Un nuevo impulso para Afganist¨¢n
Los ministros de Exteriores de los 43 pa¨ªses participantes en la misi¨®n de la OTAN en Afganist¨¢n se han reunido para discutir c¨®mo seguir adelante. El a?o 2009 no ha sido f¨¢cil, ni para Afganist¨¢n ni para los pa¨ªses que env¨ªan tropas. Pero ahora est¨¢ comenzando una nueva fase del esfuerzo internacional.
Hace unos d¨ªas, el presidente Obama pronunci¨® un importante discurso en el que expuso la estrategia estadounidense para esta misi¨®n. Se comprometi¨® a enviar un n¨²mero sustancial de recursos, incluidos m¨¢s de 30.000 soldados. Y dej¨® claro, por si alguno lo dudaba, que Estados Unidos est¨¢ decidido a hacer lo que sea preciso para completar la tarea.
Pero ¨¦sta no es s¨®lo la guerra del presidente Obama. Lo que est¨¢ sucediendo en Afganist¨¢n representa las mismas amenazas para todos: el terrorismo, las drogas, el extremismo. Es una tarea de la Alianza, y la acabaremos juntos. En este momento fundamental en la evoluci¨®n de nuestras operaciones, la OTAN va a demostrar su unidad y su fuerza una vez m¨¢s.
La estrategia de la OTAN es acelerar el traspaso de responsabilidad a los afganos, no la retirada
En 2010 habr¨¢ un aumento considerable del n¨²mero de soldados procedentes de los pa¨ªses de la OTAN aparte de Estados Unidos: al menos 5.000, y seguramente varios miles m¨¢s. Eso se a?ade a los aproximadamente 36.000 soldados no estadounidenses que ya est¨¢n sobre el terreno. Pero no se trata s¨®lo de cifras. Se trata de estrategia. Y nuestra estrategia est¨¢ muy clara: traspasar a los afganos la responsabilidad fundamental de gobernar su propio pa¨ªs en cuanto sea posible.
Eso significa una transici¨®n en la que las fuerzas afganas se hagan cargo de las operaciones y nuestras fuerzas pasen a desempe?ar una funci¨®n de apoyo. Estoy presionando a los aliados y a nuestros socios para que contribuyan plenamente, con recursos y dinero, a las actividades de entrenamiento. De ese modo podremos hacer que el traspaso a manos afganas sea una realidad m¨¢s pronto. Y conf¨ªo en que, cuando el pueblo afgano y los ciudadanos en los pa¨ªses que aportan soldados observen la transici¨®n, a partir del pr¨®ximo a?o, vean los avances que necesitan ver para seguir apoyando esta misi¨®n.
Ahora bien, transici¨®n no quiere decir estrategia de salida. Quiere decir transici¨®n a un papel distinto. En primer lugar, nuestros soldados empezar¨¢n a asociarse con las fuerzas afganas a todos los niveles, desde el terreno hasta el cuartel general, con el fin de transmitirles los conocimientos que necesitan para sostenerse por s¨ª solas. Y, cuando se den las condiciones adecuadas -cuando tengan la capacidad y la confianza necesarias-, pasaremos a la siguiente fase, en la que las fuerzas afganas asumir¨¢n la responsabilidad de planear y llevar a cabo las operaciones, con el respaldo de las tropas de la OTAN. ?sa es la manera de avanzar, y estoy seguro de que podremos empezar el a?o que viene.
Los ministros de Exteriores est¨¢n discutiendo todo esto. Pero no s¨®lo la operaci¨®n militar. Tambi¨¦n est¨¢n hablando de la estrategia pol¨ªtica en su conjunto. Y eso incluye lo que esperamos del nuevo Gobierno afgano. Las buenas pr¨¢cticas de gobierno son la mejor forma de asfixiar a los talibanes. Despu¨¦s de todo lo que hemos empe?ado en esta misi¨®n, tenemos derecho a insistir en ello.
El presidente Karzai ha hecho algunas declaraciones muy claras y oportunas. Me satisface ver que ya est¨¢n realiz¨¢ndose investigaciones sobre la corrupci¨®n. Es un buen comienzo, que ayudar¨¢ a asentar la credibilidad que el pueblo afgano y la comunidad internacional necesitan ver. Tambi¨¦n ser¨¢ muy importante a este respecto la reuni¨®n que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo mes en Londres, que establecer¨¢ un nuevo contrato entre el Gobierno afgano y la comunidad internacional.
Conf¨ªo en que esta misi¨®n reciba pronto un nuevo impulso. En 2010, habr¨¢ muchas m¨¢s fuerzas sobre el terreno, dedicadas a defender al pueblo afgano. Empezaremos a poner la responsabilidad de la seguridad en manos de las fuerzas afganas distrito por distrito, cuando las condiciones lo permitan. Habr¨¢ compromisos claros -y espero que acciones indiscutibles- del Gobierno afgano que le permitan ganarse el apoyo de la poblaci¨®n. Habr¨¢ m¨¢s ayuda al desarrollo, empezando por los 5.000 millones de d¨®lares ofrecidos por Jap¨®n. Y la faceta civil de la misi¨®n tambi¨¦n adquirir¨¢ m¨¢s importancia, entre otras cosas con el Plan de Acci¨®n de la UE.
Al final, lo importante es esto: cuando los talibanes vayan a buscar al hijo de un padre afgano para que luche con ellos, ?qu¨¦ har¨¢ ese padre? Si ve que los talibanes no tienen ninguna posibilidad de ganar, si ve que su vida est¨¢ mejorando, y si cree en su Gobierno, dir¨¢ que no. Y entonces la insurgencia perder¨¢. Es as¨ª de sencillo. ?sas son las condiciones que tenemos que crear, y creo que, el pr¨®ximo a?o, empezaremos a ver la luz al final del t¨²nel.
Anders Fogh Rasmussen es secretario general de la OTAN. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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