La prioridad es el paro
Este Gobierno ha abusado en ocasiones de los grandes enunciados, los envoltorios, frente a la menos vistosa tarea de abordar problemas concretos con soluciones concretas. Es una actitud que no han favorecido la reducci¨®n del principal problema que tiene planteado la econom¨ªa espa?ola: la m¨¢s r¨¢pida destrucci¨®n de empleo de las ¨²ltimas d¨¦cadas y del conjunto de Europa con la consiguiente p¨¦rdida de bienestar, de retraso en la convergencia real. Cuando se inicie la todav¨ªa distante recuperaci¨®n del crecimiento econ¨®mico, la tasa de paro habr¨¢ superado el 20% y la renta per c¨¢pita de Espa?a habr¨¢ retrocedido de forma significativa, tanto en t¨¦rminos absolutos como en contraste con el resto de las econom¨ªas avanzadas.
Por todo ello, cualquier iniciativa destinada a disolver los tradicionales agujeros negros de nuestra econom¨ªas debe ser bienvenida. El anteproyecto de ley de Econom¨ªa Sostenible aprobado el viernes por el Consejo de Ministros recoge algunas medidas positivas para iniciar el largo y dif¨ªcil camino por superar los defectos de nuestro sistema productivo. Sin embargo, arranca con un severo lastre: Espa?a tiene una de las m¨¢s elevadas tasas de mortalidad empresarial, millones de ciudadanos se quedan sin trabajo, aumenta el riego de embargos de sus viviendas y el sistema bancario sigue racionando el cr¨¦dito. Antes que plantearse cualquier otra prioridad, la m¨¢s importante deber¨ªa ser frenar la sangr¨ªa del empleo: a ello deber¨ªa orientarse en exclusiva la pol¨ªtica econ¨®mica en el momento actual. Y exige dos tipos de actuaciones complementarias: las destinadas a compensar el desplome de la actividad econ¨®mica privada y, no menos importante, a impulsar la confianza de las familias y empresas. Ello equivale a intensificar la inversi¨®n p¨²blica en dotaciones generadoras de capacidad competitiva y a transmitir voluntad de reformas.
Resulta muy complicado poner en marcha un nuevo proyecto de ley cuando no se logra articular consensos para tomar decisiones de emergencia que rompan ese c¨ªrculo vicioso en el que se encadenan estrechamente el desempleo, el deterioro de la calidad de los activos del sistema bancario y el estrangulamiento de la inversi¨®n, de la necesaria modernizaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs. Es necesario estimular la demanda agregada. Los ejes de ese nuevo proyecto de ley (la mejora del entorno econ¨®mico, la competitividad y la sostenibilidad medioambiental) son prop¨®sitos v¨¢lidos. Sin embargo, el Gobierno deber¨ªa haber reflexionado si, en lugar de este proyecto de ley ¨®mnibus, no hubiera sido m¨¢s ¨²til que los Presupuestos Generales del Estado hubiesen incorporado algunas de las prioridades ahora definidas, en lugar de recortar la inversi¨®n p¨²blica en asignaciones favorecedoras de la econom¨ªa del conocimiento.
Proponer en los momentos actuales un cambio de patr¨®n de crecimiento econ¨®mico significa invertir las prioridades. En 2004, Rodr¨ªguez Zapatero gan¨® las elecciones con una propuesta de cambio de paradigma de crecimiento que, durante una legislatura y media, ha sido conscientemente relegada. M¨¢s de un lustro perdido para la causa de una econom¨ªa m¨¢s competitiva, con menos ladrillo y menos salarios de baja cualificaci¨®n. Lo inmediato hoy es el mercado de trabajo. -
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