Yo me bajo en la pr¨®xima
La segunda cosa m¨¢s desoladora de esta ¨²ltima explosi¨®n de corruptelas acaecida en Espa?a es la fabulosa cantidad de tonter¨ªas disfrazadas de falsedades o de falsedades disfrazadas de tonter¨ªas que hemos tenido que escuchar a cuenta de ella. Hemos escuchado que no todos los pol¨ªticos son iguales y que hay pol¨ªticos buenos, malos y regulares como hay buenos, malos y regulares profesores de universidad. Hemos escuchado que quien critica esta democracia avala la dictadura o el populismo, y que los pol¨ªticos est¨¢n corrompidos porque todos estamos corrompidos. Hemos escuchado (lo ha dicho Rubalcaba) que no hay que cambiar las leyes, sino las actitudes personales de los pol¨ªticos. Hemos escuchado (lo ha dicho Zapatero) que no hay que deprimirse: el hecho de que montones de pol¨ªticos est¨¦n acusados de corrupci¨®n s¨®lo significa que el sistema funciona, puesto que es capaz de detectar la corrupci¨®n. Siendo muy ben¨¦volos, todo esto no son m¨¢s que buenas palabras, en el mal sentido de ambas palabras. Es deprimente que montones de pol¨ªticos est¨¦n acusados de corrupci¨®n porque eso significa que el sistema permite que haya montones de pol¨ªticos corruptos. Hay que cambiar las leyes porque el problema no son los pol¨ªticos, sino las leyes: nuestros pol¨ªticos no son intr¨ªnsecamente m¨¢s deshonestos que los pol¨ªticos de pa¨ªses menos corruptos; lo que ocurre es que padecemos determinadas leyes que facilitan la corrupci¨®n. Es una infamia decir que en este pa¨ªs todo el mundo est¨¢ corrompido, aunque s¨®lo sea porque no todo el mundo tiene la oportunidad de corromperse, y es otra infamia decir que quien critica el cariz de esta democracia pretende abolirla, porque lo que quiere a menudo es m¨¢s y mejor democracia. Y en cuanto a los profesores de universidad, ?se imaginan qu¨¦ hubiera ocurrido si en los ¨²ltimos tres a?os 17 de ellos hubieran sido detenidos por corruptos? (Claro que se lo imaginan: la universidad espa?ola hubiera tenido que ser reformada a fondo, o refundada). Bueno, pues mucho m¨¢s que eso ha pasado en la pol¨ªtica espa?ola, donde, por limitarnos s¨®lo a los alcaldes, en los ¨²ltimos tres a?os 17 de ellos han sido procesados por corrupci¨®n.
"Vivimos en una democracia que propicia o tolera la corrupci¨®nde los pol¨ªticos"
Ahora bien, si todo lo anterior es falso o tonto u obvio, ?cu¨¢l es la verdad? La verdad es la cosa m¨¢s desoladora de todo esto y la conocemos todos, empezando por los pol¨ªticos: la verdad es que vivimos en una democracia que propicia o tolera la corrupci¨®n permanente de los pol¨ªticos, o por lo menos el mangoneo -?entendido como ese vicio universal de nuestros pol¨ªticos consistente en meter las narices en todo, incluyendo aquello que no les compete-. En un art¨ªculo perfectamente l¨²cido, Joaqu¨ªn Leguina lo ha dicho as¨ª: "El mangoneo en Espa?a es el rey de la vida pol¨ªtica"; y a?ade: "La corrupci¨®n no es otra cosa que el mangoneo remunerado". As¨ª que mientras no se acabe con el mangoneo, no se acabar¨¢ con la corrupci¨®n, y, como reconoce el propio Leguina, los pol¨ªticos espa?oles no est¨¢n dispuestos a terminar con ¨¦l, porque llevan 30 a?os colonizando terreno a sus expensas. Se me ocurre que por ah¨ª quiz¨¢s asoma, sin embargo, una forma mejor de ver todo este asunto: como una crisis de crecimiento, como la crisis de los 30 a?os; 30 a?os despu¨¦s del inicio de la democracia, cosas que entonces sirvieron para salir de aquel paso endiablado ya no sirven ahora, cosas que se sabe que hay que cambiar y que podr¨ªan cambiarse si la clase pol¨ªtica quisiese. Por ejemplo: el sistema de financiaci¨®n de los partidos, que es la madre de todas las corrupciones. Por ejemplo: las listas electorales cerradas, que son el padre de todas las corrupciones porque convierten al pol¨ªtico en esclavo de su partido, y a esta democracia, en una partitocracia. Por ejemplo: la llamada ley del suelo, que entrega a los ayuntamientos, sin apenas control, la potestad de recalificar terrenos y otorgar licencias de construcci¨®n. Por ejemplo: un sistema fiscal que permite que entre el 20% y el 25% del PIB escape a la vigilancia del fisco. Ahora, sobre todo en Catalu?a, donde las elecciones est¨¢n casi a la vista, los partidos anuncian reformas legales entre promesas de regeneraci¨®n y golpes de pecho. ?Debemos creerlos? En 2001, los partidos catalanes pactaron un c¨®digo de transparencia econ¨®mica; seg¨²n un informe de la Sindicatura de Cuentas, ocho a?os despu¨¦s ninguno de ellos lo ha cumplido.
Se acaba el tiempo. La democracia es un sistema pol¨ªtico infinitamente mejor que cualquier otro porque es infinitamente perfectible; pero si los encargados de perfeccionarla deciden que no hay nada que perfeccionar o dicen que hay mucho que perfeccionar, pero no hacen nada por perfeccionarlo, entonces la democracia se convierte en un camelo. Siempre desconfi¨¦ de los entusiasmos en pol¨ªtica y, en consecuencia, siempre vot¨¦, con notable entusiasmo, al menos malo, b¨¢sicamente para que nadie votase por m¨ª; pero, si no hay nada que perfeccionar, yo tampoco tengo nada que votar, y adem¨¢s da lo mismo lo que voten por m¨ª, si todav¨ªa queda alguien que quiere votar. Es verdad: diga lo que diga Zapatero, estamos deprimidos; pero los pol¨ªticos conf¨ªan en que se nos pasar¨¢. ?Se nos pasar¨¢? Se acaba el tiempo. Yo me bajo en la pr¨®xima. Puede que no sea el ¨²nico. Ustedes ver¨¢n.
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