Un premio que consolida un sue?o

Dijo al principio que su hermana Isabel no le hubiese permitido emocionarse "m¨¢s de lo necesario". Pero Ignacio Polanco, el presidente de la Fundaci¨®n Santillana, lo tuvo dif¨ªcil. Porque hasta las coincidencias se confabularon ayer en Guadalajara para recordar a Isabel Polanco, la consejera delegada de Santillana fallecida en marzo de 2008. Delante de dos de sus hijas y de su marido, Alfonso L¨®pez Casas, el presidente de la Fundaci¨®n Santillana entreg¨® el primer Premio Isabel Polanco de Ensayo al historiador cubano Rafael Rojas por su obra Las rep¨²blicas de aire. Utop¨ªa y desencanto en la revoluci¨®n de Hispanoam¨¦rica (Taurus).

"Mi hermana", dijo Ignacio Polanco, "cre¨® el Premio Alfaguara. El primer presidente de aquel primer jurado fue Carlos Fuentes, que hoy tambi¨¦n est¨¢ aqu¨ª como presidente de este jurado. Pero, adem¨¢s, el primer Premio Alfaguara lo gan¨® un cubano, Eliseo Alberto (ex aequo con el nicarag¨¹ense Sergio Ram¨ªrez). Y ahora es otro cubano el que gana el primer Premio Isabel Polanco. Las coincidencias a veces lanzan mensajes estimulantes, y sin duda ¨¦ste lo es. Celebremos la consolidaci¨®n internacional, iberoamericana, de una idea que fue de Isabel: poner el grupo que yo presido ahora al servicio de la comunidad intelectual de Am¨¦rica y de Espa?a".

El acto de entrega se celebr¨® en la Feria del Libro de Guadalajara

El texto se centra en ocho letrados y pol¨ªticos republicanos

Pero a¨²n hab¨ªa m¨¢s coincidencias, todas ellas vinculadas con los libros y con los sentimientos de una familia dedicada a ellos. El premio fue entregado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Dijo el presidente de la Fundaci¨®n Santillana: "Todos sabemos, y en esta FIL se sabe muy bien, porque aqu¨ª fue galardonado por su trayectoria como editor, que Jes¨²s Polanco, nuestro padre, estar¨ªa hoy verdaderamente orgulloso de que subrayemos aqu¨ª esa pasi¨®n por Am¨¦rica que alent¨® toda su obra como empresario".

En su discurso de agradecimiento por el premio concedido, Rafael Rojas record¨® que su libro, Las rep¨²blicas de aire, se centra en ocho letrados y pol¨ªticos republicanos de Hispanoam¨¦rica. Analiza sus vidas entre los a?os 1810 a 1830, el momento de las guerras separatistas. "Como toda revoluci¨®n", explic¨® Rojas, "la hispanoamericana de independencia no escap¨® a la paradoja de haber sido realizada por sujetos del antiguo r¨¦gimen. Los pueblos y las ¨¦lites, el clero secular y regular, los ayuntamientos y las audiencias, la oficialidad y la soldadesca de ambos ej¨¦rcitos, los peninsulares y las castas, los criollos y los indios que se involucraron en aquella gesta eran la mejor prueba de la diversidad estamental y corporativa del mundo virreinal. A diferencia de los padres fundadores de Estados Unidos, los l¨ªderes de la independencia hispanoamericana pensaron que hab¨ªa que destruir totalmente aquel pasado y edificar un futuro de rep¨²blicas armoniosas y perfectas (...). En sus tristes d¨ªas finales, narrados magistralmente por Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y ?lvaro Mutis, Bol¨ªvar comprendi¨® que aquellas rep¨²blicas imaginadas estaban hechas de aire: el aire de las nobles ideas y de las cartas magnas convertidas en fetiches".

El historiador Rafael Rojas a¨²n tuvo tiempo de preguntarse por el futuro: "Si para Am¨¦rica Latina, el XIX fue el siglo de la rep¨²blica y el XX de la revoluci¨®n, ?ser¨¢ el XXI el siglo de la democracia? No lo sabemos, pero si lo es, deber¨ªamos tratar de no repetir el error de nuestros antepasados, pensando en la democracia como un sistema milagroso y autorreferente que, por s¨ª solo, traer¨¢ equidad y desarrollo a nuestras naciones". Apenas un rato antes, el poeta Jos¨¦ Emilio Pacheco hab¨ªa dicho tambi¨¦n en la FIL: "No suelo hablar de pol¨ªtica porque no quiero encender odios, pero la situaci¨®n de M¨¦xico ahora es extremadamente parecida a la de Espa?a en julio de 1936...".