdo de amistad".
Las Rozas lleva 18 a?os hermanada con Villebon-sur-Yvette, poblaci¨®n cercana a Par¨ªs, con la que organiza intercambios escolares, visitas de las pe?as durante las fiestas patronales y actuaciones de grupos art¨ªsticos, adem¨¢s de mandar, como en 2009, una delegaci¨®n para felicitar el a?o nuevo.
No todos los hermanamientos llegan a esa compenetraci¨®n. Por ejemplo, hay que excavar para descubrir en qu¨¦ qued¨® la asociaci¨®n de El ?lamo con la localidad francesa de Aveizieux, aprobado en 1992 a la sombra de un Fondo Europeo de Hermanamiento que inclu¨ªa algunas subvenciones. El Ayuntamiento afirma desconocer qu¨¦ fue de la familia francesa.
"El fondo de un hermanamiento es rubricar una conexi¨®n ¨ªntima entre ciudades", explican desde San Fernando de Henares. All¨ª, adem¨¢s de los cuatro hermanamientos de cooperaci¨®n que ya tienen, preparan una consulta a la poblaci¨®n rumana, la m¨¢s consolidada entre sus inmigrantes, para elegir una ciudad con la que emparentarse. El criterio de intimidad es tan flexible que permite asociaciones con municipios con los que existe una vaga concomitancia ideol¨®gica (en los ochenta se hicieron comunes en poblaciones de tradici¨®n de izquierdas los hermanamientos con Cuba, Nicaragua, Palestina o el S¨¢hara), con ciudades de tama?o o condici¨®n similares (el caso de Madrid y tantas capitales), o con los que se comparte nombre.
Lo fundamental parece asegurar que el nexo sea beneficioso para las dos partes o, al menos, no desastroso para una de ellas. ?C¨®mo hacerlo? Con la misma receta que en cualquier proyecto de cooperaci¨®n: "Con sentido com¨²n y precauci¨®n", explica Inmaculada Mu?oz, directora del ¨¢rea de cooperaci¨®n de Legan¨¦s. "Antes de elegir Targhist lo discutimos con los marroqu¨ªes que tenemos en el municipio, mandamos un equipo de t¨¦cnicos a la zona, evaluamos, volvimos a enviar a los t¨¦cnicos y nos aseguramos de que all¨ª tuvi¨¦ramos proyectos viables, una alcald¨ªa estable y asociaciones que controlaran".
Luego queda vigilar el uso del dinero. Desde el departamento de cooperaci¨®n de Alcorc¨®n explican que no es f¨¢cil, porque los municipios espa?oles no pueden viajar continuamente para controlar sus inversiones. Por eso es ¨²til contar con asociaciones de desarrollo internacionales o locales fidedignas que vigilen. A la familia hay que mantenerla cerca. O eso dicen.
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