Artemisa ya no est¨¢ sola
La exposici¨®n 'Holandeses en el Prado' rescata de los almacenes de la pinacoteca madrile?a una de las colecciones m¨¢s importantes del siglo XVII
La colecci¨®n de pintura holandesa del Museo del Prado, cerca de un centenar de obras, es tambi¨¦n una de las m¨¢s desconocidas de la pinacoteca. Por gusto err¨¢tico o por puro capricho, desde la d¨¦cada de los cuarenta este conjunto no ha salido de los almacenes de la pinacoteca madrile?a. Pero ahora, coincidiendo con la presentaci¨®n del cat¨¢logo razonado de la colecci¨®n (la historia detallada de cada una de las obras), elaborado durante los ¨²ltimos seis a?os por Teresa Posada, el museo abre al p¨²blico la exposici¨®n Holandeses en el Prado.
Se trata de un recorrido por los principales artistas y temas de esta escuela a trav¨¦s de 56 obras m¨¢s la guinda de un invitado de lujo: La compa?¨ªa del capit¨¢n Reijnier Reael y el teniente Cornelis Michielsz Blaeuw (1633), pintura monumental cuya ejecuci¨®n inici¨® Frans Hals y remat¨® Pieter Codde, procedente del Rijksmuseum de ?msterdam. Se trata de una oportunidad ¨²nica de contemplar esta obra de tem¨¢tica militar, que estar¨¢ expuesta hasta el 28 de febrero: y es que cuando en 2013 concluyan las obras de remodelaci¨®n que se est¨¢n ejecutando en el museo holand¨¦s, la pintura no volver¨¢ a ser prestada.
'La compa?¨ªa de milicianos', de Hals, es la estrella invitada de la muestra
En un recorrido previo a la presentaci¨®n de la muestra, Teresa Posada aseguraba ayer que la exposici¨®n del Prado est¨¢ llena de descubrimientos. El trabajo durante estos seis a?os ha sido tan exhaustivo como buscar el ADN de cada una de las pinturas. Y han sido numerosas las atribuciones y reatribuciones que este proceso preparatorio ha deparado. Uno de los grandes descubrimientos radica en el que sin duda es uno de los tesoros del museo: Artemisa, el ¨²nico cuadro de Rembrandt propiedad del Prado, que ahora ha sido identificado con su nombre original, Judit en el banquete de Holofernes.
Teresa Posada explicaba que es una colecci¨®n rica pese a la ausencia de grandes nombres como Vermeer o el propio Rembrandt. "Pero es la pintura que se produce en las provincias del norte, unidas despu¨¦s de la firma del Tratado de Utrecht, en 1579". "Esas pinturas son el v¨ªnculo que da sentido patrio a las provincias independientes", explica la conservadora. "Hay una forma de entender el paisaje muy diferente de como se entiende en las provincias del sur. Es un paisaje muy oscuro, muy del gusto de la escuela alemana. Y un inicio de como despu¨¦s se entender¨ªa el paisaje moderno. Los bodegones tambi¨¦n son muy distintos. Aprovechan para mostrar sus se?as de identidad".
Miguel Zugaza, director del museo, afirm¨® que la exposici¨®n es una invitaci¨®n "a contemplar con detenimiento lo que tenemos y no lamentarnos con lo que no tenemos". Concluye as¨ª uno de los programas m¨¢s narcisistas del Prado, junto a la exposici¨®n de la pintura espa?ola del XIX y la dedicada actualmente a Juan Bautista Ma¨ªno.
Gabriele Finaldi, director adjunto del museo, inform¨® de que parte de estas pinturas pasar¨¢n a formar parte de la colecci¨®n permanente del Prado en su nueva reorganizaci¨®n. No precis¨® cu¨¢les ni cu¨¢ntas, aunque garantiz¨® que acabar¨ªa el baile de las atribuciones que, como en todos los museos del mundo, ha habido hasta ahora. "Despu¨¦s de la detallada investigaci¨®n que exponemos en el cat¨¢logo razonado, se cierran muchas dudas que hab¨ªa hasta el momento. Gracias a la exposici¨®n y a la investigaci¨®n, tambi¨¦n han sido restauradas 20 telas que se encontraban en malas condiciones".
Taco Dibbits, conservador jefe de colecciones del Rijksmuseum de ?msterdam, brome¨® con la idea de que precisamente una tela llena de personajes "desafiantes" con la Corona espa?ola se exponga ahora en el Prado. Compa?¨ªa del capit¨¢n Reijnier Reael y el teniente Cornelis Michielsz Blaeuw, conocido tambi¨¦n como la Compa?¨ªa de milicianos, es una de las obras m¨¢s relevantes de la pintura holandesa de los siglos XVI y XVII: "Frans Hals ha entrado en la guarida del le¨®n, ni ¨¦l ni sus contempor¨¢neos podr¨ªan haber imaginado que su obra vendr¨ªa a Espa?a y mucho menos a Madrid. Todos esos hombres con los brazos en jarras y la mirada retadora luchaban como locos contra los espa?oles". La historia de la realizaci¨®n del cuadro la cont¨® el conservador Alejandro Vergara. Frans Hals, junto a Rembrandt y Vermeer, era uno de los pintores m¨¢s solicitados. Residente en Haarlem, Hals recibi¨® el encargo, desde ?msterdam, de pintar este cuadro. El artista no viajaba y tampoco quienes le hab¨ªan encargado la obra. Haarlem y ?msterdam est¨¢n pr¨®ximas, pero no hab¨ªa acuerdo. Despu¨¦s de amenazas y desplantes, tuvo que ser Pieter Codde quien lo terminara.
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