Cuenta atr¨¢s para unificar los pagos

Imag¨ªnese que viaja a cualquier pa¨ªs europeo, pongamos, Alemania. Al llegar se dispone a comprar un refresco. Tiene mucha sed. Cuesta un euro. Cuando paga, el dependiente mira el dorso de la moneda. El rey Juan Carlos I. El tendero frunce el ce?o: como no es la Puerta de Brandemburgo, la transacci¨®n va a tener que esperar un par de d¨ªas para ser tramitada y deber¨¢ pagar un 1,5% adicional por la gesti¨®n. Esta situaci¨®n, fuera de cualquier l¨®gica, es lo que viene ocurriendo con los pagos electr¨®nicos en la Uni¨®n Europea. La divisa es casi siempre la misma, pero cada pa¨ªs ha venido utilizando f¨®rmulas diferentes en las transferencias, en el adeudo directo (domiciliaciones bancarias) y el formato de las tarjetas de pago.

Con el modelo SEPA se podr¨¢ vivir con una cuenta y una tarjeta en 32 pa¨ªses

Las cajas y bancos peque?os se abren a la competencia con los grandes

Un sobrecoste para bancos, multinacionales o consumidores (que terminan por pagar los costes operacionales de tener que adaptar sus instrumentos de pago a los formatos nacionales), con los d¨ªas contados. El Banco Central Europeo (BCE) y la Comisi¨®n Europea se disponen a poner una fecha l¨ªmite para completar la migraci¨®n a un est¨¢ndar com¨²n, la llamada iniciativa SEPA (La Zona ?nica de Pagos en Euros, en sus siglas en ingl¨¦s), que abarca la Uni¨®n Europea y cinco pa¨ªses m¨¢s.

Las dos instituciones inician ahora las negociaciones y deber¨¢n ir al Ecofin (la reuni¨®n de ministros de Econom¨ªa de la UE) en junio pr¨®ximo con una fecha decidida. Fuentes institucionales y del mercado apuntan que ser¨¢ a finales de 2012, es decir, que habr¨¢ tres a?os para completar la reconversi¨®n al modelo SEPA. Para entonces, entidades, empresas y medios de pago deber¨¢n haber adoptado un sistema ¨²nico. Para las tarjetas, el Ecofin ya estipul¨® que a mediados de 2010 deber¨¢n haberse creado los est¨¢ndares para iniciar la migraci¨®n.

El est¨¢ndar SEPA en realidad lleva funcionando para las transferencias desde enero de 2008, y el de las domiciliaciones, desde el pasado 2 de noviembre. Pero la carencia de una fecha l¨ªmite ha creado un berenjenal donde conviven ambos modelos, el SEPA y los nacionales. En Espa?a, la c¨¢mara de compensaci¨®n de pagos, Iberpay, s¨®lo gestiona por ahora el 6% de las transferencias con el est¨¢ndar SEPA. Para los adeudos no alcanza el 0,001%.

Todas las entidades financieras admiten sobre el papel que la migraci¨®n es necesaria. Sin embargo, las inversiones tecnol¨®gicas para acometerla son altas y muchas entidades, como peque?as cajas locales, obtienen a¨²n buenos beneficios derivados de los aranceles financieros que el modelo tradicional lleva consigo.

"Se trata de beneficiarse lo mas r¨¢pidamente posible de las ventajas de la SEPA, es decir, de las ventajas de un sistema de pagos sometido a m¨¢s competencia y por tanto m¨¢s econ¨®mico, seguro y r¨¢pido en la UE", explica Gertrude Tumpel-Gugerell, miembro del Consejo de Gobierno del BCE.

La batalla ha sido dura. No todos han remado en la misma direcci¨®n. Con la SEPA, los clientes podr¨¢n con una ¨²nica tarjeta y una ¨²nica cuenta realizar pagos en cualquiera de los 32 pa¨ªses SEPA. Los grandes bancos y grandes medios de pago han visto en la eliminaci¨®n de los aranceles regionales un empuj¨®n a su expansi¨®n, pero las peque?as entidades, como las cajas de ahorro o los bancos cooperativos, temen que su dominio local se abra a la competencia exterior. En Alemania, estas entidades han mostrado en varias ocasiones su rechazo a una r¨¢pida implantaci¨®n. Y los bancos franceses, con un negocio de tasas de intercambios en las domiciliaciones, tambi¨¦n. La SEPA va a eliminar estos beneficios.

Las reticencias provienen tambi¨¦n por las inversiones necesarias para aplicar estos est¨¢ndares. Un informe de Accenture cifra el coste para bancos grandes y medianos entre 3.000 millones y 8.000 millones de euros. Es mucho dinero, m¨¢s en tiempos de crisis. Muchos directivos, seg¨²n recoge el informe, se quejan de que la complejidad y la escala de los costes regulatorios absorben ingentes cantidades que podr¨ªan destinarse a desarrollo de productos o de negocio. Otro dato: las c¨¢maras de compensaci¨®n, que tramitan los pagos interbancarios electr¨®nicos, se reducir¨¢n de 15 a 7 en Europa.

"Hasta que SEPA no avance no se ver¨¢n grandes resultados. Lo que tenemos ahora abre un canal para Europa, pero todav¨ªa es anecd¨®tico", explica Jos¨¦ Luis Langa, director de desarrollo de negocio internacional de Iberpay. Aun as¨ª, Langa destaca que las entidades espa?olas han avanzado considerablemente en la migraci¨®n respecto a sus vecinos europeos. "Si hubieran hecho m¨¢s caso a los bancos y cajas espa?oles, la SEPA habr¨ªa salido mucho mejor", sentencia. Seg¨²n el BCE, el 43% de los pagos en Espa?a se ejecutaron en 2008 mediante domiciliaciones bancarias, el mayor porcentaje de la Uni¨®n Europea s¨®lo superado por Alemania (con un 50%). Las transferencias representan el 14,5%.

Patrick Abrines, director de desarrollo de negocio de VocaLink, una de las mayores c¨¢maras europeas, con sede en Londres, dice que hay que ponerse las pilas. "La SEPA va a acarrear un efecto de consolidaci¨®n en el mercado y una ventaja para los clientes", dice. Y no se refiere s¨®lo a las grandes corporaciones, que van a reducir brutalmente sus costes en cada pa¨ªs donde est¨¦n implantadas. "Los turistas alemanes que viven en Mallorca ya no tendr¨¢n que abrir su cuenta en las islas, cambiar de tarjeta porque su visa monedero no vale, etc¨¦tera", prosigue el portavoz, adem¨¢s, para Espa?a.

Un estudio de Capgemini para la Comisi¨®n Europea se?ala que los beneficios del sector derivados de la implantaci¨®n a seis a?os vista alcanzan los 123.000 millones de euros. El informe calcula que las tasas interbancarias se abaratar¨ªan en 11.600 millones de euros con la SEPA en un periodo de seis a?os. Para el caso del pago con tarjeta, la reducci¨®n de las tasas alcanza los 20.300 millones de euros. Representa por media una mejora del 0,2% del PIB en los pa¨ªses europeos.

Los instrumentos de pago representan un 1,3% del producto interior bruto (PIB) de la zona euro m¨¢s Reino Unido, Suecia y Polonia(un 2,3% del PIB si se incluye el efectivo). Una gran cantidad de dinero que puede cambiar de manos cuando la migraci¨®n a SEPA est¨¦ finalmente completada.