Sostiene Zapatero
Una econom¨ªa sostenible no se crea por ley, pero la pol¨ªtica s¨ª puede favorecerla o impedirla
De poco vale reconocer que los prop¨®sitos contenidos en el proyecto de Ley de Econom¨ªa Sostenible son loables si no sirven para frenar el principal desequilibrio de la econom¨ªa espa?ola: un desempleo que dobla la media de los pa¨ªses de la UE. En las circunstancias actuales -elevado endeudamiento de las familias y deterioro acelerado de la calidad de los activos bancarios-, la persistencia de ese desequilibrio tendr¨¢ peores consecuencias que las originadas en los a?os de la Transici¨®n, cuando se impuso la reconversi¨®n de gran parte del aparato productivo.
Tiene raz¨®n Zapatero al decir que no hay creaci¨®n de empleo sin crecimiento econ¨®mico, pero ello no es incompatible con el despliegue de pol¨ªticas espec¨ªficamente destinadas a limitar la p¨¦rdida de puestos o favorecer su recuperaci¨®n, como ocurre en otros pa¨ªses. Hay seguramente posibilidades de actuar en ese terreno, como la aplicaci¨®n en algunos sectores de la iniciativa, ensayada en Alemania, de subvencionar a las empresas que acepten sustituir despidos por trabajo en jornada reducida. Siempre ser¨¢ menos costosa esa subvenci¨®n que la del paro.
Zapatero reiter¨® sus reproches al PP por no proponer nada concreto en este terreno, pero ¨¦l mismo fue poco preciso ante un Rajoy incisivo y m¨¢s acertado que en otras ocasiones. S¨ª fue contundente el presidente al descartar cualquier forma de abaratamiento del despido. Puede que ambas cosas est¨¦n relacionadas porque la concertaci¨®n social es esencial en la pol¨ªtica de Zapatero, que a nada teme tanto como a perder el apoyo sindical, como le pas¨® a Felipe Gonz¨¢lez a fines de los ochenta.
No hay concertaci¨®n social posible si se excluye de entrada cualquier reforma laboral, que no significa necesariamente el despido libre o su abaratamiento. Pero tampoco hay generaci¨®n de empleo suficiente para absorber el paro inherente al cambio de modelo productivo sin la complicidad de los sindicatos avalando tales reformas. Tras la crisis de comienzos de los noventa, Francia consigui¨® acortar la distancia temporal entre el inicio de la recuperaci¨®n econ¨®mica y la creaci¨®n de empleo gracias a las reformas laborales previas.
El cambio de patr¨®n de crecimiento depende de los agentes econ¨®micos, no de una ley. Lo que desde la pol¨ªtica puede hacerse es favorecer la confianza con medidas de est¨ªmulo y acompa?amiento de las iniciativas empresariales. Y con reformas del marco normativo, como la anunciada de la Ley de Cajas que contribuya al saneamiento de un sector esencial para la recuperaci¨®n del cr¨¦dito. Nada tan in¨²til como el intercambio de reproches sobre qui¨¦n, si el PSOE o el PP, es m¨¢s culpable de la burbuja inmobiliaria. Por el contrario, tampoco hay nada m¨¢s ¨²til para esa recuperaci¨®n de la confianza en la econom¨ªa espa?ola que la se?al lanzada ayer por los grupos pol¨ªticos en el Senado, al pactar una serie de medidas para reducir el gasto administrativo, a fin de contener el d¨¦ficit sin merma de las medidas de est¨ªmulo fiscal y de fomento del empleo.
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